A una semana de una nueva conmemoración del día internacional del trabajador, el panorama para la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) se vislumbra muy diferente respecto al de años anteriores, ya que la jornada estará marcada por el fuerte distanciamiento entre las principales organizaciones sindicales que conforman la multisindical, y su cúpula directiva.
A tal nivel llega la división actual, que este año el tradicional acto -organizado por la propia Central- no contará con la participación de dos de sus históricos: el Colegio de Profesores (que congeló su afiliación) y la Confederación Nacional de la Salud Municipal, Confusam (que está evaluando su permanencia).
¿Las razones? Las críticas de sus dirigentes ante las que consideran graves irregularidades del último y fallido proceso electoral realizado en agosto del año pasado, y que culminó con la conformación de una directiva liderada por Bárbara Figueroa (PC).
Los ausentes
“Nosotros no estaremos en la marcha que convocó la CUT, y por ahora estamos evaluando dos opciones: hacer una convocatoria propia o sumarnos a alguna de las llamadas marchas alternativas. Esta decisión es triste, pero no nos sumaremos al llamado de una directiva que para nosotros no tiene legitimidad alguna”, afirmó Esteban Maturana, presidente de la Confusam, descartando su presencia.
En esa misma línea, Mario Aguilar, timonel del Colegio de Profesores, aseguró que “como Colegio no participaremos de la marcha, porque estamos en la posición de haber congelado nuestra participación en la CUT y estamos siendo coherentes con esa decisión”. Enfatizó que “es lamentable transmitir y mostrar que el movimiento sindical está dividido, no es algo que nos guste. Pero es el estado en el que está la CUT, y creo que de los peores errores se aprende”.
Cabe recordar, además, que el actual vicepresidente e histórico dirigente del gremio, Arturo Martínez, anunció que mirará “el 1° de mayo desde la calle y no desde el escenario”, a diferencia de los años anteriores (ver fotografía), y que dejará la multisindical.
Panorama preocupante
Este escenario preocupa a expertos y dirigentes sindicales, quienes temen por la representatividad y rol de la Central en temas como la implementación de la reforma laboral y en el debate en torno al sistema previsional.
“Desde la vuelta a la democracia hemos tenido conflictos en el mundo sindical, distintos episodios, pero nunca se había llegado a una situación tan extrema como esta (…) el escenario es preocupante, porque el fraccionamiento del mundo sindical generará que la Central pierda representatividad en las discusiones de temas políticos y sociales”, planteó Marcelo Albornoz, ex titular de la Dirección del Trabajo.
Situación que entienden, y comparten, desde el propio gremio, tanto así que el lema definido por la directiva para el evento del próximo lunes será “Chile necesita al pueblo unido”. En la oportunidad, Bárbara Figueroa pondrá el foco en los debates sobre la constitución y previsional.
En este sentido, desde la CUT sostienen que “Chile necesita un nuevo sistema de pensiones y un nuevo sistema de relaciones laborales, pero si no se cambia la constitución es imposible que existan cambios reales, por eso el eje central del discurso del 1° de mayo va a ser una nueva constitución para el país”, aunque reconociendo que “para lograr esos objetivos es clave que exista unidad dentro de los trabajadores, no es posible cambiar una Constitución si el pueblo no está unido”.
Albornoz enfatiza que la situación actual puede traer graves consecuencias en la participación de la multisindical en el diseño de políticas públicas.
“Tenemos una Central extremadamente debilitada, y de una u otra manera la principal consecuencia es la pérdida de representatividad producto de una seguidilla histórica de errores en sus dirigencias (…) en un futuro va a existir un movimiento sindical que no va a estar concentrado en un grandes organizaciones, ni representantes, sino que va a estar dispersado en distintos actores de menor tamaño, y un movimiento sindical fragmentado y dividido, pierde fuerza”, advirtió.
Comparte Maria Ester Feres, académica de la Universidad Central y ex directora del Trabajo, quien apunta que “esta seguidilla de problemas al interior de la CUT ha generado que de a poco la Central pierda representatividad e incidencia en el debate político, porque la ciudadanía la cuestiona. Eso es bastante doloroso, porque se han hecho muchas cosas para fortalecer el movimiento sindical y así otorgarle una mayor autonomía”.
Asimismo, para Arturo Martínez hoy la Central está en un momento en el que “no tiene peso político, ni peso sindical, es un actor pasivo que tiene voz de vez en cuando sobre temas específicos de la política contingente, pero desde hace rato no tiene peso en las discusiones políticas y sociales”.
Añadió que “no hay una vocería de los trabajadores que tenga un real respaldo, y eso genera que nos quedemos sin voz y sin propuestas en torno a los temas que hoy están en el debate. Sobre la reforma previsional, por ejemplo, la CUT no tiene propuestas, no tiene ideas, no ha presentado un planteamiento concreto. Sólo se suma a los planteamientos de otros”.
Nuevos actores
¿Qué podría pasar en adelante? A juicio de Albornoz y Martínez, el contexto actual es el propicio para que otros actores del mundo sindical tomen más protagonismo en el debate político.
“Acá tenemos dos centrales más: la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y la Central Autónoma de Trabajadores (CAT) y siempre han estado bajo la CUT, en un segundo o tercer lugar (…) ahora se abren espacios para incorporar organizaciones sindicales nuevas al debate político y social”, anticipa Albornoz.
Martínez en tanto, sostiene que “ahora es cuando esas organizaciones pueden comenzar a incidir más en la discusión de políticas públicas, siempre han estado en un segundo plano. Este es su momento para que planten sus propuestas en torno a los temas que están en el debate, y es momento que la CUT también saque la voz”.
Con todo, la directiva de la Central ya piensa en la producción de la marcha convocada para las 10 de la mañana del próximo lunes, en Plaza Italia, coordinando a las 37 CUT provinciales a lo largo del país y las cinco zonales de la Región Metropolitana, aunque asumiendo la ausencia de actores históricamente relevantes y una división que se mantendría mientras no se concrete un nuevo proceso eleccionario, que se materializaría después de la sentencia final del Primer Tribunal Electoral de la Región Metropolitana.
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