“Miguel abre la Cámara y la cierra”, dice un asesor parlamentario sobre el trabajo y la presencia de Miguel Landeros, secretario general de la Corporación. Para efectos prácticos, se trata de la persona que tiene a su cargo más de cuatrocientos funcionarios, desde secretarias hasta choferes y abogados o profesionales de planta. Landeros debe cautelar el uso del presupuesto de aproximadamente $63 mil millones con el que funciona la Cámara anualmente.
De ese presupuesto sale la plata con la que se pagan las asesorías que los parlamentarios contratan para apoyar el trabajo legislativo, pero que ahora están fuertemente cuestionadas al detectarse que, en varios casos, se usó dinero fiscal para pagar informes plagiados. Pegoteos de Wikipedia y otras fuentes sin citar, quedaron registrados en el presupuesto legislativo.
Landeros, frente a la evidencia, ha mostrado toda su mesura y destreza legal para explicar que desde siempre las cosas se han hecho de buena fe. Cuando una investigación de Canal 13 mostró las pruebas de los textos copiados, surgió la pregunta sobre si esta forma de operar no era en realidad una fachada para triangular dinero hacia los mismos parlamentarios.
Ante esta posibilidad, que generó una investigación a cargo del fiscal Carlos Gajardo, el secretario general de la Cámara dijo que, era tan poco el dinero, que lo descartaba. “Es tan nimia en cuanto a los montos, que es muy difícil de creer. Si hay situaciones irregulares es por falta de experiencia, falta de cuidado. Algún asesor que faltó a la probidad al hacer un trabajo que no es el que corresponde. Pero una acción concertada, lo veo muy difícil”, aseguró.
El magallánico
En efecto, individualmente las cantidades de algunas asesorías objetadas van desde 1 hasta los 4 millones de pesos y, en relación con los $12.737.926 que corresponden al sueldo bruto mensual de Landeros, pueden parecer poco.
Miguel Landeros Perkic (59) tiene ese sueldo a partir de su extensa carrera en el servicio público. Específicamente en la Cámara de Diputados. Partió como abogado del comité DC. Nacido en Punta Arenas, estudió Derecho en la Universidad de Valparaíso. En el primer Congreso posdictadura se desempeñó como abogado de la Comisión de Hacienda, oficial de Actas, oficial mayor de Secretaría, secretario de las comisiones de Relaciones Exteriores y de Ética, secretario jefe de Comisiones y prosecretario hasta 2013. El 3 de abril de ese año fue elegido para el cargo que ejerce actualmente y que, entre otras cosas, implica que su firma esté en todas las leyes que se aprueban y que ocupe un lugar en la testera de la Cámara.
Separado, tres hijos, dos de ellos trabajan en el servicio público como abogados.
Orejero a toda hora
Más de 25 años han sido suficientes para que Landero sea un hombre de confianza para gran parte de los diputados.
Los 120 integrantes lo eligieron por unanimidad en votación secreta. Landeros tiene acceso al historial de todos los parlamentarios: uso de viáticos, permisos, viajes, gasto en asignaciones.
Miguel Landeros Perkic (59) tiene ese sueldo a partir de su extensa carrera en el servicio público. Específicamente en la Cámara de Diputados. Partió como abogado del comité DC. Nacido en Punta Arenas, estudió Derecho en la Universidad de Valparaíso. En el primer Congreso posdictadura se desempeñó como abogado de la Comisión de Hacienda, oficial de Actas, oficial mayor de Secretaría, secretario de las comisiones de Relaciones Exteriores y de Ética, secretario jefe de Comisiones y prosecretario hasta 2013. El 3 de abril de ese año fue elegido para el cargo que ejerce actualmente y que, entre otras cosas, implica que su firma esté en todas las leyes que se aprueban y que ocupe un lugar en la testera de la Cámara.
“No solo fiscaliza que a nivel interno en la Cámara también funcionen, sino que muchas veces es un orejero personal que soluciona problemas fuera de su horario”, comenta un antiguo asesor del Congreso, que recuerda cómo Landeros tuvo mucho ascendiente en el anterior secretario, el fallecido abogado Carlos Loyola Opazo. Por entonces, no siendo aún nombrado, su poder era de facto.
Landeros, además, se muestra orgulloso de su origen magallánico, que ha sido un puente para acceder de forma coloquial con los integrantes de la “cofradía”, que conforman los parlamentarios de la región, como el ex diputado Rodrigo Álvarez (UDI), que fue presidente de la Cámara, la actual senadora Carolina Goic y el ex senador Pedro Muñoz Aburto, que ocupaba antes ese escaño y es amigo de la madre de Landeros, militante socialista.
Hoy, afirman en el Parlamento, sus amistades políticas están más con los parlamentarios de oposición.
En la confianza que genera Landeros, sin embargo, descansa para algunos el “paternalismo” y para otros una versión edulcorada de “clientelismo”, que el secretario se ha encargado de poner en práctica con los parlamentarios.
“Es el mejor amigo que uno puede tener, los cubre y defiende de todo, ha sido la cara de la Corporación en todos los escándalos recientes”, puntualiza un abogado vinculado a una bancada de oposición.
Férrea defensa
En Radio Duna le preguntaron nuevamente por la posibilidad del mal uso del dinero destinado a asignaciones y defendió a los parlamentarios. “Si hubiera una situación irregular, más que el parlamentario mismo que la pueda cometer, la puede cometer el asesor, porque él es el que entrega el informe. La validación que hacen los parlamentarios es nada más en cuanto a si cumplen los requisitos que ellos pidieron», sostuvo.
Pero también defendió a los asesores. “El abanico es amplio y creo que en muchos casos son un aporte a las indicaciones, al trabajo legislativo”, agregó.
El año pasado, la oficina Ossandón y Ossandón hizo una auditoría a las finanzas de la Cámara, que abarcó el período comprendido entre diciembre de 2013 y junio de 2015. Con este procedimiento se descubrió que existían préstamos a cada parlamentario, que Landeros tuvo que salir a explicar como un procedimiento que no tuvo nada de irregular, sino que se trató de adelantos de sueldo o dieta, similar al que se entrega en varias empresas, que además permanecen al día en sus pagos, dijo.
El examen dio cuenta asimismo de un «fondo solidario» en el que todos los parlamentarios aportaban para recibir una indemnización cuando dejaran la Cámara. Esta «cutufa» fue objetada por la auditoría. Se trataba de descuentos a cada legislador, con cargo a una cuenta institucional. A la fecha en que fue descubierto, tenía 1.100 millones. Requería de 100 de los 120 diputados para funcionar. El sistema terminó y solo se les devuelve el 40% de lo ahorrado.
En julio de 2016. Landeros defendió al diputado Osvaldo Andrade, cuando se le cuestionó haber votado una iniciativa legal para que las pensiones de los funcionarios de Gendarmería fueran sin tope legal. Mientras su ex esposa era beneficiaria de una pensión de Gendarmería, Landeros refrendó la explicación de Andrade para demostrar que no votó.
«Lo que sucede es que el botón de inicio de votación y el botón que tiene el presidente para votar, están muy juntos y son touch. Lo más probable es que el diputado Marcos Espinosa, quien estaba en ese momento reemplazando al diputado Andrade, haya pasado a llevar el botón de votación del presidente y por eso se produjo el error de que aparece votando el presidente siendo que no estaba presente», explicó Landeros.
En este contexto es que, para quienes trabajan en el Congreso al lado de los políticos y están de acuerdo en la urgencia de reformar la manera en que opera la Cámara y especialmente el gasto en asignaciones, Miguel Landeros es parte del problema, pero también el único capaz de solucionarlo, debido a la amplia experiencia que tiene al interior de la Corporación y el manejo de la Ley Orgánica del Congreso. De hecho, Landeros impulsó una indicación en la ley que permitía contratar a asesores bajo el régimen del Código del Trabajo, algo que era resistido por los funcionarios.
“Hay asesores que trabajan bien y otros que trabajan mal. Falta mayor fiscalización con la gente que trabaja mal. Hay que mejorar el trabajo, la calidad legislativa, la densidad temática de los informes y que Landeros comunique bien su rol. Tú puedes administrar conflictos y crisis, pero llega un momento en que se puede hundir el barco”, comenta un asesor que trabaja para un partido oficialista.
Landeros, por el momento, sigue defendiendo el modelo actual. Cuando le preguntaron sobre los asesores que mostraban informes escritos calcados al acta de la sesión, como el que se le cuestionó a un asesor de Alejandro Guillier, el abogado dio muestras nuevamente de su pericia legal.
«En las comisiones hay asesores contratados por los parlamentarios y los comités. Esas, a partir del 2015, se dictaminó que se deberían apoyar en un reporte escrito. Muchas veces, más que un plagio, hay una copia, pero de una información que es pública. Además se consignan en el acta de la Cámara”, señaló.
Es desde la asociación de funcionarios que Landeros ha tenido mayores cuestionamientos. En 2016 denunciaron una deuda de horas extra con el personal, además que los choferes de los parlamentarios eran forzados a superar el límite de velocidad en carretera. Asimismo, se le apuntó como responsable del despido de una secretaria que tenía fuero sincical.
Ninguna de estas situaciones culminó en una sanción. Pero durante un brindis en la Cámara, con motivo de las Fiestas Patrias, uno de los presentes dijo “salud por el secretario de la Cámara” y hubo quienes asintieron, aunque se oyeron también notorios abucheos.
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