Andrés Moro, Vicario de la Pastoral Social de los Trabajadores, se reunió con los movilizados para conocer en forma directa los planteamientos de los trabajadores y hacer votos por el pronto término de este conflicto.
Tras el desalojo que vivieron los trabajadores de la contratista CCL3 en el Metro Cal y Canto , los huelguistas ahora se encuentran en las afueras del pique, frente a la estación Mapocho. En ese lugar, pusieron carpas, colchonetas y continúan realizando la olla común para los afectados.
Los huelguistas sienten que apareció una luz de esperanza para el sindicato, ya que la Vicaría de la Pastoral Social conversó con el Consorcio Constructor Línea 3, y está disponible para facilitar el diálogo entre las partes. Ayer por la tarde, la empresa mexicano-española no accedió a lo pedido por los trabajadores, ante la Dirección del Trabajo, que también trabaja para destrabar el problema.
Durante la tarde de este jueves, el Vicario Andrés Moro visitó a los huelguistas. En una conversación que se prolongó por cerca de 45 minutos, los trabajadores le presentaron sus inquietudes a la autoridad eclesiástica, quien se comprometió a estar pendiente del tema.
El reintegro de trabajadores despedidos por abandono de deberes debido a la huelga y que se cancelen los meses de junio y julio son las peticiones más urgentes de éstos, quienes ya suman 39 días de paralización. Mientras, Rodolfo Ahumada y Javier Vilches ya cumplieron una semana en huelga de hambre.
A la salida del encuentro con los dirigentes y trabajadores, Andrés Moro indicó que “cada vez que hay un conflicto laboral en Chile y no podemos llegar a soluciones que nos beneficien a todos, todos perdemos. Este es un reflejo de las malas condiciones laborales que existen en algunas empresas, creándose desconfianzas y posturas muy antagónicas”.
En la misma linea, el padre Moro precisó: “Llamamos al Estado, a las empresas, a los trabajadores, a buscar caminos para lograr una solución. Es lamentable que tengamos que llegar a situaciones tan dramáticas, tener personas con casi 40 días de huelga, lo que significa un sufrir tremendo para las familias.
Moro sostuvo que “la iglesia presentó a través de su vicario y el encargado de animación laboral a la ministra Rincón la preocupación por esta huelga, y lo extenuante que ha sido. Hemos tomado contacto con la empresa para iniciar el diálogo y venir a conversar con los trabajadores”.
Por su parte, Luis Cortés, presidente de los movilizados añadió: “tenemos esperanza después de tantos días. Queremos ver una posible solución, ver qué pasa con la empresa y sentarnos a negociar que es lo que más nos importa”.
El vocero de los movilizados acotó que “nosotros estaremos ya sea adentro, afuera, al lado. Todos estamos luchando, como desde el día uno de la huelga, estamos unidos”, cerró.
Para subsistir los trabajadores han tenido que “machetear”, e incluso, han invertido el dinero en juguetes para luego venderlos en las inmediaciones de la Estación Mapocho. La consigna de ellos es una sola, “todo sirve a la espera de que el diálogo se reactive”, por lo menos ahora parece haber una luz.
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