Carlos Cano B. Centro de Estudios del Trabajo-CETRA Director Ejecutivo
Los días 24 de julio, 21 de agosto y 16 de octubre marcan hitos relevantes en la construcción de este movimiento social amplio, multiforme y transversal. Lo vertebra la Coordinadora Nacional de Trabajadores No + AFP, que se sostiene en cuatro grandes organizaciones sindicales; Confederación Bancaria, Confusam (consultorios municipales), Fenpruss (profesionales de los hospitales) y Confederación Coordinadora de Sindicatos del Comercio (grandes tiendas y supermercados). Junto a éstas y con sus aportes se extiende una red nacional y territorial de coordinadoras regionales y locales, además de otros sindicatos a los que se adicionan entidades informales.
Por años, la CNT No + AFP realizó actividades a pequeña escala incluyendo las marchas de los días 10 de cada mes en el último periodo, pero en junio de 2016 se presentó uno de esos catalizadores que alteran la historia. La jubilación de la Señora Olate produjo la toma de conciencia colectiva y la indignación prendió como incendio forestal en la Quinta Región. La habilidad de la Coordinadora consistió en ponerse a la cabeza de una inicial auto-convocatoria con fecha y tensar sus propias capacidades organizativas. El liderazgo de Messina y sus aliados más cercanos no se vio en peligro debido a la alta legitimidad alcanzada en el tema, aunque actores sin mayor consistencia trataron de amagar esa conducción.
Es difícil señalar algún sector sindical que se haya pronunciado a favor del sistema de AFPs, salvo la ambigüedad reciente de la CUT y los partidos políticos allí representados con el asunto de la AFP estatal y los cambios cosméticos esbozados desde el gobierno en los meses recientes. En cambio la CNT No+AFP persistió siempre en su oposición rotunda a ese modelo de ahorro forzoso y marcó la Previsión Social como su máxima y única prioridad en tanto agrupación. Esta última definición tiene que estar tensionado su estructura en la medida que se le percibe como instancia con poder. Grupos más o menos cercanos a su núcleo orgánico deben tironear para buscar respaldo a sus propias causas y aquello puede alejar a su vez a otros sectores rivales.
LOS OBJETIVOS OPERACIONALES Y ESTRATEGICOS
La Coordinadora debe organizar la toma de decisiones en el corto y mediano plazo. La primera pregunta es cómo adquiere capacidades operacionales suficientes para ejecutar el Paro-protesta del 4 de noviembre. Aquí el problema es la ampliación de sus formas de funcionamiento o la existencia de acuerdos sucesivos y simultáneos con distintas estructuras sindicales considerando las dificultades del diálogo con la CUT y otras entidades similares. Aquí un dato de fondo es el alto rechazo de los convocantes no formales y los convocados a las representaciones políticas y socio-políticas. Con todo es ineludible asumir esta materia en forma clara y pública. Es probable que el Paro-protesta necesite una mesa social amplia aunque sea provisoria o para la ocasión pero una decisión así sólo aplazará el requerimiento de una resolución mayor en que ya no basta con las vocerías.
La siguiente tarea inmediata que la Coordinadora asumió es provocar una corrida de gran envergadura en las administradoras de fondos Provida y Cuprum, responsables de elusión tributaria en el caso de las falsas administradoras “gemelas”. Luis Messina estableció una meta del vaciamiento o traslados (El Ciudadano 21 de octubre). Este número (50%) parece excesivo si comparamos con lo logrado hasta la fecha en los cambios al Fondo E. Veamos los números. Provida, propiedad de Metlife, tiene 3,2 millones de afiliados que significan el 31,56% del total de afiliados en AFPs. Retiene el 26,9% de los U$170.000 millones que constituyen la suma de los Fondos previsionales. Cuprum, de Principal, cuenta con 634 mil afiliados representando el 6,25% de la suma de afiliados con una participación de 21% del total de Fondos. Salta a la vista un primer problema serio; el monto de los ahorros individuales de los cotizantes en Cuprum. Este antecedente implica que será muy difícil alterar en serio la situación de Cuprum debido a que reúne personas de ingresos mayores de Codelco y la minería privada, altos funcionarios y ejecutivos además de profesionales.
Concentrar energía en esta segunda campaña es justificado ética y políticamente pero con los datos expuestos cabe redireccionar las metas de esta campaña y fortalecer la primera (el cambio al fondo E). Focalizarse en Provida y lograr cambios simbólicos en Cuprum además de avanzar en el E serían logros posibles y mensurables. Recordemos por favor las poderosas tendencias conservadoras de la sociedad chilena como se expresó en la votación de ayer.
Las responsabilidades de mediano plazo son esbozadas a continuación.
LA PLATAFORMA
La Coordinadora se ha definido por la negación. Eso ha estado bien y por razones de identidad y reconocimiento no debe cambiarse el nombre pero existe una debilidad evidente; la ausencia de una propuesta reconocida que evite el levantamiento de planteamientos fantasmas que facilitan los ataques de los adversarios. Las AFPs con su personal propio, los medios de comunicación a su servicio y los agentes políticos que les respaldan pretenden que la Coordinadora propicia el retorno al modelo pre 73. De esta manera la discusión se hace “económica”. Se afirma que el sistema previo era caro para los trabajadores, los empresarios y el estado y además de estar desfinanciado originaba múltiples jubilaciones y con ello desigualdad. Para ganar primero esta batalla ideológica es necesario acordar definiciones conceptuales que permitan permear la mayoría de la sociedad y luego rápidamente una plataforma de propuestas prácticas y alcanzables.
El debate de ideas no debe confundirse con la eterna discusión entre “programa mínimo” y “programa máximo”. Hay que construir una plataforma posible. No una expresión de expectativas o deseos personales de los maximalistas. Salvo que no se quiera intervenir en la transformación de la realidad y sólo se pretenda una función testimonial.
LA ESTRATEGIA
En el Arte de la Guerra de Sun Ztu (China 500 A.C.), se aconseja desarrollar tres etapas, incluso secuenciales, para la definición de nuestros planes. Primero debe enfrentarse la estrategia del adversario, luego sus alianzas y finalmente “asaltar sus fortalezas”. Esto es reservar las acciones frontales y decisivas hasta cuando tengamos avances sustantivos en las primeras dos etapas. En el lenguaje usual de los analistas de hoy, hablaríamos primero de una revisión del contexto para descubrir la estrategia de supervivencia de las AFPs y sus reales beneficiarios; los grupos económicos (los aliados) y políticos (servidores del capital más que aliados).
Diseccionar la estrategia general y estrategias subyacentes de los distintos grupos de apoyo del adversario es imprescindible. No todos los núcleos defensores del modelo pueden afirmar públicamente los mismos enunciados teóricos y prácticos. Hay que enfrentar por separado esas baterías de argumentos.
Cuando se desnudan las distintas líneas discursivas de la contraparte, dislocándolas, se puede actuar más decisivamente en contra de las alianzas. Por ejemplo para sectores de la Nueva Mayoría no será aceptable que se les agrupe junto a los defensores del gran capital. Entonces cuando se organiza la política de alianzas propia debe contemplarse el diálogo político público con determinados sectores en el poder. Esto que parece fácil de decir ha sido una debilidad de los movimientos contestatarios. La falta de una correcta política de alianzas llevó al poderoso movimiento estudiantil de 2011 a la actual ausencia de peso real en las pésimas transformaciones que vive la educación o al sector público ocupado en luchas anuales por precarios reajustes en vez de haberse concentrado en cambios de fondo al empleo público o el ejemplo de las escasas victorias reales de la CUT que tuvo al alcance de la mano alianzas con opciones de victoria cierta.
EL MANDO
No diremos todo lo que es posible por razones obvias. Sólo indiquemos que el mando actual debe reordenarse. Dijimos que no basta con vocerías jerarquizadas. Que a modo de resumen en este periodo se necesita una Plataforma, una Estrategia y un Mando. Ahí tendremos un Movimiento social popular en forma. Lo demás será una anécdota en la historia.
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