En los 100 días que lleva el gobierno de Piñera, el jefe del denominado “segundo piso” ha consolidado su influencia en Palacio no solo como responsable de los encargos directos del Presidente, sino que también en las nominaciones de los distintos cargos públicos.
“Todo pasa por Larroulet”. Así lo señalan en la élite de Chile Vamos cuando se les consulta por el desempeño del jefe del denominado “segundo piso”, Cristián Larroulet. Sin titubear, los dirigentes oficialistas -siempre en privado- van aún más allá y agregan:“Si quieres alguna designación, habla con él. No hay designación que no pase por Larroulet”.
A diferencia de sus excompañeros del comité político de la primera administración de Sebastián Piñera -Andrés Chadwick, Felipe Larraín y Cecilia Pérez- , el exministro de la Segpres se tomó buena parte del verano pasado en darle vueltas a su futuro político. Y aunque todos optaron por repetir su rol en su segundo paso por La Moneda, Larroulet optó por asumir la jefatura de asesores presidenciales instalados en el segundo piso de Palacio.
Desde allí -coinciden distintos personeros del oficialismo-, el exministro de la Secretaría General de la Presidencia no solo maneja con mano de hierro los distintos encargos de Piñera, sino que -cumplidos ya cien días de gobierno- cumple un rol clave en las nominaciones del aparato público y ha logrado una capacidad de articulación e influencia muy por encima que la que tenía en la administración anterior.
En el entorno más íntimo de Larroulet, sin embargo, desestiman esa ascendencia -no pocos opinan que bajo la premisa de que el poder se ejerce, no se ostenta-, sosteniendo que el exsecretario de Estado cumple más bien un papel de chequeos en los procesos de selección de las distintas autoridades.
Y aun pese a las versiones encontradas, la influencia de Larroulet en la instalación del gobierno se ha convertido en comentario obligado en los pasillos de Palacio y en la élite de Chile Vamos.
Una muestra de ello es que el economista no solo participó de todas las reuniones encabezadas por el entonces Mandatario electo en las que se definieron los nombres de quienes serían los ministros de Estado -a algunos de los cuales incluso contactó para conocer su disposición a participar en el segundo mandato de Piñera-, sino que, además, su voz se escuchó cuando se definieron las subsecretarías, donde 14 de los 36 elegidos habrían sido especialmente recomendados por él.
Ingeniero comercial de la Universidad Católica, director ejecutivo del Instituto Libertad y Desarrollo (LyD) por 20 años y director de Avanza Chile- fundación ligada al Presidente Piñera-, la mano del exministro no se ha sentido exclusivamente en las nominaciones de la primera línea de las autoridades, donde destacaron nombramientos en el gabinete de personeros de LyD como el de la entonces directora de la entidad, Susana Jiménez, como ministra de Energía, o el de los consejeros Juan Andrés Fontaine, José Ramón Valente y Marcela Cubillos como titulares de Obras Públicas, Economía y Medio Ambiente, respectivamente.
La predilección por la selección de directores de servicios, jefaturas de gabinete o asesorías de gobierno y legislativas de personeros provenientes de Libertad y Desarrollo ha generado una soterrada tensión en los think tank afines al gobierno. Y es que una vez designados los ministros y subsecretarios, los institutos ligados a los partidos de centroderecha, como Fundación Jaime Guzmán, Instituto Libertad o el Instituto Libertad y Desarrollo, comenzaron un intenso lobby por copar cargos de carácter más técnico, pero no por eso menos clave en el gobierno.
A diferencia del primer gobierno de Piñera, cuando los tres centros de estudios tenían a sus respectivos representantes en el proceso de selección de los futuros funcionarios públicos, de la mano de María Luisa Brahm, por el Instituto Libertad; a Miguel Flores, por la Fundación Jaime Guzmán, y al propio Larroulet, por Libertad y Desarrollo, esta vez los think tank entendieron que las nominaciones pasarían por el cedazo único y exclusivo de Larroulet.
En la carrera, ya cumplida la primera etapa de instalación, no hay duda de que los ganadores fueron el Instituto Libertad y Desarrollo y Avanza Chile, y no son pocos quienes atribuyen esa victoria a la influencia del exministro.
El director de Libertad y Desarrollo, Luis Larraín, comentó en su momento la supremacía del centro de estudios al momento de conocer las designaciones. “Nos consolida como el centro de estudios número uno en políticas públicas”, aseguró, e incluso sostuvo que“nos crea un problema agradable: reponer los equipos”.
La situación, sin embargo, ha generado un sabor amargo en los demás centros de estudios y varios, en privado, se han quejado de que no existe un canal de comunicación con el gobierno.
La influencia de Larroulet también ha generado incomodidad en las directivas de los partidos de Chile Vamos, quienes no ocultaron su sorpresa cuando -después de enviar una serie de nombres para vicepresidente ejecutivo de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), que incluyó la propuesta del exalcalde de Las Condes Francisco de la Maza y el codirector del Magíster en Innovación UC, Julio Pertuzé- se enteraron de que el cargo quedó en manos del militante de Ciudadanos Sebastián Sichel.
En La Moneda afirman que es Larroulet quien ha liderado las conversaciones con el fundador de Ciudadanos y ex DC, Juan José Santa Cruz, para incorporar a militantes de ese movimiento -ligado también al exministro Andrés Velasco- al aparato de gobierno y, quien junto con el ministro del Interior, Andrés Chadwick, ha sido uno de los promotores de nominar en puestos relevantes a sus miembros, convencido de la necesidad de ampliar el espectro político de Chile Vamos.
El quinto ministro
Lunes 11. Se cumplieron exactamente tres meses de la llegada de Piñera a La Moneda y de manera poco usual el Mandatario quiso participar, por primera vez, del comité político ampliado, instancia que reúne a los presidentes de partidos de Chile Vamos y a los ministros del comité político.
El encuentro ya había comenzado cuando el jefe de asesores del segundo piso asomó su cabeza por una de las puertas del salón donde se desarrollaba la cita y sonrío a los presentes. Aunque no participó de la inédita reunión, Larroulet seguía de cerca la cita de Piñera con el conglomerado. No pocos dudan, de hecho, que la idea de que el Mandatario se sumara al comité haya sido de él.
En el oficialismo explican que el exministro nunca se ha sumado -en lo que va de gobierno- a la habitual reunión que los integrantes del comité político sostienen con los partidos de Chile Vamos. Sin embargo, en el bloque tienen claro que cuando hay que hablar sobre algún problema con el gobierno o necesitan hacer llegar sus opiniones sobre el contenido o rumbo de un proyecto de gobierno -especialmente cuando el ministro tiene un corte más técnico que político-, la persona a quien recurren es a Larroulet.
“Se ha convertido, señalan, en el canal político para llegar al Presidente”, dicen en Chile Vamos.
Pese a que una de sus frases más recurrentes al inicio del gobierno es que no pretendía transformarse en un “supraministro”, en parte por la estrecha sintonía que mantiene con Piñera, a quien suele vérsele en las oficinas de su jefe de asesores, es común que Larroulet sea identificado como una suerte de “quinto ministro”. Un ejemplo de ello es que -a diferencia de su antecesor en el gobierno de Michelle Bachelet, Pedro Güell-, el ex Segpres participa de los comités políticos que cada lunes a las 8.00 am reúne a los ministros del comité político y al Presidente Piñera.
Conocido también como el principal consejero del Jefe de Estado, Larroulet sigue de cerca cada proyecto de ley que se va a presentar y participó de todas las bilaterales que el Mandatario sostuvo con los ministros previo a la cuenta pública del 1 de junio.
En el oficialismo suelen referirse al “centro del gobierno” para identificar el ala norponiente de La Moneda -donde se ubican la Segpres y parte de las oficinas de asesores presidenciales-. Y es que Larroulet junto al ministro secretario general de la Presidencia, Gonzalo Blumel, quien en el gobierno anterior se desempeñó como jefe de asesores del entonces secretario de Estado- concentran varias funciones y trabajan para mantener bajo control la gestión estratégica, la coordinación del diseño e implementación de políticas, monitoreo y rendición de cuentas.
La segunda administración de Piñera, en todo caso, también ha traído sinsabores para Larroulet; quizás el más evidente ha sido el fallido protocolo para la implementación del aborto en tres causales, que hoy tiene en la antesala de una acusación constitucional al ministro de Salud, Emilio Santelices.
Apenas a dos semanas de haber asumido el gobierno, Santelices decidió modificar el mencionado protocolo, permitiendo que los establecimientos de salud privados que se opusieran a realizar el procedimiento continuaran recibiendo apoyo estatal.
La noticia sorprendió al bloque oficialista, pero impactó también al mismo Presidente, quien no tenía conocimiento de la modificación del documento. La decisión había sido tomada por Santelices en conjunto con Larroulet.
Para algunos en el gobierno se trató de la primera desavenencia del Mandatario con su jefe de asesores. Un momento en el que Piñera le habría hecho ver sus reparos por no haberle informado previamente de los cambios que se realizarían al protocolo, manifestándole el error que había cometido.
En La Moneda, no obstante, aseguran que tras dicha conversación la relación continúa tan estrecha como siempre.
Parientes en el gobierno
Fue tema el mismo 11 de marzo, día en que el Presidente Piñera asumió su segundo mandato: la participación de familiares en el Ejecutivo.
El primer remezón afectó al ministro del Interior, Andrés Chadwick, primo del Presidente. Y es que solo meses antes la administración de Piñera había fichado al hijo homónimo de Chadwick para el diseño del traspaso de cambio de mando y a la esposa de este, Josefa Solar. Ya instalados en La Moneda, Chadwick Costa asumió como jefe del área de producciones de La Moneda, y su hermana, Camila Chadwick, se convirtió en la jefa de gabinete de la ministra de Medio Ambiente, Marcela Cubillos.
El hijo del ministro y su esposa terminaron por renunciar.
Pero el asunto escaló aún más cuando Piñera anunció que su hermano Pablo había sido designado como embajador de Chile en Argentina, generando la crítica de la oposición e incluso la de Chile Vamos.
Aunque en un comunicado público el Mandatario señaló que “aquí no ha existido ningún acto de nepotismo, ni mucho menos descuido del interés público, pues su nombramiento no obedecía al hecho de ser mi hermano ni a ningún interés particular, sino solo a un legítimo interés público”, los cuestionamientos obligaron al retiro de la nominación y su reemplazo por el abogado Sergio Urrejola Monckeberg.
Los vínculos de Larroulet y algunos personeros de gobierno han permanecido -sin embargo- con menor perfil. Durante este segundo mandato no dejó de ser comentada la designación del subsecretario de Servicios Sociales Sebastián Villarreal, quien es yerno del jefe de asesores presidenciales.
El abogado de la Universidad Católica es esposo de Pilar Larroulet, hija del exministro. En el entorno de este último -sin embargo- no solo defienden la trayectoria pública de Villarreal, sino que, además, sostienen que la propuesta para su nombramiento provino de las filas de su partido -Evópoli- y que, aun más, Larroulet se automarginó cuando se discutió su nominación.
También, en la cartera de Desarrollo Social se encuentra Josefina Philippi Prado, licenciada en Ciencias Naturales y Matemáticas y quien, según indica el portal de Gobierno Transparente, es asesora de Contenidos, Agenda, Correspondencia, Medios de Redes Sociales, Fosis, Infancia, entre otros.
Ella es sobrina de la esposa de Larroulet, Isabel Philippi Irarrázabal, quien es hija del fallecido ministro Julio Philippi y hermana del empresario Bruno Philippi Irarrázabal.
Otra sobrina de la esposa de Larroulet en el aparato público es Francisca Rojas Philippi, quien asumió como la seremi de Bienes Nacionales de Magallanes. Ella es hija de Francisca Philippi Irarrázabal, hermana de Isabel.
Y el último vínculo de la esposa de Larroulet en el aparato público es el fiscal nacional económico, Felipe Irarrázabal Philippi. Este fue escogido en abril de 2010, mientras Larroulet se desempeñaba como ministro de la Segpres, para desarrollar el cargo de manera interina. Meses más tarde, y por medio de la intervención de la Alta Dirección Pública, el entonces Jefe de Estado volvió a optar por Irarrázabal, esta vez en la terna que le presentaba el Servicio Civil. Irarrázabal Philippi continuará en el cargo hasta agosto de este año.
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