Los problemas de los trabajadores de la Línea 3 que los llevó a la huelga de hambre

Los funcionarios que trabajan en la construcción de la nueva línea del tren subterráneo, piden que la empresa contratista y Metro escuchen sus peticiones laborales. La huelga suma más de 30 días y hace cuatro dos trabajadores están sin comer. Los involucrados sostienen que el gobierno no ha actuado de buena fe.

Más de un mes en vilo. Entre amenazas de desalojo, negociaciones que no llegan a buen término y promesas no cumplidas. Esa es la situación de 350 trabajadores que construyen la Línea 3 del Metro, luego de que el Consorcio Constructor Línea 3 (CCL3), se negara a conversar con los involucrados el tema de reajuste salarial y condiciones de trabajo a inicios del mes pasado.

Las situaciones de precariedad laboral en los piques eran parte del día a día de los trabajadores en CCL3. Sin camarines adecuados, ni normas de seguridad mínimas, eso sumado a los bajos sueldos, llevaron a que los funcionarios paralizaran sus funciones hace 34 días.

En las mediaciones con la Inspección del Trabajo y la Seremi del Trabajo, María Angélica Puelma, los trabajadores no se han sentido apoyados. Es más, acusan deslealtades por parte del gobierno. Desde Metro S.A. aún no existe una respuesta concreta, lo que complica más el tema.

Luis Cortés, presidente de Sintrasar, explicó que “la empresa apostó a administrar el conflicto, agotar a los trabajadores y ahora no saben cómo solucionar el tema. Nos preocupa porque no queríamos llegar a esta instancia y nos sentimos dolidos por este tipo de acciones. Hubo deslealtades por el gobierno y la seremi, pero esto cada día crece más”.

$50 mil pesos de aumento en las remuneraciones, que se respeten las jornadas laborales de 12 horas en turnos de 4 por 3, el pago de horas extras y el aumento de la seguridad laboral, son las principales demandas, es más, Cortés expuso que “nuestra idea es volver a trabajar, pero en condiciones distintas, así no se puede realizar nada”.

Huelga de hambre

Desde el viernes 17 de julio, y al ver que no existía ningún avance para los trabajadores, Rodolfo Ahumada y Javier Vilches, iniciaron una huelga de hambre en las instalaciones del pique Cal y Canto. Un hecho que fue rechazado por algunos compañeros debido a la peligrosidad que puede tener para ambos involucrados, pero sus consignas fueron más fuertes.

Dos colchones en el piso, unas frazadas y una botella de agua son la compañía permanente de ambos trabajadores que exponen sus vidas por esta lucha sindical.

Rodolfo Ahumada, uno de los huelguistas y delegado de Sintrasar, indicó que “después de conversar con la Seremi y la Inspección dijimos esto no puede seguir avanzando. La gente está sin plata, y esto tiene que reventar en algún momento. Estamos exponiendo nuestra vida, es peligroso, pero queremos que salga luz blanca de algún lado”.

El trabajador es claro al señalar que “la empresa siempre intentó disolvernos, se burlan de todos. Lamentablemente nadie le pone un ‘pare’ a estas marcas que hacen lo que quieren en Chile. Han abusado de los trabajadores, yo no creo en ellos. Quiero ver a alguien de Metro que solucione todo, pero mientras eso no pase nosotros vamos a continuar”.

Su compañero de lucha, Javier Vilches, es más mesurado a la hora de hablar. Reconoce que la violencia sólo lleva a más violencia, por eso lo de él es una salida “más humanitaria. Nosotros tenemos mucho apoyo externo, pero muy violento y eso no me gusta. Esta idea nació para que se vaya lo malo, y es nuestra forma de apoyar. Si nosotros quemamos una camioneta, eso dura tres hora y chao. Tenemos que demostrar que la empresa no tiene voluntad para negociar.”

Vilches acotó que “no sé cómo se va solucionar todo, pero vamos en el camino que corresponde. No es necesaria la confrontación, porque al fin y al cabo nosotros pasamos gran parte del tiempo acá”, cerró.

Peligro de derrumbe en Cal y Canto

Otra situación que se ha mantenido en reserva es el tema de las filtraciones de agua que están ocurriendo en las cercanías del Metro Cal y Canto. Lo cierto, es que la nueva construcción del metro tiene un socavón gigante que pasa justo debajo de Avenida Independencia, frente a la Estación Mapocho. Un túnel de 40 metros de largo por 10 metros ancho que está completamente inundado producto de las napas subterráneas, en donde no se realiza mantención desde hace un mes.

Los trabajadores del pique indicaron que “todo parece una piscina gigante. Hay más de 5 metros de agua acumulada, maquinaria que se perdió completamente porque está inundada. Abajo tenemos fierros, baños químicos, materiales, todo eso anda flotando”.

Es más, durante los últimos días los funcionarios se han desplazado en una balsa improvisada con tal de rescatar algunas cosas. CCL3 ha tenido derecho a entrar durante la huelga para solucionar la problemática, pero el consorcio español-mexicano ha preferido sacar material, en vez de ver cuál es el estado de las instalaciones, aseguran desde el sindicato.

“En todos los piques hay riesgo de derrumbe. Nosotros abandonamos los piques 24 horas durante la semana pasada, pero ellos no hicieron nada. Ya hubo filtraciones en la Estación Mapocho, así que es un tema complejo, esto se seguirá llenando”, aseguró Luis Cortés.

En la Estación Mapocho negaron el problema, pero Javier Ibarra, director de la compañía de teatro ‘Del Terror’ explicó cuáles fueron los problemas que tuvieron que vivir el pasado viernes, cuando las filtraciones de agua provocaron grietas en el subterráneo del recinto, obligando a suspender las funciones de la obra “Macbeth”.

En declaraciones a MQLTV, Ibarra indicó que “se empezó a inundar la sala y no pudimos realizar la funciones. Aparentemente es el problema por la construcción de la Línea del Metro y nos dijeron que esto se podría desprender, por lo que es complejo para los actores y la gente que viene a vernos trabajar así”.

Desde el Sindicato Unificado de Metro, respaldaron la versión, sosteniendo que “las obras civiles están en riesgo, pero desde Metro dicen que todo está en los plazos correspondiente. Hay un riesgo inminente de socavón, pero parece no importarles”, finalizó el dirigente Jorge Ávila.

Marcha a favor

El Comité de Iniciativa Unidad Sindical (CIUS), llamó a una marcha para este martes 21 de julio desde las 19 horas en la Plaza de Armas de Santiago. Desde ahí marcharán por Paseo Puente, para llegar hasta al Metro Cal y Canto, lugar en donde manifestarán su apoyo a los huelguistas.

Jorge Ávila, añadió que “nosotros apoyamos esta lucha. Nosotros hemos hablado con la gente de Metro, pero ellos no quieren intervenir en condiciones laborales de los contratistas. La respuesta de ellos ha sido perversa y están haciendo oídos sordos de este tema, por lo que esperamos que llegue harta gente para generar presión y que esto tenga mayor notoriedad”.

Vicaría entregó apoyo a los huelguistas

Guillermo Sandoval, jefe del área laboral de la Vicaría de la Pastoral Social Caritas, visitó a los huelguistas de hambre, pidiéndoles que recapaciten en su decisión, debido a que ponen en riesgo sus vidas.

En un encuentro de cerca de una hora, los trabajadores expusieron sus puntos esperando encontrar ayuda para solucionar el conflicto. A la salida del encuentro, Sandoval indicó que “la situación es algo que a la iglesia le preocupa. Que dos de los trabajadores iniciarán una huelga de hambre y sientan que no hayan tenido una contraparte para conversar, es grave. Nosotros llamamos a las autoridades del Metro a preocuparse de los trabajadores, pues ellos son mandantes en estas obras, y por lo tanto, solidariamente responsables respecto de la calidad de las relaciones laborales en ellas”.

El conflicto entre CCL3, los trabajadores sindicalizados y organismos gubernamentales parece no tener un norte claro. Las negociaciones están rotas, las confianzas quebradas. Hasta ahora, ninguna institución ha tomado una postura firme sobre el conflicto, en más de un mes las reuniones y mesas negociadoras no han logrado su objetivo. Un hecho preocupante, que hasta ahora sólo perjudica a los trabajadores contratistas del Metro.

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