En un balance de estos dos años de gobierno, califica la reforma en educación como el avance “más trascendental de las últimas décadas contra la desigualdad”.
Al cumplirse dos años del segundo gobierno de Michelle Bachelet, su ministro vocero, Marcelo Díaz, afirmó que aunque han habido errores, el Ejecutivo los ha sabido corregir.
“Un ejemplo de aquello fue el proyecto de simplificación de la reforma tributaria”, dice.
Luego de una compleja semana en el Congreso por la tramitación de la reforma laboral, el ministro aprovecha de hacer un balance y también un llamado a la Nueva Mayoría a actuar con “disciplina y convicción” para los próximos 24 meses.
¿Cuál ha sido a su juicio el proyecto más trascendental hasta ahora?
Son significativos los avances que se registran para tener educación gratuita y de calidad. No hay dudas de que esta es la más trascendental de las reformas de las últimas décadas contra la desigualdad. La reforma educacional estuvo en el corazón de la última campaña presidencial, donde se jugaron dos formas de ver la educación en Chile: una que situaba a la educación como bien de consumo y la segunda, que encarnaba la Presidenta Michelle Bachelet, que era la educación como un derecho social garantizado.
Algunos de los proyectos emblemáticos, sin embargo, terminaron mutando, como el alcance de la educación gratuita superior y, por lo que se ha visto estos días, también podría ser el caso de la reforma laboral. ¿Es válido decir que se está cumpliendo con lo prometido?
Independientemente de las diferencias, la educación superior gratuita es una realidad. La reforma laboral está a punto de ser despachada. Resta solucionar algunas discrepancias, pero la médula de lo aprobado es lo que habíamos planteado.
¿Se han sentido apoyados por el oficialismo? Se lo pregunto porque el gobierno perdió un punto importante de la reforma laboral por votos de la DC, como es la negociación interempresas.
Puede haber discrepancias en casos puntuales, pero en definitiva nuestra coalición está con los cambios.
¿Alguna autocrítica a dos años de gestión?
No nos ha faltado coraje para reconocer y corregir errores. Un ejemplo de aquello fue el proyecto de simplificación de la reforma tributaria. Tal vez, cuando se quiere realizar reformas tan sustantivas, se requiere fuerza y cohesión política y a veces no hemos tenido la capacidad de poder cohesionar fuertemente a quienes respaldan al gobierno detrás de esos objetivos. La construcción del apoyo político y social es fundamental para avanzar.
¿Qué le solicitará a los partidos de la Nueva Mayoría en el encuentro que tendrán el 28 de marzo?
Todos tenemos que trabajar para cumplir con los compromisos que hicimos y debemos hacerlo en un contexto de mayores restricciones económicas. Tenemos que tener disciplina , convicción y tareas claras para los próximos 24 meses.
Antes de que llegara la Presidenta, la economía chilena crecía a más del 4%. El gobierno de Piñera cerró con un Imacec de 4,2% en 2013. Hoy sin embargo alcanza un 2%.Y para este año, la expectativa es de un 1,7%. ¿Cómo explica esto el gobierno?
La situación económica internacional incluye una baja sostenida del precio del cobre y nos ha afectado con fuerza. Sin embargo, a diferencia de otras latitudes, nuestra economía es sana y con las medidas adoptadas, como el ajuste fiscal, hemos podido enfrentarla.
¿Cree que han influido las reformas impulsadas por el gobierno, como afirman algunos economistas y dirigentes de oposición?
La recaudación tributaria 2015 fue mayor de lo que se sostenía y pudimos proyectar numerosos programas sociales, así como financiar la gratuidad en la educación.
¿A su juicio, cómo ha sido el rol de la oposición en estos dos años?
Lo que hace ruido es la lógica de las declaraciones altisonantes y destempladas que aportan poco a superar el clima de desconfianza.
El viernes la familia del ex presidente Piñera instalaba en twitter el hashtag #dosañosparaolvidar.
Pido elevar el nivel del debate. Terminar con las descalificaciones y la caricatura. Supongo que los chilenos distinguen entre quienes quieren consolidar conquistas sociales y quienes quieren volver a un contexto en que los abusos, privilegios y la inequidad eran dominantes.
Usted afirmó hace unos meses que aunque el efecto político del caso Caval los podría acompañar todo el gobierno, han sabido salir adelante con las prioridades del programa.
Suena frase hecha, pero las instituciones funcionan y nadie está por sobre la ley. Nuestro trabajo no es abocarnos a casos particulares, sino cumplir con nuestro compromiso con los chilenos.
La Presidenta Bachelet hizo el viernes un reconocimiento de la labor del ex ministro Rodrigo Peñailillo. ¿No vino un poco tarde el homenaje?.
Ella ya lo había hecho a los pocos días del cambio de gabinete, donde destacó reformas importantes. Este es un gobierno de cuatro años, ha habido distintos momentos, pero el conjunto de su resultado es obra de los 24 meses.
Del programa de gobierno que resta de ser aprobado, ¿cuáles son las prioridades para los dos años que siguen?
En esta segunda etapa del gobierno que estamos comenzando, perseveraremos en la agenda de cambios por la igualdad. Esa es la definición central. Pero es fundamentalmente una etapa de consolidación. Aún nos queda por aprobar la reforma laboral, la despenalización de la interrupción del embarazo en tres causales y finalizar la reforma educacional. Además, tenemos que llevar a cabo el proceso constituyente republicano y con sentido de Estado, entre otras tareas.
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