Por Cecilia Osorio Ana Farías/ Departamento de Ciencia Política y RR.II. Universidad Alberto Hurtado
El inicio de un nuevo Gobierno genera múltiples expectativas en cuanto a las diversas acciones que emprenderá el Estado frente a los problemas públicos. La interrogante es si habrá transformaciones en las políticas públicas. Las posibilidades al respecto son variadas, de acuerdo a la literatura sobre políticas públicas estas pueden continuar como se venían desarrollando hasta ahora (mantenimiento), pueden sufrir modificaciones de distintos nivel (sucesión), pueden eliminarse algunas por completo (terminación) y/o pudieran generarse nuevas (innovación). ¿En qué proporción podrán observarse cada una de estas categorías en el gobierno de Sebastián Piñera que recién comienza?, es hoy, una pregunta abierta.
La campaña electoral adoleció de un debate profundo respecto a las políticas públicas y más bien se focalizó en un par de ámbitos sobre los cuales no se obtuvieron respuestas que permitan anticipar demasiado. Por otro lado, las políticas públicas son difíciles de simplificar para los efectos de un debate superficial de un par de minutos. Estas buscan abordar problemáticas complejas, multicausales, interdependientes, sobre las cuales los avances o retrocesos (por llamarlos de alguna manera) pueden ser observados desde diversas miradas en distintos períodos de tiempo. La temporalidad, de hecho, es especialmente compleja en ciertas políticas, donde una mirada de largo plazo (5 o más años) es necesaria para poder emitir un juicio acerca de sus resultados.
¿Cuál es la relevancia de esta reflexión al inicio de un nuevo período de gobierno? Invitar a observar con calma y mirada crítica lo que viene. ¿Cuánto será mantención, cuanto será sucesión, innovación o terminación? Ello no es obvio, aunque la experiencia comparada señala que un porcentaje importante se concentra en la primera y en menor medida en la segunda y tercera categoría.
El contexto institucional, social y político en que viene a instalarse la nueva administración hace pensar que grandes cambios en las políticas públicas, reflejados en nuevos objetivos y fines serán difíciles de lograr. La constitución del parlamento más diverso y pluralista desde el retorno a la democracia y las reivindicaciones sociales legitimadas durante los últimos años hará que se requiera de negociaciones y debates más profundos que los realizados en campaña para llegar a los grandes acuerdos enunciados por el Presidente.Para avanzar en la difícil tarea de distinguir aquellas políticas públicas de innovación de aquellas de continuidad, proponemos observar al menos dos niveles en su despliegue: los objetivos y los medios. Los primeros se refieren a los principios y los valores que las inspiran, lo cuales debieran estar fuertemente vinculados a la definición del problema y al ideario de los sectores que diseñan la política. Un segundo nivel son los medios, que se refieren más bien a cómo se llevan a cabo estos objetivos. Así por ejemplo, en el ámbito de políticas para la superación de la pobreza, podemos distinguir entre objetivos tales como mejorar el capital humano de otros como disminuir los efectos de una crisis económica. Al mismo tiempo pueden diferir en cuanto a los medios que se definan para llevarlas a cabo, entre otras alternativas pueden vincularse a la educación o capacitación, o a la entrega de bonos en dinero. Así también, en el ámbito de las políticas de infancia, -uno de los ejes central del programa del nuevo gobierno- podemos diferenciar entre objetivos de garantía y restauración los derechos vulnerados de los niños, niñas y adolescente del SENAME, de otros menos integrales como asegurarles que el Estado les entregue la asistencia y protección en tanto población vulnerable. Probablemente medidas como aumento de las subvenciones, recursos e infraestructura no necesariamente digan relación con uno u otro de los objetivos. Es decir, las políticas presentan diferencias en cuanto los objetivos y medios, y es posible que ciertas acciones puedan llevar la misma etiqueta, pero poseer objetivos muy diversos. O por el contrario, políticas similares ser presentadas como grandes innovaciones cuando no lo son.
Denos su opinión