Un complejo panorama se abrió en Ripley desde el momento que la Empresa concentró la totalidad de sus tiendas en un solo rut.
En el mercado y en el mundo sindical se especuló sobre la forma particular que asumiría la anunciada dilución de los multiruts hasta que se concretó y se optó por una razón social en todo el territorio nacional.
Esta nueva realidad tendrá su prueba de fuego, para empresa y sindicatos, en los próximos meses cuando venzan los primeros instrumentos colectivos y las partes descubran sus estrategias.
Para los cerca de treinta sindicatos y cinco federaciones llegará el momento de probar si lo que interesa a sus dirigentes es la suerte de los trabajadores o los fueros y beneficios individuales de quienes encabezan las organizaciones. La extrema atomización de los empleados se explicaba por los multiruts, pero desaparecido ese obstáculo, no hay justificación para permanecer desunidos. La verdad es que hubo intentos previos de negociaciones conjuntas y cuando ello ocurrió y fue bien hecho resultó exitoso. Se trató de hacer coincidir en el tiempo distintos instrumentos colectivos. Esta ha sido la especialidad en distintos Holdings de CETRA.
En Ripley se han logrado los mejores Contratos Colectivos vigentes en la compañía con la estrategia de unir fuerzas y extremar las opciones sindicales con la totalidad de las técnicas disponibles. Estos instrumentos colectivos son además reconocidos como los que contienen beneficios superiores de toda el área de Grandes Tiendas. Hemos indicado estos antecedentes para señalar que existe una memoria colectiva que podría ser utilizada en esta oportunidad para optimizar opciones.
¿Qué significa lo anotado? Que distintos sindicatos podrán ajustar sus fechas de instrumentos colectivos para entablar UNA negociación que incluso trascienda sus propias fronteras e incorpore otros trabajadores en condiciones de negociar. Será una oportunidad de unidad y fortaleza. Veremos cuantos estarán disponibles para aprovecharla y vencer sus recelos y la defensa de sus pequeños feudos.
Para Ripley, como empresa, constituirá una barrera ético-política a salvar. Se verá en concreto si este adelantamiento a una probable ley es un acto legítimo de reparación a un error que se arrastró por años o tan sólo una medida espuria que pretende blanquear su imagen corporativa en un tiempo histórico complejo, pero que preservará la ventaja de los multiruts al mantener negociaciones por locales, afianzándose en las fechas de término de los instrumentos colectivos.
Será un año interesante para el destino de los sindicatos de locales que podrán ser absorbidos por las nuevas alianzas que se ordenaran por las lógicas de negociación o los intereses encubiertos de algunos grupos de dirigentes que se agrupan en torno a caudillos.
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