Desde el sindicato sostuvieron que la decisión se debió a las prácticas antisindicales que efectuó la empresa sumado a la excesiva burocracia de la Inspección Comunal del Trabajo Providencia, que terminaron por debilitar a los trabajadores.
La huelga que mantenían los sindicatos 2 y 3 de la Fundación Arturo López Pérez, y que tenían a más de mil funcionarios paralizados, concluyó el pasado jueves (24 de mayo) con un acuerdo que no dejó para nada satisfechos a los trabajadores. Los sindicalizados acusaron que la administración incurrió en serias prácticas antisindicales que debilitaron la movilización y que condicionaron la resolución de bajar la huelga.
Según constató el presidente del Sindicato N°2, Fernando Valdés, la empresa hizo contrataciones de personal adicional durante los meses de abril y mayo, período en el que se encontraban en negociación colectiva. “Aparte de quedar con los servicios mínimos, quedaron con servicios adicionales y eso inevitablemente debilita al trabajador que está afuera en la calle, porque ve que la empresa no para su productividad y sigue generando utilidades”, sostuvo Valdés.
Además, el dirigente acusó una excesiva burocracia de parte de la Inspección Comunal del Trabajo Providencia: “Cuando fui a constatar los reemplazos en huelga, le informé a la abogada que había 40 personas nuevas contratadas en mayo, para que fuera a fiscalizar, pero me dijo que no podía hacerlo si es que no le llevaba los nombres de estas personas. Incluso cuando le dije que no podía hacer eso porque no tenía permitido entrar a la empresa por ser dirigente, insistió en que no iba a fiscalizar sin los nombres”.
Sobre al acuerdo, Valdés señaló que la única mejora que lograron respecto de la primera última oferta de la empresa, fue el incremento del bono de término de conflicto en $20.000 llegando a los $360 mil, muy por debajo de los $450 mil que pretendían los trabajadores.
Además, indicó que tuvieron conflictos con la extensión de beneficios dado que la plana gerencial de la fundación solicitó que fueran extensibles para ellos. “Los únicos que están fuera de los sindicatos son las subgerencias y las gerencias, toda la plana mayor, y ellos quieren extensión de beneficios para personas que tienen sueldos mayores a los 5 millones de pesos”, expresó Valdés.
Finalmente, de los 60 puntos del contrato colectivo, los trabajadores accedieron a que los únicos beneficios que no se extenderían serían: los bonos de fin de año y de término de conflicto, y la posibilidad de usar el plan de retiro.
El presidente del sindicato N°2 indicó que, tras el acuerdo, el ánimo general entre los trabajadores es la indignación: “Ayer toda la gente lloraba de impotencia, acá mismo en su lugar de trabajo. Esto nos deja en claro que estos compadres (gerencia) sienten que tienen el sartén por el mango cuando quieren. Nos van a descontar seis días de huelga contando sábado, domingo y lunes feriado. Todo mal.”
Por último, Valdés señaló que “hay dos formas de terminar una huelga, cuando la terminas con dignidad, de pie y notando que fuiste escuchado o, por otro lado, cuando fue a la fuerza por medio de prácticas antisindicales para debilitarnos y, además, con un Estado que debería velar por los trabajadores por medio de la Inspección del Trabajo pero que no cumple su función”.
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