Tras una semana cruzada por el debate por las AFP y la interpelación a la ministra de Justicia, la aprobación de la Presidenta marca un nuevo mínimo histórico en la encuesta Plaza Pública-Cadem: 19%. El sondeo coloca a Javiera Blanco como la ministra más resistida por la gente.
Si las encuestas son sólo una fotografía del momento, como suelen decir los dirigentes políticos, la imagen que enmarca el último sondeo semanal de Plaza Pública-Cadem difícilmente puede ser más oscura respecto de la aprobación de la Presidenta y su gabinete.
Por primera vez desde el inicio de su segunda administración, la Mandataria bajó del 20% de aprobación, para marcar un nuevo piso histórico de respaldo de 19%, según el sondeo realizado entre el miércoles 3 de agosto y el viernes 5 de agosto a 711 entrevistados.
En tres oportunidades la aprobación de la Presidenta Bachelet había marcado 20%, pero con una ligera recuperación a la semana siguiente. Así ocurrió el 4 de septiembre de 2015, en medio de la marcha de los camioneros de La Araucanía a Santiago y errores en los cálculos sobre la gratuidad de educación; o el 26 de febrero pasado, cuando se produjo la salida del administrador de La Moneda, Cristián Riquelme, por vínculos de sus empresas con licitaciones del Estado y luego de que se supiera que había recibido en La Moneda a uno de los implicados en el caso Caval. La última vez que Bachelet llegó a ese piso de aprobación fue la semana pasada, tras una caída de tres puntos en su adhesión.
Según esta nueva medición, hecha en medio del creciente debate por cambios al sistema previsional, de la ofensiva de los partidos políticos del oficialismo por un cambio de gabinete y la interpelación a la ministra de Justicia, Javiera Blanco, por los problemas que se han registrado en el Sename y Gendarmería, el 73% de los chilenos desaprueba la forma en que Bachelet está conduciendo el gobierno.
La Presidenta también ha registrado en el último mes una baja del 17% al 13% de apoyo entre quienes se declaran partidarios de Bachelet y quienes creen que ha hecho una buena administración. En marzo de 2014, al inicio de su gobierno, quienes decían que les gustaba Bachelet y creían que haría un buen gobierno llegaban al 41% de los chilenos, según esta misma encuesta.
Si la aprobación de la Jefa de Estado ha caído, la del resto de su gabinete se mantiene en el 13% en las últimas dos semanas.
La principal variación respecto del gabinete es el aumento de las personas que creen necesario que haya un cambio de los principales colaboradores de Bachelet. Un 68% de los encuestados estima que debería haber un cambio en el equipo ministerial.
La encuesta coincide con la ofensiva desplegada desde los partidos de la Nueva Mayoría para forzar a Bachelet a hacer un cambio de piezas más profundo y no sólo que involucre a los secretarios de Estado que tengan contemplado postular a un cargo de elección popular en las próximas parlamentarias.
“Un cambio de gabinete es urgente, si el gobierno quiere modificar su imagen de desgaste y retomar la iniciativa”, dijo el 31 de julio pasado el vicepresidente del PS, Camilo Escalona.
“El gobierno necesita nuevos aires. No basta con ajustes en los ministros que quieren ser candidatos. El ajuste se tiene que hacer pensando en la gestión”, remarcó hace algunos días el timonel del PR, Ernesto Velasco.
Según la encuesta Plaza Pública-Cadem que se conocerá mañana y que adelanta Reportajes, la principal afectada es la ministra de Justicia, Javiera Blanco. Un 32% de los encuestados cree que debería estar considerada en el próximo cambio de gabinete que realice Bachelet, y el 74% de los chilenos desaprueba la forma en que la titular de Justicia está desarrollando su labor.
Casi dos tercios de los encuestados afirma que estaban informados de la interpelación en la Cámara de Diputados a la que fue sometida la ministra Blanco el martes recién pasado, cuando debió responder las preguntas que le hizo la diputada de RN Marcela Sabat respecto de los problemas detectados en el Sename y las altas pensiones otorgadas en Gendarmería.
Y si bien el 60% cree que se justificaba esa interpelación, el 71% de los encuestados cree que el extenso interrogatorio que debió responder la titular de Justicia fue sólo un ofensiva con fines políticos y mediáticos.
Apenas el 25% de los chilenos consideró que la interpelación tuvo alguna utilidad.
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