Hay optimismo sobre reacción de activos chilenos, incluyendo el IPSA, el peso y bonos. La victoria de Piñera debería darles un impulso a los sectores políticamente sensibles. Y en esa lista están la industria de la educación universitaria, las administradoras de fondos de pensiones, la industria farmacéutica, la minería, las generadoras de energía eléctrica, las industrias forestal y de la construcción.
Esta mañana, los empresarios, inversionistas y el mercado en general respiran con alivio.
El temor a una victoria de Alejandro Guillier pasó y Sebastián Piñera retorna a La Moneda con el envión de una victoria profunda, junto con la promesa de revivir la economía y bajar los impuestos. Ya no se sabrá si la campaña del miedo que parte de la derecha trató de difundir, argumentando que con Guillier nos convertiríamos en «Chilezuela», se haría realidad.
Donde sí hay consenso es en que esta semana los activos chilenos van a tener un empujón. El IPSA venía recuperando el terreno perdido después de la primera vuelta y, ahora, con los resultados de ayer, en el mercado especulan que las acciones locales van a tener un muy buen fin de año.
Igal Magendzo, el influyente macroeconomista, dice –en una entrevista en este mismo medio– que el peso debería dispararse y tocar los $625 versus el dólar. En el mercado hay consenso de que las tasas locales bajarán y los bonos chilenos tendrán un repunte.
El viernes el Banco Central de Chile salió a intervenir en el mercado en forma extroardinaria para asegurar liquidez en dólares, previo a las elecciones, ante estrechez del mercado.
A pesar del reciente repunte del IPSA, varios instrumentos financieros chilenos, incluyendo el riesgo país (CDs), los swaps en dólares y las tasas locales, apuntaban a un mercado que buscaba disminuir su exposición a activos locales ante la incertidumbre política que reinaba en la víspera de la segunda vuelta de las presidenciales.
En los últimos días aumentó el castigo por riesgo ante incertidumbre de escenario político, aunque el mercado accionario definitivamente descartaba el mito de “Chilezuela”.
Piñera, el Mandatario electo, promete revertir cuatro años del crecimiento más débil desde el retorno a la democracia. Entre sus promesas está la de implementar una nueva reforma tributaria y cambios a la laboral.
Aunque también prometió avanzar en la gratuidad en educación superior y, en lo que significó un shock para el mercado, prometió la creación de una AFP Estatal como parte de su plan para mejorar las pensiones.
La victoria del abanderado de Chile Vamos debería darles un impulso a los sectores políticamente sensibles. Y en esa lista están la industria de la educación universitaria, las administradoras de fondos de pensiones, la industria farmacéutica, la minería, las generadoras de energía eléctrica, las industrias forestal y de la construcción.
El economista Pavel Gómez escribió en este medio, el fin de semana, que cualquiera fuese el ganador de la segunda vuelta electoral, las empresas que operan en estas industrias deben prepararse para un ciclo de incertidumbre regulatoria y vulnerabilidad política, todo lo cual traería nuevas amenazas, pero también oportunidades de beneficios derivados de un posicionamiento social y ambientalmente responsable.
Añadió que, con el triunfo de Piñera, «la actuación legislativa del Gobierno requerirá de alianzas circunstanciales con sectores de la Fuerza de la Mayoría, lo cual, supone la transacción de algunas demandas de la centroizquierda, cuyo objetivo existencial estará marcado por su necesidad de no desdibujarse frente al surgimiento de la nueva izquierda».
Y, en tal sentido, profundiza: «En el escenario de minimización de cambios legislativos relevantes, debido a la imposibilidad de lograr coaliciones, la necesidad del Frente Amplio de crecer a expensas de la Fuerza de la Mayoría, derivará en una agudización de los conflictos antiempresariales en las canchas de la calle y el sentimiento público. De todo esto se deduce que el sueño de un retorno inmediato a un escenario de mayor certidumbre regulatoria, definitivamente se extinguió».
Para un importante empresario local, es irónico que sus pares, que nunca han estado muy seducidos por Piñera y que durante su primer mandato lo criticaban con dureza, ahora respiran aliviados con su abrumadora victoria.
Aunque dice que su sector tiene claro que, con el fraccionado nuevo Congreso, Sebastián Piñera tendrá que usar la muñeca política que nunca tuvo para, efectivamente, bajar los impuestos corporativos, reformar las pensiones y crear nuevos empleos.
Denos su opinión