Fue pasadas las 20 horas cuando se reunió la comisión política de la UDI para ratificar a su nuevo presidente, el diputado Guillermo Ramírez, luego de que el ahora extimonel, el senador Javier Macaya, renunciara este martes en medio de las presiones que existían por la situación judicial de su padre, Eduardo Macaya, quien fue condenado por cuatro delitos en contra de dos menores en un caso de abuso sexual.
La instancia fue una especie de desenlace para una caótica jornada en la tienda de Suecia 286 que tuvo al partido sumido al interior de una crisis. Allí se generó un hito inédito, pues a la reunión asistieron casi todos los expresidentes del partido, incluso algunos referentes que no suelen acudir a la instancia. Ahí se hicieron parte, por ejemplo, Juan Antonio Coloma, Ernesto Silva, Patricio Melero y también Jacqueline van Rysselberghe.
A muchos les llamó la atención que los extimoneles tuvieron buenas palabras y dieron un respaldo a Macaya, y también a Ramírez en su nuevo rol. Incluso la propia Van Rysselberghe, según testigos, realizó declaraciones positivas, pese a ser una de las integrantes más duras de la disidencia a la gestión de Macaya.
De todas maneras hubo episodios de tensión en la instancia. Esto porque Ramírez no fue ratificado con la unanimidad de los votos, y la comisionada Camila González se manifestó en contra. Según fuentes gremialistas, a ella le habría molestado -lo que fue compartido por el diputado Cristián Labbé– que en el comunicado de ratificación de Ramírez se aludiera a que es el “presidente nacional”, en circunstancias que se solicitó que se recalcara que su figura es de “presidente interino”, pues estará 30 días en el cargo, y después viene un consejo general en que se debe ratificar el nombre hasta diciembre, cuando se realicen las elecciones internas de la tienda.
En la colectividad también hubo otros momentos que crisparon los ánimos. Por ejemplo, algunos cercanos a Macaya cuestionaron que no hubiese renunciado la directiva completa por el caso y que solo lo hiciera el senador. También molestó mucho a algunos dirigentes -y al propio Macaya, según algunos- el comunicado que envió la bancada de diputados UDI.
En el escrito manifestaron el “absoluto respeto por las sentencias de los tribunales de justicia, principalmente cuando se dictan en causas judiciales sobre casos tan graves como el que hemos conocido”. La molestia era principalmente con los diputados Marlene Pérez y Joaquín Lavín, según fuentes de la UDI, pues se afirmaba que ellos fueron los más duros a la hora de pedir una salida de Macaya. Pero desde la bancada de diputados desmienten esto último.
Las mismas fuentes recalcan que ni siquiera hubo coordinación entre la directiva UDI y sus diputados para revisar el comunicado que se iba a dar a conocer, y que consideran que debió existir “más lealtad” con el senador.
Macaya hasta ayer en la mañana no tenía intenciones de renunciar. Sin embargo, las declaraciones de la abanderada de su mismo partido, Evelyn Matthei, y de la candidata a alcaldesa por Las Condes, Marcela Cubillos, lo complicaron, especialmente luego de una frase que fue calificada como un error, pues el domingo, en una entrevista de Canal 13, resaltó que su padre fue “grabado sin su consentimiento”. Esas declaraciones, de hecho, sellaron su futuro y despertaron la ola de cuestionamientos.
Durante la mañana de este miércoles no se vio a Macaya en el Senado, y su presencia no estaba confirmada. Lo cierto es que para las 15 horas había programada una manifestación de grupos feministas en el frontis del Congreso Nacional en Valparaíso.
Algunos en el Congreso querían preparar un homenaje al senador, pues se recuerda que dentro de todo su gestión fue bien evaluada, al punto que fue reelegido en su cargo en una interna en que ni siquiera se le presentó competencia.
Pese a la tensión, el propio Macaya reconocía que su renuncia era lo mejor, y cuando adjuntó el comunicado de su dimisión en los grupos de WhatsApp del partido, recalcó que lo hacía por el bien de la UDI, en un mensaje acompañado con emojis de la bandera de Chile y de corazones.
Fuente: La Tercera