Máximo Pacheco: ¿El candidato encubierto?

El lanzamiento de su libro “Revolución Energética en Chile” fue un hit, un evento que repletó el Salón de Honor del ex Congreso a tal punto que invitados de lo más conspicuos se quedaron afuera. Está chocho con su libro en el que editó la versión de 14 autores que narran cómo se gestó la exitosa política energética con la que “Al Gore celebra que un país en desarrollo haya aplicado ‘una gran política pública’”. Flanqueado por la ex presidenta Bachelet, el diputado Gabriel Boric y el empresario Juan Antonio Guzmán, a Pacheco se le vio desenvuelto y gratificado, nada que ver con el generalísimo que resistió la fallida y amarga candidatura de Ricardo Lagos. Fue en una entrevista promocionando su libro en la que se deslizó la idea de que quiere ser presidente, que está disponible. Era que no, se ha ido por la tangente. ¿Qué si quiere ser presidente? Acá algunas pistas y también recuerdos sobre su paso por el Saint George, Moscú, el Mapu y el Banco de Talca. También someros detalles sobre su amistad con Pablo Piñera, Andrónico Luksic y el cardenal Silva Henríquez. Se abren las apuestas.

Un hit el lanzamiento del libro…
Agradezco que catalogues esto como un hit, porque lo que más me sorprendió, aparte de lo masivo y la cantidad de gente que se quedó afuera, fue que los que estaban adentro eran principalmente sub-30, y para mí esta es una demostración clara de que en Chile hay un tremendo interés por temas emergentes como la energía. Quedó en evidencia que si tú organizas una discusión de manera transversal, eso es muy atractivo. No es verdad que la sociedad chilena esté tan despolitizada como a veces se dice, lo que pasa es que necesita que la política recoja los intereses e inquietudes de la gente.

¿Está chocho?
Es casi un lugar común decir que el servicio público no tiene reconocimiento, es ingrato o que se da “el pago de Chile”, pero eso no es verdad y sería muy injusto si yo dijera una cosa como esa, porque yo he tenido un reconocimiento muy importante de mucha gente que me ve en la calle, en el metro o en estos encuentros. Es muy reconfortante cuando la gente te para, te agradece y te dice “usted ha hecho algo bueno para Chile”. Siempre se habla que la política es lo peor, que el Estado es burocrático y que no se puede hacer nada, y yo estoy en contra de eso; yo soy de los que dicen que el Estado puede hacer buenas políticas públicas y ayudar a que la calidad de vida de la gente sea mejor. Para eso necesitas convocar talento, definir bien las prioridades, generar un ambiente de discusión, participación y diálogo para luego observar la disciplina de la ejecución, que es hacer que las cosas se hagan y se hagan bien. Por eso es que tiene tanto valor este libro publicado por Ediciones UDP, con la concurrencia de 14 autores que han sido protagonistas de este proceso llamado Revolución Energética. Contar cómo se hizo esto y en qué consistió es un gran ejercicio.

Verlo tan feliz y orgulloso con el libro contrasta con su imagen tras la fallida candidatura de Ricardo Lagos…
La candidatura de Lagos, en primer lugar, fue planteada por él mismo como una propuesta para ponerse a disposición del país y encabezar un proyecto de centro, de centro pa´ la izquierda. Yo creo que ese fue un acto valiente porque él no necesitaba hacer eso, él ya había tenido los mayores honores, pero lo hizo igual. Después de seis meses también tuvo la valentía de decir que no se dieron las condiciones, que no tuvo el apoyo que se necesitaba para este proyecto ni en los partidos políticos ni en la ciudadanía y, por lo tanto, desistió de ser candidato. Eso él lo explicó bien, dio las razones y también me pareció un gesto valiente…

¿Pero qué pasó?
Yo creo que no soy la persona indicada para hablar de eso, porque a estas alturas eso está todavía en una etapa de reflexión, de hecho, amigos míos y gente relacionada al estudio de la opinión pública se han quedado muy sorprendidos porque esperaban un resultado distinto. Bueno, no se dio y eso es parte de lo que tenemos que analizar y reflexionar todavía un poco más antes de dar una opinión. Además, creo que tal vez yo tengo que ser uno de los últimos en opinar.

¿Por qué los jóvenes dieron la espalda a Lagos? ¿Por qué en el Frente Amplio como que le tienen mala?
Yo creo que la sociedad chilena ya asumió que somos un país democrático y que la época de la dictadura es una época pretérita que muchos de ellos no vivieron. Lo mismo con la transición y están pensando en los temas de futuro. Fíjate que yo también soy miembro del consejo del Duoc, lugar donde este año entraron 31 mil jóvenes, la mitad de ellos con gratuidad y esa es una realidad social, económica y cultural muy distinta a la que teníamos como país 10 o 15 años atrás. Piensa tú que hoy, en un país que tiene 18 millones de habitantes, tenemos 1 millón 200 mil en educación superior, o sea, 1 de cada 15 habitantes de Chile está en la educación superior.

¿Cuáles son los intereses de hoy?
La creación de una clase media muy extendida es parte de un tremendo desafío que tenemos aquellos que queremos entender cuáles son las preocupaciones y cuáles son los intereses de esta sociedad nueva que se ha creado. Se trata de una sociedad nueva que valora mayoritariamente la gratuidad y hace que hoy día el tema de la gratuidad sea un tema en Chile de consenso, asunto en el que hasta la primera vuelta de la elección presidencial había diferencias. Oye, el tema de los derechos de la mujer, ¡cuánto se discutió esto por nuestras madres y abuelas! ¡Cuánto ha costado llegar a que se respeten los derechos de la mujer! Y hoy con el tema del aborto, mayoritariamente la sociedad chilena y, especialmente la mujer chilena, exige que se respete ese derecho. Hoy la reivindicación cobra mucha más fuerza que antes, pero es un tema que viene desde hace un tiempo cuando empezamos a hablar del acoso sexual, del acoso laboral a la mujer.

Para terminar con el tema de Ricardo Lagos ¿Qué aprendizaje le dejó esa candidatura fallida?
Que en la vida política importa mucho ser valiente.

¿Alguna autocrítica?
Obviamente que mucha autocrítica, porque es obvio que no estaba en los cálculos del expresidente Lagos desistir de su candidatura a los seis meses de haber puesto su liderazgo al servicio del país. Él pensaba y consideraba que su candidatura iba a ser una noticia aceptada y ampliamente acogida y eso no fue así.

¿Usted lo pasó muy mal?
Claro que sí… La vida es de dulce y de agraz…

Volvamos a la gratificación que le ha dado este libro…
Bueno, yo siempre me acuerdo de ese viejo dicho que dice “la felicidad el hombre la alcanza cuando ha tenido hijos, ha plantado un árbol y ha escrito un libro”, y yo puedo decir que me siento muy feliz porque tengo 4 hijas maravillosas, he plantado muchos árboles en mi vida y he escrito por primera vez un libro.

MOSCÚ

¿Por qué sus padres le pusieron Jorge Máximo Arturo?
Lo que le escuché decir a mi padre fue que me puso Jorge porque la persona que a él lo cristianizó o le creó la fe fue don Jorge Gómez Ugarte. Mi padre venía de una familia masona, laica y atea e hizo la primera comunión y se bautizó a los 21 años. Por el nombre Máximo, imagino que no necesita explicación y Arturo por mi bisabuelo Arturo Alessandri y además mi abuelo Arturo Matte…

¿Qué le contaban de su bisabuelo presidente cuando usted era chico?
Que tenía un perro inmenso que se llamaba el Hulk, al que íbamos a ver al museo de la Quinta Normal… Siempre nos impresionaba su tamaño…

¿Cuánto pesaron sus antecedentes familiares para involucrarse en política?
En el tipo de educación que recibí de mis padres y que agradezco inmensamente, siempre se habló con mucho respeto de la política, de los asuntos públicos y de la importancia y del rol del Estado para alcanzar el bien común. En mi casa se hablaba así y se tenían siempre conversaciones muy interesantes sobre esto, mi padre es un hombre que hizo clases de Introducción al Derecho durante 50 años en la Universidad de Chile, fue profe decano de la Escuela de Derecho, fue presidente de la Comisión de Derechos Humanos, entonces siempre vi una valoración muy alta de la buena política y de la importancia de los asuntos públicos, eso yo creo que fue muy formativo para mí.

Usted estudió en el Saint George…
Estudié en dos colegios: en el Saint George y tres años en la escuela pública N°29 en Moscú, entre 1965 y 1968. Mi padre fue embajador de Chile en la Unión Soviética cuando Frei Montalva restableció las relaciones diplomáticas con la URSS después de la ruptura por parte del gobierno de Gabriel González Videla.

¿Cómo le abrió la cabeza ese viaje?
Tenía 14 años y llegamos a un lugar llamado Verjoyansk, que pertenecía a la República de Yakutsk. Los yakutos de la escuela por primera veían a un niño occidental, a un niño que no era ruso… Los únicos extranjeros que había en esa escuela eran los Pacheco.

¿Cómo son los rusos?
Al final son gente melancólica, que lee mucho, muy romántica… Recuerdo la música clásica… Cuando uno va a los teatros y ve conciertos de música clásica llenos de gente; obreros, empleados, autoridades de gobierno… Hay instancias de vida cultural que son notables… Viajar en metro y ver a todas las personas leyendo. Es un país muy nostálgico que ha tenido una vida muy dura, es el país más grande del planeta y por lo tanto siempre ha estado preocupado, de alguna manera, de proteger su territorio de los intereses invasores. Además, ha tenido una revolución socialista, el Zarismo con toda su crueldad y con todo su despotismo… Fue una experiencia muy marcadora…

¿Volvió y se hizo Mapu?
Cuando volví al colegio en Chile había un movimiento muy importante que estaba interesado en los asuntos de la coyuntura y recuerdo que invitamos a Jacques Chonchol, Julio Silva Solar, Vicente Sota y a Rafael Agustín Gumucio a encuentros y de esa manera empecé a generar cierto vínculo con la política más contingente, y ahí me integré al Mapu justo en el año en vísperas de la elección presidencial.

¿Qué le queda del joven que trabajaba en poblaciones alfabetizando?
Yo creo que mucho… La sensibilidad social, la preocupación por la vida de la gente común y corriente… Darme cuenta lo difícil que es la vida para los chilenos, una vida con un salario que no alcanza, una vida que tiene deudas, malas pensiones, un transporte público con dificultades… Pienso en la gente común y corriente, la gente de a pie… A ellos la vida les cuesta y yo creo que hay que entenderlo, porque vivimos en una sociedad tan clasista y elitista. Por eso me parece prioritario conseguir una sociedad más inclusiva, más integrada y con más movilidad social. Pienso a veces cuánto falta para que en este país pueda ser Presidente de la República un dirigente sindical, que fue analfabeto hasta los 12 años y que tuvo su primer par de zapatos a los 14 años, como es el caso de Brasil y el presidente Lula. ¿Cuánto falta en Chile para que tengamos una ministra de Medio Ambiente que alguna vez fue empleada doméstica y costurera, como en Brasil? Pienso en un Chile con más inclusión social y menos oligárquico, en un país con una sociedad muy viva, muy fuerte en su capacidad de opinar que hace que las decisiones no se puedan seguir tomando con una lógica oligárquica…

TALCA

¿Qué significa hoy día ser de izquierda?
Muchas cosas, pero por de pronto significa una alta valoración por la igualdad y la equidad, también por una alta valoración por el mundo de a los que la vida les cuesta más, para quienes la vida es más difícil.

¿En una supuesta rearticulación de la oposición, se ve más cercano a la DC o al Frente Amplio?
Esa una reflexión más teórica, porque tiene que ver con el sistema democrático que tenemos cuya primera base es la alternancia en el poder. Eso quiere decir que después de las elecciones unos gobiernan y los otros son oposición y me parece sumamente importante que reconozcamos la legitimidad, la validez y la importancia de eso. Hay mucha gente que me dice en conversaciones “usted podría ser ministro de este gobierno” y yo les digo que no porque yo soy de oposición y es bueno que así sea. El gobierno lo ganó legítimamente Chile Vamos con el presidente Piñera, en una elección que fue nítida, con 10 puntos de diferencia y la oposición ganó el parlamento. Dicho esto, la oposición tiene la responsabilidad de fiscalizar, contrastar, de ser oposición para darle un contrapeso al ejercicio del poder, porque el poder absoluto es la corrupción absoluta.

¿Cómo es esa oposición y en qué parte de ese mapa se sitúa?
Es una oposición muy amplia y diversa y, obviamente, tiene que irse articulando. Como yo soy de la opinión que los procesos democráticos requieren construcción de mayorías, aspiro a que esa oposición tenga la más amplia mayoría para que pueda ejercer el rol que le corresponde en un sistema democrático.

¿Cuál es su apreciación de estos meses de gobierno del presidente Piñera?
Es muy prematuro para sacar conclusiones, pero obviamente partió bien ordenadito, con un gabinete casi cortado por la misma tijera, súper uniforme, lo cual me pareció que era una debilidad; tanta uniformidad no rescata la diversidad de la sociedad chilena, ni la capacidad de tener antenas para todos los sectores que la componen. Hoy día ya aparece un grupo más desordenadito y eso es en parte por la dificultad para sintonizar con la opinión de la gente. Ha habido demasiados gestos, actos y opiniones que muestran, -siendo todavía obviamente muy prematuro dar una opinión muy definitiva-, que se han cometido errores de apreciación basados en que no se ha hecho una lectura fina de los cambios y las transformaciones ocurridos en la sociedad chilena.

¿Está de acuerdo con lo que planteó Elizalde al señalar que el Estado no se puede administrar como una empresa familiar?
Lo único que yo le puedo decir es que hoy día tenemos un país que a mí me resulta muy atractivo, muy interesante y que valoro enormemente, donde las formas oligárquicas que ejercen el poder van en retirada y, por lo tanto, para hacer buena gestión pública se requiere hacer un buen diálogo participativo con la sociedad.

Usted es amigo de Pablo Piñera…
Amigo de muchos años…

¿Y qué opinión le merece el concepto de nepotismo asociado a su nominación como embajador en Argentina?
Nunca lo entendí desde el primer minuto… No pude creer cuando escuché que el presidente Piñera quería nombrar a su hermano en Argentina: me pareció un error grave y así mismo se probó y demostró cuando el presidente Piñera decidió retirar ese nombramiento…

¿Su amistad con Pablo Piñera data de cuando usted trabajó en el Banco de Talca?
No, él ha sido amigo de mi familia y nuestros padres han sido amigos desde la época universitaria.

¿Cómo fue su trabajo en el Banco de Talca con el presidente Piñera?
Yo fui gerente de estudios en el Banco de Talca. Yo hice una carrera profesional de 15 años en la banca, primero en el Banco Osorno, después en el Banco de Talca y después en el Banco de Chile.

El Banco de Talca sigue penándole al presidente, por ejemplo cuando salió Ossandón diciendo que no lo declararon reo por lindo. ¿Qué hace usted? ¿Da un paso al lado? ¿Cómo se vincula a ese caso?
Yo me vinculo como alguien que trabajó en el Banco de Talca y que no tuvo ningún problema ni directo, ni indirecto por ninguno de los juicios que se realizaron…

¿Qué opinión le merecen esos juicios?
Que fue un período muy difícil para el presidente Piñera.

¿Qué se puede deducir de esa respuesta? ¿Qué no hubo dolo, nada circunstancial…?
Más que mi opinión lo que importa es lo que se estableció en ese proceso…

¿Tiene alguna cercanía con el presidente?
No.

¿Cómo era como jefe?
Exigente…

¿Nada más? ¿No lo pasó bien trabajando con él?
No sé si bien, era muy joven, yo tenía 26 o 27 años… Estaba recién comenzando mi carrera y desde siempre he sido una persona muy autoexigente. Mi padre fue una persona muy exigente con nosotros en la educación y en el cumplimiento de los deberes, por lo tanto, siempre fue un enorme desafío estar en esa primera etapa de mi carrera profesional en un sector donde realmente estaban pasando muchas cosas y en ese contexto tenía un trabajo que era exigente con un jefe que era exigente.

¿Le han reprochado esta suerte de dualidad como joven Mapu y funcionario del Banco de Talca o en el Banco de Chile? ¿Es una pregunta incómoda, muy categórica?
Si se refiere a si hay gente que me dice “pucha cómo es esto”, bueno, yo soñé ser economista para poder trabajar en la Corfo, en el ministerio de Desarrollo Social o en el Banco Central. Yo estudié economía para eso, pero vino el Golpe de Estado y cerraron la facultad donde yo estudiaba, la sometieron a investigación como un fiscal, estuvimos un semestre entero sin poder ir a clases y después de la investigación nos reconocieron algunos ramos pero ninguno relacionado con pensamientos de izquierda o marxistas. No valía el hecho de haber hecho un buen curso sobre capital de Marx, cosa que parece completamente antiuniversitaria, pero bueno, volvimos a estudiar y obviamente yo no tenía ninguna posibilidad de entrar al Estado. Mi padre era presidente de la Comisión de Derechos Humanos y yo era un hombre de izquierda que seguía siendo de izquierda: nunca renegué y por lo tanto me pareció que la única opción que me quedaba era ganarme la vida en el mundo privado. A estas alturas no digo que sean prejuicios, pero sí puedo decir que la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, y que la vida es más compleja y que nuestra forma de vivirla tiene que recoger esta necesidad de no encasillar tan rápido a la gente…

¿Le han pedido que se defina como empresario o político?
Me ha pasado pero creo que sería injusto si se dijera que se me acusa de inconsecuente, creo que a lo más la gente dirá “a este le señor le fue bien, tuvo buenos trabajos y vivió 10 años fuera de Chile trabajando en empresas muy conocidas”… Eso se podrá decir, pero en materia de pensamiento y de valores, que es lo que al final enmarca y domina todo esto, creo seguir siendo el mismo.

ANTÁRTICA

¿Por qué le decían Pasherpa en la época que hacía cumbres? ¿Podría contar detalles de su amistad con Andrónico Luksic?
Yo he sido deportista desde niño; a los 6 años yo ya jugaba fútbol y lo hice durante mucho tiempo en la selección de fútbol del colegio… era arquero. Después cuando fuimos a Moscú jugué vóleibol, después en Chile jugué tenis e hice ciclismo. En Europa y en Rusia hice esquí y patinaje en el hielo. Necesito deporte, me hace bien para mi estado anímico, para mi estado físico, para mi estado espiritual. Entonces durante 15 años me pareció muy interesante subir cerros, al principio subía aquí el Pochoco y el Manquehue, después uno va moviéndose e interesándose por subir otros cerros y llegué a la cumbre del Ojos del Salado que es la cumbre más alta de Chile.

¿Por qué le decían Pasherpa?
Porque siempre le he tenido mucho respeto a la naturaleza y me parece importante salir en cualquier expedición a cualquier lugar, bien preparado, bien apertrechado y, por lo tanto, la mochila era un poquito más grande de lo que se acostumbraba para cerros chicos…

Cuénteme de las expediciones que tuvo con Andrónico Luksic
Hemos hecho muchas…

¿Cuál es la más compleja o la más memorable?
Por lejos el Macizo Vinson, que es la más alta cumbre de la Antártica, un lugar completamente aislado… Hicimos esa expedición cuando cumplí 50 años… Yo nací el año 1953.

¿Cómo se les ocurrió ese viaje?
Fuimos en la época cuando hay más luz, éramos cuatro personas y llegamos al campamento base, o sea, al campamento donde llega el avión, y después nos dejaron a los pies del Vinson…

¿Qué sintió?
Mucho aislamiento; lo más cercano que había en vida y no digo humana, si no que en vida, estaba a 1500 kilómetros de donde estábamos. Nos dejaron en el avión y nos dijeron “los volvemos a buscar en dos semanas más dependiendo del clima”. De todas formas llevábamos pertrechos para dos meses en caso de…

Me imagino también que en esas situaciones se unen mucho las personas…
Es que en general el montañismo es una actividad de equipo, de mucha solidaridad y de mucha preocupación por el resto del equipo, porque hay que cuidarse no solamente uno, sino que hay que cuidar a los que componen el equipo…

¿Cómo describiría su amistad con Andrónico Luksic?
Bueno, ahora la cultivo menos porque él viaja mucho y tiene muchas actividades, pero es una amistad que heredé de mi padre, que era muy amigo de Don Andrónico y es una persona a la cual vi en el living de mi casa.

CHILE

¿Qué liderazgo lo representa, lo inspira?
El Cardenal Raúl Silva Henríquez; lo conocí y siempre me impresionó, fue un hombre que aprendía de la conversación, un hombre que tomaba desayuno, almorzaba y comía con gente diversa y hacía de la conversación una fuente de aprendizaje, un hombre valiente, un hombre defensor de los derechos humanos, un luchador social, un hombre que realmente representa los valores que me parecen más importantes.

¿Se fue de tarro cuando dijo que quería ser presidente o que estaba dispuesto a serlo?
No, la pregunta fue otra, la pregunta fue así: “usted siempre ha ocupado cargos públicos designados. ¿Está disponible para ocupar cargos en los que tendría que competir en una elección?”. Yo respondí que absoluta y definitivamente, porque me parece muy importante que la política y los asuntos públicos puedan ejercerse desde posiciones a las que se ha llegado por votación, ya sea Core, concejal, alcalde, o parlamentario… Entonces, obviamente, usted sabe la especulación que esa respuesta originó. La pregunta me parece súper válida y también valoro el haber respondido en forma directa: estoy disponible, por supuesto, también a concursar con mis ideas y no sólo a ser designado por ellas…

¿Le gustaría ser presidente?
Mira, yo creo que el país está cansado de discusiones donde la gente se reparte los cargos, de pitutos…

¿No es una aspiración legítima querer ser presidente y decirlo?
¿Sabe cuál es una aspiración legítima? Es contribuir con mi conocimiento, con mi experiencia y con mis ideas a mejorar la calidad de la discusión pública, por ejemplo, con este libro de 600 páginas y 14 autores con los que trabajamos durante un año completo. Se trata de una cuestión que me representa 100% en lo que quiero hacer porque soy una persona que tiene vocación por los asuntos públicos y voy a seguir relacionado con los asuntos públicos… Ahora desde qué trinchera, en qué lugar y rol será algo que lo definirá el tiempo y las personas y equipos que se vayan construyendo para representar nuestro ideario y nuestras propuestas. Como izquierda tenemos mucho que seguir aportando al progreso social y cultural del país y esa tarea me apasiona y me convoca…

 

  • Entrevista de The Clinic

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