Por Beatriz Sánchez/ Periodista
¿Qué pasa si no sacamos la rabia? ¿Qué pasa cuando esa rabia se acumula por semanas, por meses, por años? ¿Qué le pasa a un país cuando no puede canalizar su rabia?
Esta semana nos enteramos de una nueva colusión. Esta vez son los supermercados. Antes fueron el papel de limpiar, el asfalto, las navieras, buses interurbanos, las farmacias etc. Pero si no se hubiesen coludido, la actual concentración de muchos de estos sectores les hace posible «matar» a la competencia, maltratar a sus proveedores pequeños y no considerar a sus clientes. Da rabia.
Hace sólo unos días se conoció el resultado de la PSU. El 70% de los alumnos de colegios municipales no superó los 500 puntos. Reciben una subvención un poquito superior a los 60 mil pesos mensuales. En el «otro Chile» hay chiquillos que se educan por 500 mil pesos mensuales. Ellos son los hijos de los que se coluden robándole todos los meses a las familias que no pueden pagar otra educación. Da rabia.
Vimos hace una semana las diferencias de arancel en las carreras universitarias. ¿Qué puede justificar que una misma carrera valga el doble en una u otra universidad? ¿Cómo es que una universidad privada que lucra, gasta más en publicidad de lo que gasta otro plantel completo -que no lucra- en pagar a sus profesores?¿Por qué hoy todos financiamos el lucro en la educación? Da rabia.
Hoy nos enteramos que los parlamentarios tienen la posibilidad de créditos blandos en el mismo Congreso, ayer supimos que ocupan las millas extras de los vuelos comprados con plata fiscal en viajes personales y privados, antes que gastan millones y millones de pesos en bencina, antes de eso que se les paga un viático por ir a trabajar, antes que se enviaban mails con quienes los financiaban para acordar leyes y antes que recibieron financiamiento trucho (no sabemos cuántos) para salir elegidos. Da rabia.
Cuando el 70% gana hasta 426 mil pesos y las pensiones en un 95% no pagan más de 150 lucas. Cuando el salario mínimo no saca a una persona de la línea de la pobreza. Cuando estos mismos que se coluden, pagan a miles de sus trabajadores ese salario mínimo. Da rabia.
El 89% de los que hoy están presos son pobres. ¿Sólo los pobres cometen delitos? Claramente, con todo lo dicho anteriormente, no. Sin embargo, en el Congreso se apuran por legislar una ley corta antidelincuencia para el que roba un celular en la calle y el ladrón de «cuello y corbata», ese «emprendedor» que se colude, paga una multa y sigue viviendo su vida sin sobresaltos. Seguimos acumulando rabia.
Y después nos preguntamos porque luego de marchas o celebraciones llega una turba a destrozar todo lo que encuentra. O porque no podemos detener la evasión del Transantiago. O como es que nadie participa de los procesos electorales. O porque los niveles de desconfianza son de los más altos de toda América Latina. ¿Cuánta rabia hay allí? ¿Qué le pasa a un país que se llena de rabia? ¿Qué le pasa a un país que no puede canalizar esa rabia?
Entonces…¿qué hacemos?
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