Este martes, la subsecretaria de Evaluación Social, Paula Poblete, junto al director del Servicio Nacional de Migraciones, Luis Eduardo Thayer, presentaron los resultados de la Encuesta Casen 2006-2022 sobre personas migrantes, instancia que se desarrolló junto a académicos de la Universidad Alberto Hurtado. En concreto, el estudio revisa «indicadores de integración social» de las personas nacidas fuera de Chile, es decir, la participación de las personas migrantes en distintas áreas de la economía y la sociedad los países receptores; como educación, empleo y acceso a la vivienda.
El trabajo de campo de la encuesta Casen 2022 se realizó entre el 1 de noviembre de 2022 y el 2 de febrero de 2023, completando una muestra de 72.056 hogares, que ocupan 70.751 viviendas en 335 comunas de las 16 regiones del país, y obteniendo información respecto de 202.231 personas.
El sondeo muestra -a través de indicadores, como la existencia o no de contrato laboral y el nivel de informalidad laboral que enfrentan las y los trabajadores- que continúa el empleo precario de la población migrante en Chile.
Los datos revelan una diferencia de 8,9 puntos porcentuales en la proporción de personas migrantes y no migrantes asalariadas que no cuentan con un contrato de trabajo. Mientras que el 19,2% de la población migrante asalariada no posee un contrato de trabajo, en el caso de la población ocupada asalariada en Chile, la cifra llega al 10,3%.
Por otra parte, según el INE, la tasa de ocupación informal de este grupo se sitúa en 32,2%, con un incremento de 2,0 pp. en un año, siendo más alta en las mujeres, con 34,5%.
Por otra parte, en contraste con los hogares con jefatura nacida en Chile, que han experimentado una disminución sostenida en sus niveles de hacinamiento en los años analizados, los hogares con jefaturas nacidas fuera del país muestran niveles de hacinamiento persistentes y superiores al promedio, lo que se traduce en una ampliación de la brecha entre ambos grupos.
Fuente: Emol