Nuevas pensiones: opción que mezcla retiro programado y renta vitalicia lidera preferencias

Las modalidades de pago que históricamente han concentrado las preferencias de quienes se pensionan son el retiro programado, a cargo de las AFP, y la renta vitalicia, que es contratada por el afiliado en una compañía de seguros. Ambas sumaban, hasta hace un tiempo, el 70% de las predilecciones. Pero eso comenzó a cambiar en 2014 y la opción que hoy lidera entre los nuevos pensionados es un híbrido entre las dos descritas.

Es la renta temporal con renta vitalicia diferida, que entre julio de 2015 y junio de este año fue la escogida por el 36,2% de las 45.967 nuevas pensiones aceptadas en el Sistema de Consultas y Ofertas de Montos de Pensión (Scomp), según un informe de la Superintendencia de Pensiones (SP).

Le sigue la renta vitalicia inmediata, con el 35,9%. Luego figura el retiro programado, con el 27,7%. Mucho más atrás aparece otro híbrido, la renta vitalicia inmediata con retiro programado, con sólo un 0,2%.

La renta temporal con renta vitalicia diferida, la opción que lidera las preferencias, consiste en que el afiliado contrata con una aseguradora de vida el pago de una renta mensual fija reajustable en UF, a contar de una fecha posterior al momento en que se pensiona.

Entre la fecha en que solicita esta modalidad y aquella en que comienza a percibir la renta vitalicia, el afiliado recibe una pensión mensual financiada con dineros que se retienen para este fin en su cuenta de capitalización individual, gestionada por la AFP. La persona mantiene la propiedad y asume el riesgo financiero sólo de la parte de sus ahorros que permanece en la AFP y por un período acotado. En el lapso posterior, el riesgo de longevidad y financiero es de parte de la aseguradora con que se contrató la renta vitalicia diferida.

“En la teoría, la renta vitalicia diferida es una herramienta para pensionarse por retiro programado pero sin empobrecerse en la cuarta edad”, explica Vicente Lazen, director de RegFin y ex intendente de fiscalización de la SP, refiriéndose a la fase de la vida que se inicia a los 80 años.

En la práctica, no obstante, el uso de la renta vitalicia diferida en Chile se fundamenta en la decisión de postergar la pensión fija y segura, pero más baja, para así acceder por un corto lapso a una suerte de pensión de transición, sostiene el experto. “Por eso, el período de diferimiento elegido por las personas es relativamente corto. Es muy raro que supere los 3 años”, agrega.

“Las personas que optan por esta modalidad consideran sus atributos, que les permiten recibir una pensión en la etapa temporal que puede alcanzar hasta el doble de la pensión de renta vitalicia diferida, que será la definitiva”, detalla Erika Fernández, analista de estudios de la Asociación de AFP.

Al desagregar por tipo , el informe de la SP consigna que en la pensión por vejez anticipada la modalidad más escogida fue retiro programado (42,9%). En las pensiones por vejez edad, lideró la renta temporal con renta vitalicia diferida (40,7%).

Las otras

El que la renta temporal con renta vitalicia diferida haya liderado en el lapso de análisis, no quiere decir que sea la opción más favorable para todas las personas. De hecho, Fernández plantea que ninguna de las modalidades de pago es mejor que otra. “Cada persona elige la que más se acomoda a sus preferencias, necesidades y disposición de otras fuentes de ingresos”, dice.

El retiro programado es la modalidad que paga la AFP con cargo a la cuenta individual del afiliado. La cuantía de la pensión se actualiza cada año en función de la expectativa de vida de la persona y sus beneficiarios, entre otros factores. “Lo anterior significa que el monto de la pensión varía cada año, disminuyendo con el tiempo”, señala la SP en su descripción. Si el afiliado fallece, con el saldo remanente se pagan pensiones de sobrevivencia a los beneficiarios; si estos no existen, lo que resta se paga como herencia.

Ese mecanismo puede ser recomendable para quienes tienen “ingresos adicionales, pero que no quisieran renunciar a que su capital pueda heredarse, o para los que estiman que su esperanza de vida no es muy alta”, dice Lazen.

La renta vitalicia inmediata la contrata el afiliado con una aseguradora. Ésta se obliga a paga una renta mensual fija en UF para toda la vida y, fallecido éste, a sus beneficiarios. El afiliado deja de tener la propiedad de sus fondos, que son traspasados por la AFP a la compañía de seguros.

Mientras, en la renta vitalicia inmediata con retiro programado se dividen los ahorros previsionales y se contrata con ellos, simultáneamente, una renta vitalicia inmediata y una pensión por retiro programado. “Combina el atributo de la renta vitalicia, que es asegurar una pensión de por vida, con el del retiro programado, que permite dejar herencia en caso que quede saldo y no existan beneficiarios con derecho a pensión”, indica Fernández.

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