De acuerdo a la Encuesta Nacional de Violencia contra la Mujer 2024, que mide la violencia en contextos familiares, doméstico y en zonas urbanos-rurales a nivel país, se registraron algunas disminuciones en indicadores de violencia general, física, sexual y psicológica en comparación al 2020.
Se trata de una medición, implementada por la Subsecretaría de Prevención del Delito y el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, que abarcó a más de 11 mil mujeres a nivel nacional y regional de entre 15 y 65 años.
Como novedad respecto a la edición anterior, esta versión sumó al cuestionario preguntas relativas a la violencia en mujeres mayores (más de 66 años), a la violencia rural y a la violencia gineco-obstétrica. En la última, un tercio de mujeres admitió haber sufrido este tipo de violencia alguna vez en su vida. “Son resultados alarmantes”, indicó la ministra de la Mujer, Antonia Orellana.
Entre los principales hallazgos, la encuesta dejó en evidencia cambios significativos en la desnaturalización de patrones culturales, destacando una disminución en la aceptación de creencias machistas entre mujeres. El cambio más notorio se observa frente a la afirmación: “Que el hombre sea el único responsable de los gastos de la familia y del hogar”.
En 2020, el 37,6% de las mujeres expresaron un alto nivel de acuerdo (muy de acuerdo + de acuerdo). En 2024, este porcentaje disminuyó a 14,5%.
Al respecto, la ministra Orellana sostuvo que: “Los patrones culturales todavía nos muestran que, de acuerdo a esta encuesta, seguimos creyendo que las tareas de la casa son solamente tarea de las mujeres, que los niños y niñas se cuidan solamente por las mujeres y eso tiene consecuencias. Tiene consecuencias en el día a día del cuidado y tiene consecuencias en la carga horaria global”.
Otros hallazgos
En cuanto a la violencia general, se evidencian un retorno a valores históricos. En 2020, el 21,7% de las mujeres reportaron haber sufrido alguna agresión durante ese año, mientras que en 2024 este porcentaje cayó al 20,3%, con una disminución de 1,4 puntos porcentuales. Asimismo, en 2020 el 41,4% de las mujeres encuestadas reportaron haber sido victimizadas al menos una vez en su vida, cifra que disminuyó a 33,4% en 2024, con una baja de 8 puntos porcentuales en cuatro años.
Las reducciones estadísticamente significativas se registran en violencia psicológica, en el último año, de 20,2% en 2020 al 18,5% en 2024 y en la vida, del 38,3% en 2020 al 28,6% en 2024.
Las excepciones se presentan en algunas regiones, como la Región Metropolitana y Tarapacá que muestran aumentos en violencia física y sexual.
No obstante, el indicador que despierta las alarmas de las autoridades es el aumento en la violencia en el espacio educacional, único indicador de contextos en la que crece la victimización, en el último año del 1,2% en 2020 al 2,2% en 2024.
Denuncias
El estudio reveló que en la arista de las denuncias, una parte importante de mujeres señaló que no acuden por ayuda a las autoridades por desconfianza en las instituciones.
La subsecretaria de Prevención del Delito, Carolina Leitao, indicó: “Tenemos que preocuparnos cuando las mujeres no confían en la institucionalidad (…) Nuestra preocupación principal entonces es dotar a la institucionalidad de la fortaleza necesaria para que las mujeres confíen en esa institucionalidad para denunciar”.
“Y, por supuesto, también qué es lo que pasa después con esa mujer que se atrevió, que fue muy valiente al denunciar, porque ustedes saben que cuando hay violencia contra la mujer la mayoría de ellas se produce en el ámbito en el contexto de pareja, por ejemplo, donde hay sometimiento desde el punto de vista económico”, afirmó.
En lo que respecta a la violencia psicológica, el porcentaje de mujeres que acudió a denunciar fue de 19,1% en 2024, similar al 19% de 2020. Donde sí se registró un incremento importante fue en la denuncia por violencia física, que aumentó de 29% a 37,4%. Por el contrario, el número de mujeres que denunció su último episodio de violencia sexual bajó de 16,3% a 12,1%.
Resultados urbano-rural
Cabe destacar que no se observan grandes diferencias al comparar datos entre zonas rurales y urbanas en las cuatro regiones encuestadas para 2024, aunque se destaca la mayor violencia en zonas urbanas en espacios públicos, en vida (36,0% urbano vs 32,1% rural) y en el último año (8,6% urbano vs 4,9% rural).
No obstante, la mayor violencia gineco-obstétrica se produce en zonas rurales: prevalencia en la vida del 29,0% frente al 27,2% en zonas urbanas.
La alcaldesa de Quinta Normal y presidenta de la Asociación Chilena de Municipalidades, Karina Delfino, sostuvo que el delito de violencia intrafamiliar es el tercero de los delitos que identifica Carabineros en su comuna, por tanto, “es sumamente importante poder planificar políticas públicas desde el espacio local articulándose con el resto del Estado por cierto para que precisamente las mujeres podamos vivir en un ambiente libre de violencia”.
Fuente: Radio Universidad de Chile