Un estudio del Coes le puso números al impacto en los ingresos laborales de las mujeres del nacimiento de un hijo. Sobre las diferencias entre los sectores público y el privado, Dante Contreras, investigador del Coes, explica que “se debe a que las condiciones laborales son distintas y se traduce en que son más favorables para las mujeres en el sector público que en el privado”.
La brecha salarial entre mujeres y hombres ha sido un tema presente en la discusión de los últimos años. De hecho, en la última Encuesta de Presupuesto Familiar (ESI), la brecha de género en el ingreso medio en 2022 se situó en -25,5%, en desmedro de las mujeres. Ese ha sido el foco que más se analiza a la hora de ver las diferencias salariales entre mujeres y hombres.
Para analizar este fenómeno, el Coes utilizó datos de investigación del Ministerio de Desarrollo Social y Familia (MDSF) de Chile. Con esta información se pueden construir datos anónimos con información laboral de madres y padres, junto con las fechas de nacimiento de sus hijos e hijas. “De esta manera, podemos observar la trayectoria laboral de padres y madres antes y después del nacimiento del primer hijo/a. También diferenciamos entre empleo público y privado”, sostiene el estudio.
El reporte menciona que unieron los datos sobre hijos del Registro Civil con información laboral, a nivel mensual, proveniente de la Administradora de Fondos de Cesantía (AFC) y de la Superintendencia de Pensiones. “De esta manera, podemos observar la trayectoria laboral de padres y madres, antes y después del nacimiento del primer hijo o hija”, puntualiza.
Al respecto, sostienen que para su análisis es importante la distinción entre empleo público y privado, pues representan sectores con distintas restricciones y políticas laborales que pueden afectar la “multa por hijo”. “Entender exactamente qué factores influyen sobre la ‘multa’ puede ayudar al diseño de políticas efectivas que disminuyan la brecha de género”, añaden.
El estudio muestra que los ingresos de hombres y mujeres, en el sector público y privado, siguen una dinámica similar a la observada para la probabilidad de empleo. En este caso, sostiene que la brecha de ingresos veinte meses luego del nacimiento del primer hijo/a es de UF 3 mensuales en el sector privado y aproximadamente de UF 0,5 en el sector público. Esto, en términos porcentuales, implica que veinte meses luego del nacimiento del primer hijo o hija “los ingresos laborales de las mujeres han caído en un 35% en el sector privado, y un 20% en el sector público”, de acuerdo a los investigadores. Además, mencionan que “se observan incrementos de corto plazo en los ingresos de las mujeres en los primeros meses después del nacimiento. Sin embargo, la trayectoria de mediano y largo plazo muestra importantes brechas de género”.
Dante Contreras, investigador del Coes y Académico de la Universidad de Chile, explica que “la diferencia se debe a que las condiciones laborales son distintas en el sector privado y público, y se traduce en que son más favorables para las mujeres en el sector público que en el privado”.
Pero esta situación no sólo está presente en Chile, sino que a nivel internacional. Aquí, la evidencia externa indica que la penalidad laboral para las mujeres luego de tener hijos es un fenómeno extendido a nivel global. En Dinamarca, por ejemplo, se muestra que la “multa” a largo plazo en los ingresos es de aproximadamente un 20% relativo a los hombres, lo que explica una parte significativa de la desigualdad de ingresos entre hombres y mujeres en ese país.
Asimismo, las multas por hijo o hija existen en países con diversa regulación laboral y normas sociales; y van de 21 a 16% en países escandinavos (Dinamarca y Suecia), de 31 a 44% en países de habla inglesa (Reino Unido y Estados Unidos), y de 51 a 61% en países de habla alemana (Alemania y Austria).
El informe resalta que “es importante notar que estos efectos se observan en sociedades con agendas de género y protección social mucho más avanzados a los existentes en Chile. Suecia y Dinamarca son dos países que han implementado políticas progresistas en materia de igualdad de género”.
En la investigación se entrega una serie de recomendaciones. Entre ellas mencionan el implementar políticas de conciliación laboral y familiar, como licencias parentales compartidas y horarios de trabajo flexibles, que permitan a ambos padres participar activamente en el cuidado de sus hijos; fomentar la igualdad de género en el acceso a oportunidades laborales, promoviendo la diversidad y la inclusión en el proceso de selección y contratación, especialmente en el sector público; ofrecer programas de capacitación y desarrollo profesional específicos para mujeres, especialmente aquellas que reingresan al mercado laboral después de un período de ausencia debido a la maternidad.
Asimismo, desde el análisis de la evidencia comparada, plantea que “una forma de cerrar la brecha de género asociada al nacimiento de un hijo/a estaría dada por el pago directo a las mujeres por el monto estimado de dicha brecha. Este pago puede ser financiado de distintas maneras, por ejemplo, con impuestos generales de la nación o a través de pago directo por parte de los padres”, indica.
Por último, para medir adecuadamente los costos y beneficios asociados al nacimiento de un hijo o hija, señala que “se requiere evaluar los beneficios potenciales sobre los niños y niñas del tiempo asignado por la madre. Esta evaluación, no fue posible de desarrollar por la ausencia de información adecuada en las bases de Chile Crece Contigo y otras”, concluye el documento.