No hay armonía en la Democracia Cristiana. Pese a que la candidatura presidencial de Carolina Goic está inscrita oficialmente en el Servicio Electoral (Servel), la realidad interna muestra tres corrientes que apuntan hacia distintos lados, pero con disímiles fuerzas.
La abanderada y presidenta del partido representa a la mayoría que el pasado 29 de abril la proclamó para ser la representante en la carrera por La Moneda. Este sector, liderado también por los “guatones”, tales como Jorge Burgos y Gutenberg Martínez, sostiene que el camino de la Democracia debe ser el de reposicionarse en el escenario político del país, por esto llevan una candidatura propia que busca representar exclusivamente los intereses de “centro” de la Democracia Cristiana. En este puzzle, el ideal es mantener una alianza con la Nueva Mayoría, pero en segundo plano, superponiendo los lineamientos del partido.
El sector de Goic en dicha Junta Nacional obtuvo un 63% de las preferencias, mientras que la disidencia alcanzó un 37%. Estos últimos representan principalmente al lado más de “izquierda” de la colectividad, cuyo rostro más visible es el diputado Víctor Torres. La máxima que define a este lote es el mantener el pacto con los partidos de la Nueva Mayoría y con esto también la agenda progresista que se ha impulsado.
Por otro lado, está el ala derecha. Aquí los rostros destacados son Mariana Aylwin, Ignacio y Patricio Walker. El espíritu de este grupo, según indicaron fuentes de la DC a Radio Universidad de Chile, rechaza el pacto con el Partido Comunista. Si bien las declaraciones públicas que hacen estos representantes no son radicales, suelen expresar la inconveniencia que ven en la relación con los comunistas. Por ejemplo, en una entrevista a La Tercera, Ignacio Walker decía que “la imagen de un voto con la flecha de la falange y la hoz y el martillo es compleja”, aludiendo a la simbología de ambas colectividades.
Estas tres corrientes han mantenido un tira y afloja al interior de la colectividad, con acciones de un extremo que son rechazadas por el otro, con el sector de Goic al medio tratando de contener las posturas, al mismo tiempo en que intenta sacar a flote su candidatura y la apuesta de la DC por volver a ser protagonista en la política nacional.
La idea de bajar a Goic
El lunes se inauguró la nueva sede de campaña de Carolina Goic en Providencia. En esto trabaja el comando de la candidata, en levantar del 2% en las encuestas para obtener un mejor resultado el 19 de noviembre en las urnas. Pero semana tras semana surge algún inconveniente que revive con insistencia la posibilidad de que la senadora desista de su candidatura. Sus más cercanos son fieles al discurso de la senadora: Llegarán hasta el final.
Pese a la intención, voces al interior de la DC levantan la idea de que en la próxima Junta Nacional, convocada para el 28 y 29 de julio, se revise la opción presidencial.
Posibilidad cierta según indicaron a Diario y Radio Universidad de Chule. Sin embargo, desde el comando explican es difícil que se someta a una nueva votación, debido a que sería un acto “violento”, además se confían en que la dinámica del 63% vs 37% ha variado a favor de la congresista.
Muestra de esto es el cambio en la postura de un líder de la disidencia. En la Junta Nacional del 29 de abril uno de los que se vio derrotados fue el diputado Víctor Torres. Lo lógico sería que él buscara la oportunidad de bajar a Goic, pero no, de hecho él fue uno de los que desmintió rápidamente que la candidatura se vaya a revisar. Hoy la resistencia sale de voces también parlamentarias, pero en nombres como el diputado Mario Venegas y el senador Jorge Pizarro.
El caso de Venegas, quien dijo en El Mercurio que “se debe estar preparado y debe haber un plan B”, estaría atemorizado, según dicen altas fuentes de la colectividad. Su problema sería el peligro que corre su reelección, debido a que en el futuro Distrito 22 aún está en duda si el diputado Fuad Chahín volverá a competir por la Cámara o lo hará por el Senado. En este escenario, según los cálculos del sector de Goic, Venegas quedaría fuera del Congreso perdiendo el cupo frente al colorín.
Voces del consejo nacional señalaron a nuestro medio que esta actitud, que también atribuyen a otros congresistas “atemorizados”, les hace peligrar el cupo en la lista parlamentaria. Pero voces históricas de la dirigencia dicen que el “temor es humano e irrecriminable”, y que además la fuerza parlamentaria del partido es un valor importante que no pueden desechar fácilmente.
Realidad distinta es la del senador Pizarro, quien no va a reelección hasta 2022. El caso del congresista respondería tan sólo a la oposición a Goic que representa, además tiene la facilidad de ser vocero de la disidencia al no estar en competencia este año.
El ala derecha
Integrantes de la falange señalan que este bloque se inspira en la DC alemana, llamada Unión Demócrata Cristiana (CDU, por su sigla en inglés) la que efectivamente representa el bloque derechista en la política de aquel país.
La relación entre el ala derecha chilena de la DC y el partido alemán es la lógica de este último de generar alianzas con los bloques derechistas de dicho país, en este caso, el pacto de la CDU con la Unión Social Cristiana de Baviera.
En el caso chileno, este bloque ha evidenciado su cercanía con la oposición en reiteradas ocasiones. El senador Patricio Walker, por ejemplo, manifestó públicamente la posibilidad de que el partido, en caso de no pasar a la segunda vuelta presidencial, determine libertad de acción para sus militantes, deslizando la posibilidad de que votos de la colectividad vayan a parar a la candidatura de Sebastián Piñera en el balotaje. Este hecho tuvo que ser rápidamente desmentido por su hermano Matías Walker, diputado y vicepresidente de la DC, quien actualmente está cuadrado con Goic.
Pero Mariana Aylwin también aporta lo suyo. Sin necesidad de recurrir a las palabras, las acciones de la hija del fallecido ex presidente Patricio Aylwin dan cuenta de su cercanía con la derecha. Específicamente, la ex ministra de Educación forma parte del Comité Editorial de la Fundación Futuro, propiedad de Sebastián Piñera.
En los acercamientos concretos, durante la semana pasada, La Tercera consignó una serie de contactos que ha mantenido Juan Pablo Hermosilla, coordinador del equipo de independientes de Carolina Goic, con integrantes del disuelto partido Ciudadanos, liderado por Andrés Velasco.
Este hecho molestó al sector fiel a la Nueva Mayoría de la DC, quienes apuntaron de inmediato a Mariana Aylwin como responsable de esto, por su cercanía con Fuerza Pública, organización que antecedió el nacimiento de Ciudadanos. Las repercusiones, según parlamentarios como Gabriel Silber, serían abrir las puertas a un pacto con la derecha del país.
“Sentimos que su vocería ha causado una falsa caricatura de lo que es la Democracia Cristiana, poniendo temas efectivamente que no dicen relación alguna con lo que dicen las bases partidarias. Existe un abismo de diferencia a veces entre lo que dice Mariana Aylwin y lo que piensa el propio partido”, indicó.
En tanto, el diputado Torres, hoy plantea sus críticas hacia el bloque de Aylwin, desmintiendo la posibilidad de pactar con Ciudadanos, asegurando que la casa de la DC es la Nueva Mayoría:
“Entiendo que eso está descartado. Como Junta no se ha tomado ninguna definición sobre los pactos políticos y frente a eso se han realizado una serie de esfuerzos para sostener negociaciones con partidos de la Nueva Mayoría y poder consolidar lo que la Junta Nacional y a ha mandatado, que es pertenecer como partido a una coalición de centro izquierda“, dijo.
Aunque fuentes de las cúpulas de la falange ponen paños fríos. Admiten que el ala derecha no tiene intenciones de seguir en un pacto con la Nueva Mayoría, pero ven casi imposible que entre los objetivos esté realizar un acuerdo con Renovación Nacional o la UDI. Definen al bloque de los Walker y Aylwin como un sector que rechaza al Partido Comunista porque son “viejos conocidos del mundo popular”, pero que en su lógica de generar alianzas su simpatía es hacia el lado liberal, por lo que a lo más podrían llegar a buscar lazos con Evópoli, pero no con el ala conservadora de la derecha.
El sector de Goic ve solución en los próximos meses. Las cartas están jugadas en que exista un acuerdo de lista única parlamentaria en la Nueva Mayoría, lo que acabaría con los “temores de algunos”. Mientras que por las diferencias entre los extremos, sostienen que al momento de la elección, el partido se unirá en un “instinto de supervivencia”.
Denos su opinión