Por Juan Pablo Aedo Ibáñez /Sociólogo
Hace un poco menos de un año escuché y vi una entrevista que le hicieron a Mario kreutzberger pocas horas después de terminada la última Teletón (2014), en aquella ocasión me sorprendió mucho una afirmación o frase que él emitió. El contexto de la conversación giró en los términos en que se veía una cierta apatía o un pequeño desinterés de las personas con la obra, es decir, que el aporte en dinero no se había producido tan espontáneamente desde temprano en los bancos. Don Francisco decía que a diferencia de otros años él estaba consciente como de un clima de desconfianza que giraba en torno a las cosas públicas del país. La conversación avanzó y casi como repitiendo un eslogan don Francisco afirma – entre otras cosas – que con la Teletón “ganamos todos”.
Cuando escuché aquello me quedó dando vueltas. Podría elaborar la típica lista que por lógica quizás muchos se hacen; como que los “rostros” de los canales de televisión (radio) circulan por las distintas marcas que apoyan la obra llamando a consumir dichas marcas, así las empresas se ahorran el costo de que conocidos y respetados promocionen sus marcas. Por otra parte, se asume que al momento de comprar en el mercado se haga prefiriendo las marcas solidarias. Correspondería hacerse la pregunta ¿Todas las ganancias adicionales producto del apoyo de una marca determinada se incorporan a la donación exactamente que hace la empresa determinada? o ¿Cómo se distribuye ese porcentaje, las empresas nos muestran sus balances finales? O, cuando se propone el mismo día de la teletón que tal empresa después de una determinada cantidad de ventas de ese mismo día, aportan con una determinada suma dinero, ¿cuánto de todo lo recaudado va para los distintos lados? Y así podíamos seguir.
Del año 2014 hasta ahora el problema que analizaba Mario kreutzberger sobre la desconfianza en las instituciones y las personas ha aumentado más como probablemente en ningún otro año. Como nunca hemos tenido como sociedad motivos más que suficientes para desconfiar de todo lo público y privado, inclusive de lo patrimonialmente sagrado que creemos tener. Casos como; Corpesca, Penta, Soquimich, Caval, defalco de los militares y la ley del cobre, presiones al SII, Alcaldes investigados por la basura, muchos parlamentarios investigados judicialmente, precios de fantasía en los fármacos, colusión multimegamillonaria por 10 años del papel higiénico y podría seguir… La confianza es materia fundamental de todo tipo de relación y eso en Chile ni siquiera está en el piso pareciera que lisa y llanamente ya no la hay, todo lo que involucra fuertes cifras de dinero llama a la codicia y corrupción desenfrenada. Resulta medio extraño poner a la Teletón o mezclar a la Teletón con todo lo descrito, sin embargo, algunas conexiones dejan al menos un matiz de preguntas.
Carlos “el choclo Délano” hasta hace muy poco era Presidente del directorio de la Teletón, qué mayor confianza en él como para nombrarlo Presidente de la obra. Al tiempo que estalla el caso Penta el señor Délano deja inevitablemente el directorio hace poquito más de un año . ¿Es legítima la defensa de que sus supuestos negocios vinculados con política estén en caminos separados con respecto a su participación en la Teletón? ¿No la mancha en nada? ¿No admite desconfianza en ella? Uno interpreta su pronta salida de una sola forma. Asimismo, muy recientemente con su escándalo la empresa Cmpc deja de emitir todo tipo de publicidad relacionada con la promoción de la teletón. ¿Se estuvo por años promoviendo y estimulando la compra de papel higiénico de Cmpc para la teletón a costa de engaño? ¿La solidaridad también sufrió de engaño? ¿Las donaciones por años de esa empresa a la obra benéfica fueron producto de un robo sistemático a cada chileno que les compró sus productos? Es más, en septiembre de 2014 la fiscalía económica falló que las empresas de los pollos (incluida super pollo) estuvieron 15 años coludidas! ¿En cuántas campañas los dineros y deseos de los chilenos estuvieron engañados en función de aportar solidariamente? ¿Acaso nadie puede sentirse libre de pensar que son muchas más las empresas involucradas en uno de los mercados más concentrados como el chileno?
La relación y la línea que sustenta la “cruzada” solidaria es muy delgada. Reconozco que en el fondo es una gran obra que sin duda ha ayudado a mucha gente que en su vida podría acceder a lo que se ofrece allí, pero esto de mezclar la televisión (industria que mueve demasiado dinero) empresas, “rostros”, ventas y donaciones de mucho dinero desgraciadamente siempre levantará suspicacias. La verdadera ayuda no pide nada a cambio, el ayudar pero a la vez ganar es el punto que confunde. El verdadero altruismo no busca nada, sólo se hace. El que la Teletón y su campaña mediática logre derrotar la desconfianza ciudadana es bastante difícil, actualmente estamos en una condición en que el poner en tela de juicio hasta las obras benéficas, más que se piense que se comete un error al final y a la luz de los acontecimientos se vuelve necesario. Dicho sea de paso ¿Cuál es la verdadera razón que está detrás de que cuando hay elecciones no hay Teletón?… ¿Populismos, aprovechamientos, u otros impedimentos?
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