El proyecto de Banco Ético va tomando forma. Hace unas semanas, las cuatro fundaciones que dieron origen al proyecto (Doble Impacto, Proyecto 1, Fundación Avina, Corproración Cultiva y Sistema B), crearon la Fundación Dinero y Conciencia, que será la que “gobierna al banco”, revela su director ejecutivo, Sebastián Cantuarias.
Esta nueva entidad estará presidida por Joan Mele -fundador de Triodos Bank e impulsor de la banca ética que ya está presente en Holanda, Bélgica, Alemania y España-, y quien estuvo el año pasado en el país promoviendo esta iniciativa local.
Cantuarias detalla que, además, acaban de nombrar a su equipo administrativo, liderado por Jorge Muñoz como gerente general.
La meta de este grupo es levantar $ 20 mil millones en cuatro años para dar vida al proyecto. Y a la fecha asegura que han logrado levantar $ 640 millones (US$ 1 millón) en activos, detrás de los cuales hay 80 inversionistas, entre ellos algunos “conocidos” family office, dice Cantuarias, sin entrar en mayores detalles.
El proyecto usará como base la actual plataforma de crowfunding de Doble Impacto para convertirse en banco, siguiendo todas las exigencias del regulador. Los primeros cinco años el banco continuará operando en el mismo segmento de crowfunding, para a partir del quinto año, entrará en el negocio de cuentas corrientes y tarjetas de crédito, explica Cantuarias.
El objetivo es convertirse en una alternativa competitiva de acceso a crédito para proyectos sustentables de segmentos medioambientales, culturales y sociales, prometiendo una rentabilidad anual de 13% a partir del sexto año de funcionamiento.
La estrategia
El proyecto se enfocará sólo en financiar a empresas con algún impacto positivo en el mundo, dice Cantuarias. Así, definieron 13 industrias con foco en proyectos destinados a reforestación, acceso al agua y alimentación para los primeros tres quintiles, entre otros.
Otra de las características del nuevo banco será que no operará en la economía especulativa de activos riesgosos. Tampoco dará créditos de consumo, aunque si contempla “préstamos de desarrollo personal” destinados a permitir a personas la compra de bienes de necesidad básica, detalla Cantuarias. “El objetivo es fomentar el consumo de desarrollo personal y no el consumismo”, explica.
Otro sello diferenciador será que si bien los accionistas del banco, como dueños del capital, retirarán la rentabilidad económica del capital, entregarán el gobierno del banco a la Fundación. “Con esta separación lo que se busca es darle sustentabilidad de largo plazo, para que el proyecto tenga como foco el impacto y no la rentabilidad económica”, explica Cantuarias.
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