“El 85%, a lo menos, de los trabajadores que sirvan a un mismo empleador será de nacionalidad chilena”. Este es el párrafo que contiene actualmente el Código del Trabajo -en su ar- tículo 19- y que el gobierno pretende modificar a través de su nuevo proyecto de ley de migraciones, ingresado el miércoles al Parlamento.
El cambio plantea disminuir ese tope de 85% a 75%, lo que implica un aumento en los cupos permitidos por la legislación para la contratación de extranjeros por parte de las empresas.
En este contexto, la iniciativa fue celebrada por los gremios representantes de los distintos sectores económicos, quienes observan con buenos ojos una mayor incorporación de no chilenos en el mercado laboral.
Cabe destacar que de acuerdo con un estudio elaborado por la Cámara Nacional de Comercio (CNC), a junio de 2017, de los más de ocho millones de ocupados, 168.815 declaran no ser chilenos, equivalente a 2,1% del empleo nacional.
En este sentido, más del 25% de ellos se ubican en el sector Comercio, 9% en la Construcción y 5% en la Agricultura.
Sin límites
Al respecto, justamente los sectores de Comercio y Agricultura fueron los que más aplaudieron el proyecto, reconociendo un impacto relevante en su sector. Tanto así, que incluso apuntan a no restringir los cupos de extranjeros.
“Es un buen primer paso, pero se podría liberar totalmente el cupo. Que no exista un límite, simplemente dejarlo abierto”, plantea Manuel Melero, presidente de la CNC. A su juicio, aumentar de 15% a 25% la tasa permitida va en la dirección correcta, pero esperaría mucho más. “Sumando Comercio y Turismo, somos los primeros empleadores de migrantes, con 35% de extranjeros, lo que equivale a cerca de 60.000 mil trabajadores. Estamos muy contentos con su aporte, sobre todo en la relación con el público, porque tienen un trato muy cordial”, enfatiza.
Visión compartida desde la Agricultura. El titular de la SNA, Ricardo Ariztía, señala que la iniciativa “es un avance que da muestras de la necesidad laboral en el sector agrícola, que ya no puede estar limitada a un 15% de migrantes”, y subraya que “veremos más adelante si esa nueva cifra se deberá volver a analizar”.
Asimismo, sostiene que “nosotros vemos la llegada de extranjeros en términos positivos en cuanto a productividad, y que me jora la competencia en el trabajo, de tal manera que podemos, junto con aumentar el empleo, también reducir costos de operación. La medida claramente beneficia al sector agrícola y permite un desarrollo de más largo plazo en el sector frutícola”.
Luis Schmidt, presidente de Fedefruta, coincidió en que es una buena medida, “pero quedamos cortos. En la agricultura se necesita una mayor cantidad de trabajadores extranjeros”. El dirigente detalla que desde el gremio ya le habían solicitado un aumento en los cupos a la Presidenta Michelle Bachelet, por lo que “consideramos que ese 25% es poco, pero bueno, es un avance”. Explica que “en aquellos sectores que necesitan gran cantidad de mano de obra, como nosotros, se debería permitir contar con un porcentaje más alto de trabajadores extranjeros”, advirtió.
Respecto del aumento de la necesidad de inmigrantes en el sector, explica que “muchos de nuestros trabajadores chilenos ya no quieren trabajar en el campo, esto es algo que ha pasado en muchos países desarrollados, por ejemplo en EE.UU., donde la labor agrícola la hacen los mexicanos”.
Mientras, desde la Construcción también celebraron la idea del Ejecutivo. “Hay muchos países de la región que tienen más problemas, y una buena política de migración lo que hace es que lleguen más extranjeros y eso no es malo, es bueno, porque se está generando un montón de elementos que benefician al mercado laboral”, apuntó Javier Hurtado, gerente de estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC). Asimismo, también planteó que “lo de los cupos va en contra del principio de no discriminación. No debería haber límites a la contratación de migrantes”.
En tanto, desde la Minería, si bien reconocen que la medida no tiene mayor impacto en el sector, coincidió en que no debería existir una cuota de participación. Así lo planteó Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), quien señala que “en la minería no afecta mucho, ya que, en general, la cantidad de extranjeros en las empresas mineras es poca, prácticamente no hay. Aún así, ampliar la cuota me parece bien, porque es una limitación y en un mundo global la tendencia va a eliminar los límites, lo que comparto”.
Precisa que en el sector “en este momento no se produce el problema, porque como se han reducido los puestos de trabajo, recién ahora están aumentando, hay oferta de mano de obra calificada local y esa es la que está llenando los cupos nuevos disponibles”.
Mayor regulación
Sin embargo, y a pesar de las intenciones de abrir más el mercado laboral a los no chilenos, desde los gremios advierten la necesidad de mayor regulación entre quienes llegan al país.
“Con todo, es necesaria una mayor regulación, porque la desregulación de los inmigrantes se ha traducido en una presencia de ellos en el comercio callejero ilícito. Hay muchos inmigrantes que han llegado con simples ingresos de turistas y, al no tener permisos de trabajo, se quedan informalmente en el comercio callejero”, critica Melero.
Por su parte, desde la CChC comentan que “si uno va a abrir las puertas, como gobierno hay que preocuparse de verdad de crear políticas públicas orientadas a que el país siga creciendo, a la generación de empleo y a la buena calidad del empleo”.
En tanto, Ariztía, de la SNA, comenta que “en términos generales llegan personas que casi no han tenido labores de trabajo relacionadas con nuestro rubro, por lo tanto, tenemos que capacitarlos nosotros”, lo que de todas formas no considera algo complejo de realizar con los trabajadores extranjeros.
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