La Cámara de Diputados despachó la semana pasada el proyecto de ley impulsado por el Gobierno que regula labores a distancia. Desde el Ministerio del Trabajo destacan que esta modalidad de empleo ahorrará los traslados, la contaminación y será más inclusivo, mientras desde las organizaciones y sindicatos argumentan que menoscaba derechos laborales.
Sin embargo, son varias las voces que han insinuado que, más que una compatibilización armónica, lo que esconde la prenormativa es una precarización de las condiciones laborales de las personas, especialmente el derecho a descanso.
Al respecto, el Ministro del Trabajo Nicolás Monckeberg, aseguró que el tiempo libre o la denominada desconexión con su empleador será de 12 horas.
Actualmente en Chile existe una normativa que regula el teletrabajo, pero -según la autoridad- existen vacíos en la legislación, que ha provocado temor en el empresariado para contratar personas bajo esta modalidad.
Uno de los parlamentarios de oposición que dio luz verde al proyecto de ley, fue el diputado Raúl Soto (DC).
El integrante de la Comisión de Familia y Seguridad Social, destacó que lo aprobó, sin antes haber impulsado indicaciones, referidas principalmente a garantizar que el empleador tome todas las medidas necesarias para que el empleador goce de tiempos de descanso, permisos y vacaciones.
“Lo que esperamos es que este proyecto permita fortalecer los órganos de control y fiscalización, especialmente la Dirección del Trabajo, para que, en definitiva, en la práctica se cumpla la normativa, y que estos abusos que muchas veces cometen los empleadores por vacíos y resquicios legales, no se traduzca en que este tipo de trabajadores van a estar precarizados”, afirmó.
El sociólogo e investigador , Benjamín Sáez, precisó además que, a diferencia de países desarrollados, los organismos fiscalizadores en Chile no funcionan. Por lo que el denominado “mutuo acuerdo”, en la realidad implica la imposición de las condiciones del empleador por sobre el trabajador.
“No existe ningún tipo de control sobre la jornada, su duración efectiva, por el contrario, hay un incentivo para que se prolongue e intercale el trabajo productivo con el reproductivo. Así como también empresas que no requieren personas con mayor calificación, por lo tanto, no se preocupan de capacitación, permanencia en la empresa, de su proyección, sus buenas condiciones. Lo que se ha promovido en el último tiempo, jornadas parciales, baja calificación, fácilmente reemplazables por otras personas o derechamente por una máquina, la idea es disponer de un funcionario 24 horas, los siete días de la semana”, argumentó.
El Secretario General de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Nolberto Díaz, manifestó su rechazo a este tipo de iniciativas.
Para el dirigente sindical, iniciativas como el teletrabajo, estatuto laboral joven, pensiones y ahora último la polémica sobre eliminar la indemnización por años de servicio, solo apuntan a precarizar los derechos de las personas y beneficiar a los empresarios. Dijo que así están abaratando costos en empleabilidad.
“Lo que el Gobierno está buscando con esta batería de medidas es debilitar los derechos sindicales, laborales, y de esta forma facilitar al empresariado la contratación con menos beneficios, precarizar las condiciones de las personas y bajar los costos al empleador”, aseveró.
La experiencia internacional da cuenta que, por ejemplo, el teletrabajo en España está normalizado desde el año 2012. Las críticas más relevantes de los que se desempeñan bajo esta modalidad a distancia indican que uno de los grandes peligros es que nunca se termina de trabajar, no existe noción del tiempo ni feriados, menos fines de semana.
En España, según datos del Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo, un 6,6 por ciento de la población ocupada en 2015 trabajaba desde casa, sin embargo, los índices han caído con respecto al máximo alcanzado en 2013, de un 7,5 por ciento.
En Estados Unidos en tanto, los gigantes de la internet, instaladas en Sillicon Valley, como Yahoo y Google prohíben el teletrabajo a todos los empleados de sus compañías, con el fin de aumentar la colaboración en equipo y la creatividad.
En Colombia, según el ‘Cuarto Estudio de Penetración del teletrabajo en Empresas Colombianas’, realizado este 2018, existen 122 mil trabajadores remotos aproximadamente. La mayoría de ellos dedicados a servicios de Contact Center.
Denos su opinión