Para nadie es un secreto la enorme crisis que está viviendo hoy la central. Al escándalo de las elecciones anteriores y las denuncias sobre sus irregularidades (sindicatos fantasmas, padrones inflados, etc.), hoy se suma la resolución del Tribunal Electoral que decidió suspender las elecciones que habían programado en el Congreso Extraordinario de inicios de este año: “La CUT, por decisión adoptada el 27 de enero de 2017, llevará a cabo un nuevo proceso de elecciones el 20 de abril de 2017, siendo necesaria su suspensión, con la finalidad que exista un pronunciamiento judicial que establezca si existieron o no irregularidades en el proceso eleccionario impugnado, y de impedir que con este nuevo acto, llevado a cabo por una directiva cuya elección está siendo cuestionada, se eludan los efectos de una eventual sentencia favorable a la reclamante”. ¿Qué expresa de fondo la crisis de la Central?
Durante estos meses, la CUT ha protagonizado un verdadero vaciamiento en su interior, sumado a que los principales organismos han realizado asambleas y votaciones para definir su continuidad. Por ejemplo, el Colegio de Profesores definió su congelamiento, hecho no menor, pues representan casi un cuarto del padrón del organismo. A su vez, la CONFUSAM, en un comunicado público con fecha del 29 de Marzo, declaraba su no participación en el proceso eleccionario y llamaba a la abstención: “La cúpula dirigente de la CUT nuevamente a desconocido de manera flagrante el mandato que hace más de una década más de mil dirigentes y dirigentes de base entregaran en un Congreso de realizar elecciones de la directiva nacional a voto universal. En el reciente Congreso Extraordinario nuevamente se desconoce dicho mandato”. Por su parte la ANEF en una extensa jornada este martes decidió mantenerse dentro de la CUT, no exenta de contradicciones, pues un sector de dirigentes sindicales decidieron abandonar la sesión reclamando el momento y la forma de la votación, aun así, con la votación de 226 dirigentes, que representan un 66,1%, bajo el sistema de voto ponderado, los resultados fueron “20.748 votos ponderados a favor de continuar en la CUT; 6.383 votos ponderados por desafiliarse de la CUT; 512 votos ponderados nulos; y 388 votos blancos”, así lo presentan en su comunicado público.
Intentos de la Nueva Mayoría por revivir la CUT
Esta es la crisis que asentaron las direcciones burocráticas de la CUT. La Nueva Mayoría, con la presidencia de Bárbara Figueroa (PC), ha sido el factor clave. Consagrando derrotas al movimiento obrero, actuando como voceros del gobierno de Bachelet defendiendo una reforma laboral que se mantiene a medida de los empresarios y restándose de los fenómenos más importantes que hemos protagonizado los y las trabajadoras y mujeres, como el movimiento No + AFP y Ni Una Menos, sumado a la gota que rebalsó el vaso, el escándalo producto de que se conocieran los métodos fraudulentos y antidemocráticos en las elecciones y la negativa, nuevamente, a implementar el tan exigido voto universal, amparándose en las “dificultades técnicas” que esto implicaba, provocaron la crisis terminal de la CUT, una CUT que hace muchos años dejó de ser la Central Única que el movimiento obrero necesita, para convertirse en la Central Unitaria que necesitaba el Partido Comunista y la Nueva Mayoría para gobernar.
El Partido Comunista lucha por ganar tiempo para la central. Es por esto que desde el departamento de comunicaciones CUT han lanzado una ofensiva comunicacional para “acercar la CUT a los trabajadores”, donde intentan responder a preguntas realizadas por dirigentes sindicales y la “visión de la CUT sobre los debates del movimiento obrero”, también con las apariciones de Bárbara Figueroa en la última marcha de No + AFP, o la adopción que hacen del proyecto de ley presentado por Camila Vallejos (también del Partido Comunista) de la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, buscando reposicionar a sus figuras entre los y las trabajadoras. Pero todos estos intentos no han logrado ni tampoco lograrán mitigar el problema estructural de la CUT y de muchos sindicatos en Chile, las direcciones burocráticas. Y es que, a estos intentos, se suma la resolución del Tribunal Electoral, un fuerte golpe para los dirigentes actuales, que apostaban con estas elecciones, oxigenar la CUT actual.
Hacia la refundación del Movimiento Obrero
Lo que hay de fondo, es un proceso profundo entre los y las trabajadoras que aún no termina de tomar forma. Nuevos dirigentes sindicales, movimientos como No + AFP que tiene como demanda motora una lucha de la clase obrera contra uno de los pilares de la dictadura pinochetista, procesos como el de la huelga Escondida y Molyb, donde marcharon más de mil trabajadores junto a sus familias y cómo olvidar la “rebelión de las bases” protagonizada por las y los profesores y el histórico paro del sector público, entre otros. Hay ya, una experiencia que ha aceitado los músculos de miles de trabajadores y trabajadoras, que no sólo tiene que ver con lo recluido al aspecto puramente sindical, se corresponde a la realidad nacional e internacional.
Ante esto, el movimiento obrero debe avanzar. Es necesario levantar un encuentro por una Nueva Central Única de Trabajadores, que tenga en su centro la autoorganización desde las bases, levantando un nuevo sindicalismo en Chile, independiente de la clase patronal y los políticos a su servicio, que ponga en el centro los métodos propios de la clase obrera y luche por derribar el código laboral de la dictadura y sus reformas cosméticas. Para esto, es primordial que sindicatos, federaciones y los y las trabajadoras emprendan esta batalla, apostando porque todo lo nuevo termine de nacer.
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