El duelo de “la derecha fundamentalista” que enfrentará a Kast, Kaiser, Edwards y Carter

Analistas creen que el duelo emergente se desarrollaría en un ambiente donde el liderazgo de Kast y el Partido Republicano se halla en declive, y donde, si bien hay una inclinación por lo moderado, la irrupción de aspirantes radicales impacta en el caudal de votos de la centroderecha de Matthei.

El diputado Johannes Kaiser, líder del Partido Nacional Libertario y del sector que denomina la “derecha fundamentalista”, emergió hace días en las encuestas como alternativa presidenciable, alcanzando un 8,1% en Pulso Ciudadano. Su alza en adhesión se da en un contexto donde la exalcaldesa y abanderada de la UDI, Evelyn Matthei, lidera los sondeos con un 26,4% y en donde José Antonio Kast cae a un 10,4%.

La irrupción de Kaiser es vista como un fenómeno llamativo, ya que arroja un ascenso en 5,4 puntos para el diputado libertario, mientras que Kast experimenta una baja progresiva de 2,3 puntos.

Dicha disputa se desarrolla en un ambiente donde el liderazgo del líder del Partido Republicano se encuentra –a ojos de los analistas electorales– en “un momento de cambios”, por una serie de razones.

La primera que se menciona en círculos de la oposición viene acompañada por una “evaluación realista” de su entorno, tras las municipales, donde anunció que la elección de 2025 será su última postulación a La Moneda.

Otro elemento que se observa es que en el Partido Republicano el nombre de Marcela Cubillos sonó como posible alternativa en caso de un retroceso de Kast, aunque la proyección de la exministra se vio fuertemente afectada por controversias recientes ligadas a su sueldo de $17 millones por media jornada en la USS y su derrota en Las Condes.

El sociólogo y politólogo Víctor Maldonado manifiesta que el 8% de Kaiser refleja un interés del electorado por nuevos liderazgos dentro de ese sector, en un contexto donde Kast tendrá su última postulación a la Presidencia de la República. Este cambio genera un vacío en el liderazgo que podría ser ocupado por otros candidatos.

“Kaiser es visto como un representante de la derecha más extrema, con un perfil que puede atraer a un sector de votantes insatisfechos con las opciones actuales. Su estilo de comunicación y su capacidad para generar debate son elementos que lo posicionan como un competidor relevante. Sin embargo, su aparición en las encuestas se produce en un escenario donde el Partido Republicano, al que pertenece originalmente, no logró alcanzar el objetivo de reemplazar a Chile Vamos en el liderazgo del sector opositor en las recientes elecciones”, dice Maldonado.

“Kaiser y Kast son parte del mismo sector, pero no se puede afirmar con certeza que sus apoyos sumen (hasta 18%). Los resultados de la UDI y Chile Vamos en las últimas elecciones sugieren que el liderazgo de la derecha más dura, aunque en disputa, no logra desplazar a los partidos tradicionales de la centroderecha. La aparición de Kaiser como candidato puede interpretarse como una respuesta a los resultados de los abanderados de Kast. La respuesta a las demandas por parte de los partidos establecidos influirá en el crecimiento de este sector”, agrega el exmiembro del Segundo Piso de Bachelet, Víctor Maldonado.

Votantes que exploran el estilo MEO-Parisi

La estrategia de Kaiser se centra en la difusión de sus ideas a través de redes sociales, lo que permite construir una base de apoyo, aunque aún limitada. Su enfoque digital contrasta con el de Kast, quien prioriza la consolidación de su partido y la búsqueda de un electorado más amplio.

El decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán, analiza que Kaiser representa una apuesta dentro el contexto político y, si bien su apoyo en las encuestas “no es menor, oscila entre el 2% y el 8%, con márgenes de error significativos”. El académico considera que todavía es prematuro evaluar su impacto real, ya que Kaiser compite directamente por el apoyo de un sector específico del electorado que tradicionalmente respaldó a José Antonio Kast, en la derecha dura y entre inclinaciones libertarias y autoritarias.

Además, enfatiza que la falta de un grupo de apoyo político sólido alrededor de Kaiser lo limita en términos de visibilidad y relevancia política: “Sin un equipo que lo respalde y lo haga publicitable, su capacidad para atraer más atención dependerá de los medios de comunicación, lo que sugiere que su base electoral sigue siendo limitada y carece de la amplitud necesaria para convertirse en un jugador electoral significativo”.

Analistas políticos sugieren que la competencia se intensificará a medida que las elecciones se acerquen. El diputado del distrito 10 (por las comunas de Santiago, Ñuñoa, Providencia, La Granja, Macul y San Joaquín) que obtuvo más de 15 mil votos en 2022 (la tercera mayoría de ocho escaños), intenta presentarse como una opción renovada que aborda temas relevantes para un sector del electorado que se siente ignorado.

“Contradicción entre lo libertario y lo nacionalista”

Por su parte, Kast enfrenta el desafío de mantener su base de apoyo mientras lidia con un nuevo competidor que divide a su electorado. Además de Kaiser y Kast, otros, como los senadores Rojo Edwards y Rodolfo Carter, también apuntarían a posicionarse en la ruta presidencial.

“Estos candidatos provocan que ciertos electores atiendan a sus provocaciones y las vean como sinceras o valientes, o como se le quiera llamar, pero no se traduce en votos. Francisco Orrego, o Franco Parisi, puede que coincidan con Kaiser cuando atacan la política y a los políticos. Hace rato hemos tenido candidatos así, acuérdate de MEO, que hablaba del duopolio. En eso se asemejan, pero en su contenido son muy diversos”, explica el decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán.

Y agrega: “Probablemente, vamos a ver a un Kaiser que no es tan libertario como dice, en materias económicas o de libertad en temas como el aborto, ya que defiende que una persona debe ser libre y no puede ser limitada por el Estado. Son contradicciones entre lo nacionalista y lo libertario”.

La competencia entre los candidatos, en todo caso, no se limita a las cifras en las encuestas; también involucra la narrativa política de cada aspirante a La Moneda.

Kaiser busca diferenciarse “con un enfoque proactivo”, mientras que Kast intenta mantener su relevancia. El diputado por Santiago explica que su apoyo proviene de la buena evaluación de su actividad como parlamentario, en sus propuestas de ley, trabajo en comisiones y principalmente de redes sociales donde participa activamente.

“Kast y Kaiser juegan mucho en la contienda de esta cosa mediática y puede haber una correspondencia, entre red social y un voto, pero si tuviera 150 mil seguidores o más en Twitter, estamos hablando de 15 millones de votantes. Yo tiendo a pensar que hay un alto margen de error, porque esa correlación no se da y hay que analizar y limpiar ahí en términos de información”, sostiene el analista político Eugenio Guzmán.

La derecha para un nicho extremo

Otros analistas comentan que, de la lista de candidatos de la llamada “derecha estridente”, todos compiten por un electorado que busca nuevas propuestas y respuestas a sus inquietudes. No obstante, algunos advierten en que el más llamativo es Kaiser.

El académico y especialista en análisis político Guillermo Holzmann señala que la presencia pública de Kaiser, aunque limitada a un nicho específico, ha logrado captar la atención de un sector del electorado que busca propuestas concretas y argumentos claros. Y agrega que su capacidad para tocar temas que no son abordados por otros líderes políticos ha contribuido a su posicionamiento en las encuestas. Esto se da en un entorno donde tanto el oficialismo como la oposición enfrentan críticas por su falta de credibilidad y por un aparente debilitamiento institucional.

“El aumento en el apoyo a Kaiser se puede atribuir a la percepción de vacíos en las propuestas de otros líderes. Uno percibe, de distintos estudios de opinión, que lo que hay en la gente es desconfianza del sistema político, instituciones, falta de credibilidad en autoridades, una percepción de debilitamiento, que se traduce en inseguridad. Y eso lleva a aquellos encuestados a empezar a buscar alguna alternativa que les dé, yo diría, argumentación o una propuesta, y creo que es ahí donde Kaiser ha ido destacando (…), pero aún es temprano para confirmar una tendencia”, precisa Holzmann.

No obstante, cierta consolidación de Matthei como candidata podría ser vista como una respuesta a la necesidad de moderación dentro de la centroderecha. Su postura más conciliadora podría atraer a votantes que se sienten incómodos con la retórica extrema de Kast, Kaiser y Edwards.

En este sentido, la falta de visibilidad y apoyo para los candidatos de “la derecha fundamentalista” podría reflejar un deseo del electorado de distanciarse de esa derecha dura, que muchos consideran desfasada y poco representativa de los valores democráticos contemporáneos.

Kast, Kaiser y Edwards

Para el director del Centro Democracia y Opinión Pública de la Universidad Central, Marco Moreno, la experiencia de elecciones presidenciales anteriores evidencia que muchos de los candidatos que inicialmente eran considerados favoritos no llegaron siquiera a ser postulantes.

El analista argumenta que un ejemplo de aquello fue Gabriel Boric, quien en diciembre de 2020 no figuraba como una opción relevante y terminó por convertirse en candidato el año siguiente. El analista y académico cree que la lógica de candidaturas disruptivas puede estar presente en la contienda, con figuras como Kaiser y el senador Rojo Edwards del Partido Social Cristiano, quienes pueden complicar la definición de una candidatura única en la oposición.

Moreno coincide en que Kaiser podría estar captando parte del electorado de la derecha más extrema que antes respaldaba a Kast.

“Kaiser es el típico candidato disruptivo que puede aparecer en un contexto de elección abierta y con un electorado líquido. Él es conocido en el territorio digital, construyó su plataforma en las redes sociales y, cuando las encuestadoras preguntan, hay un sesgo, porque es gente que tiene y está muy activa en redes sociales, por eso hay un conocimiento de él”, señala.

“Hay que recordar que hace exactamente cuatro años, ya a un año de la elección, muchos de los nombres que aparecían como favoritos en esa oportunidad finalmente no llegaron a convertirse en candidatos, por eso es que es un factor importante esta lógica disruptiva. Por ejemplo, Gabriel Boric en diciembre del 2020 no aparecía como una opción y finalmente fue el candidato al año siguiente”, plantea Moreno.

Según manifiesta, la retórica de Kaiser, por ejemplo, frecuentemente se asocia con discursos que tienden a exacerbar tensiones sociales y políticas. Esta estrategia podría resultar en un rechazo por parte de aquellos votantes que priorizan la cohesión social y derechos sociales adquiridos. En un contexto donde la polarización es un tema sensible, su candidatura podría ser vista como un retroceso en la búsqueda de consensos y más bien autoritaria.

Fuente: El Mostrador