Ambos senadores han rechazado en el pasado cualquier proyecto que apunte a permitir la interrupción del embarazo y, en el debate que se inicia en su segundo trámite en el Congreso, son apuntados como quienes intentarán morigerar los alcances de la iniciativa legal. Zaldívar ha sido el más tajante en el interior del partido para oponerse al proyecto, mientras Patricio Walker apuntaría sus dardos fundamentalmente a la causal de violación. El Gobierno busca sacar adelante uno de sus compromisos de campaña aunque sea, una vez más, con el oficialismo dividido.
“Si el día de mañana me dicen que tengo que votar a favor del aborto, no lo voy a hacer, aunque sea el Presidente de la República quien me lo diga». Así de tajante se planteaba, en una entrevista con El Mercurio en octubre de 2013, el senador Andrés Zaldívar (DC) frente a uno de los puntos que ya se vislumbraban como controvertidos en el programa de Michelle Bachelet. Ahora, la postura del legislador será una de las más duras dentro del oficialismo cuando se inicie el debate del proyecto en la Cámara Alta, en su segundo trámite legislativo. De seguro, causará más de un dolor de cabeza a La Moneda.
Zaldívar, junto al senador Patricio Walker (DC), son apuntados en la propia Nueva Mayoría como los legisladores del bloque que más complicaciones podrían generar al objetivo del Gobierno de aprobar la iniciativa legal para la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales, tal y como fue despachada de la Cámara de Diputados hace un par de semanas.
Según señalan en la DC, Zaldívar es quien ha manifestado una postura más radical contraria al proyecto en las instancias internas del partido. Además, el legislador permanentemente ha votado en contra de las iniciativas legales que se han presentado en el Senado que apuntaban en la misma dirección. Por ejemplo, en 2012 el legislador rechazó todos los proyectos que se presentaron en la Cámara Alta para permitir la interrupción del embarazo en ciertas circunstancias. Cuando era ministro del Interior de la primera gestión de Bachelet, incluso en una entrevista con revista Cosas dijo que “en el Gobierno nadie está por el aborto terapéutico”.
En el propio partido advierten que Zaldívar apostará a su poder de negociación e intentará, al menos, que el proyecto sufra modificaciones que lo hagan “más restrictivo”, apoyando un “acompañamiento” para la mujer, en el caso de la causal de violación, que sea además mucho más disuasivo.
Respecto de Patricio Walker, parlamentarios de la colectividad falangista sostienen que él es quien tomará las banderas que tuvo la ex ministra y ex senadora Soledad Alvear (DC) en la Cámara, para hacer oposición al proyecto. Walker también ha sido uno de quienes se ha opuesto en el pasado a proyectos que apuntaban a la opción de interrumpir el embarazo.
Cabe recordar que, en el año 2006, el entonces diputado socialista Marco Enríquez-Ominami presentó un proyecto que permitía a las mujeres interrumpir el embarazo dentro de las 12 semanas desde la concepción. Sin embargo, el entonces diputado Walker sostuvo que “tenemos la esperanza que los diputados que presentaron este proyecto sean los únicos que lo aprueben, porque de lo contrario nosotros pediremos revisar nuestra permanencia en la Concertación”.
No obstante, en el círculo más cercano al senador afirman que este estaría dispuesto a ceder en algunas de las tres causales. Por ejemplo, Walker aprobaría la primera causal, es decir, cuando se pone en peligro la vida de la madre. En la segunda causal, sobre inviabilidad fetal, estaría dispuesto a escuchar posiciones, y respeto a la violación es donde pondría más obstáculos y optaría por su rechazo si es que no se realizan modificaciones al sistema de acompañamiento.
Cabe recordar que tanto Zaldívar como Walker fueron protagonistas en las tratativas por la Reforma Laboral y muchos apuntan a que ellos fueron los autores intelectuales, junto a Ignacio Walker, del concepto de “adecuaciones necesarias” que para muchos abrió las ventanas para el reemplazo interno en huelga. Es decir, “son escuchados” por el Gobierno.
Respecto de Walker, desde Palacio apuntan a que ahora, tras dejar la presidencia del Senado, se sentiría con más libertad para poder enfrentar posiciones, incluso públicamente, con el Gobierno. En el caso particular de este proyecto de aborto, los cercanos al senador aseguran que este no se considera un conservador y que no está dispuesto a transformar el aborto en una especie de “guerra santa”, representando las posiciones de la Iglesia o acompañándose con la derecha, pero sí a defender hasta el final sus posiciones.
De hecho, respecto de Patricio Walker sus cercanos recuerdan que él aprobó la pastilla del día después; impulsó la Ley Antidiscriminación, incluso ampliándola; y fue impulsor asimismo del Acuerdo de Unión Civil lo que lo llevó a serias diferencias con representantes de la Iglesia Católica.
Dentro de los argumentos de Patricio Walker para defender su posición respecto del posible rechazo del proyecto, el legislador ha ejemplificado con el caso de dos líderes de izquierda, como son los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, y de Ecuador, Rafael Correa, quienes no están a favor del aborto.
La división en el oficialismo
La semana pasada el Ejecutivo logró la aprobación en tercer trámite del proyecto de Reforma Laboral, con divisiones en casi todas las bancadas de la Nueva Mayoría, excepto en la comunista, que rechazó incluso el artículo impulsado por el Gobierno en torno a las adecuaciones necesarias. En La Moneda, al parecer, están dispuestos a seguir pagando los costos de verse fracturada para sacar adelante los proyectos y estarían apostando a que, en el caso del aborto terapéutico, en el Senado los votos alcancen con lo justo.
Por su parte, desde la DC, ven lo ocurrido con el PC en la discusión laboral como una oportunidad para seguir influyendo en iniciativas legales como el aborto, ya que –según ellos– los comunistas no han pagado los costos por su rechazo en bloque contra lo planteado por el Ejecutivo.
Además, cabe destacar que el propio ministro del Interior, Jorge Burgos, “aleonó” a los legisladores que pretenden torcerle la mano al Gobierno al señalar, en una entrevista en CNN, que “si yo fuera diputado, respecto de la tercera causal (violación) estaría en un momento de duda”. La situación generó críticas en el oficialismo, pero también dejaron en evidencia que cualquier cambio al proyecto en el Senado sería un problema para el Gobierno, porque debería enfrentar a las otras colectividades que forman parte de la Nueva Mayoría.
En la Cámara de Diputados fueron seis los votos en contra y una abstención de diputados democratacristianos en el caso de la causal de violación. Tras ello, y en un trabajo liderado por la ex senadora Alvear, los parlamentarios derrotados en sus aspiraciones presentaron dos proyectos de ley, uno destinado a establecer un sistema de acompañamiento en casos de embarazos complejos; y otro, de Protección del No Nacido, por medio del acompañamiento y acogida temporal familiar y adopción.
En esa línea, los diputados Jorge Sabag, Marcelo Chávez, Matías Walker, Mario Venegas, Jaime Pilowsky, Iván Flores y Sergio Espejo, esperan que estos proyectos sean defendidos por sus senadores en el próximo trámite. Para ello, ya se están agendado algunas reuniones para intentar consensuar posturas.
Entre los senadores se apunta a que Jorge Pizarro, Carolina Goic, Manuel Antonio Matta y Pedro Araya (independiente pro DC) serían quienes están más abiertos a aprobar el proyecto en su totalidad. Mientras los antes mencionados, junto a Ignacio Walker, buscarían realizar la mayor cantidad de modificaciones al proyecto.
Ignacio Walker, por su parte, ha planteado estar dispuesto a apoyar las tres causales, “con ánimo de persuadir y ser persuadido”, explican sus cercanos, y recuerdan que su hija, Elisa, es parte del equipo del Sernam que ha trabajado con la ministra Pascual en esta agenda tan sentida para la Presidenta Bachelet. No obstante, también su objetivo es intentar “moderar” el proyecto, para que haya siempre mejores alternativas para continuar con el embarazo.
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