Durante la semana se dió a conocer un plan de reajuste que incluye alrededor de 500 desvinculaciones en la Empresa Nacional del Petróleo. Esto porque según la empresa ha debido incrementar los gastos de producción por la subida del combustible. Las medidas han sido discutidas en mesa con representantes de la empresa y en la que incluso han participado miembros de los trabajadores.
La empresa estuvo al centro de la polémica durante algunos meses por ser sindicada como la responsable de los altos niveles de contaminación en las localidades de Quintero y Puchuncavi. Esto debido a que los procesos productivos de la empresa serian señalados como los responsables de emanar gases y residuos que afectaban a la zona.
Este año ha estado marcado por el inicio del mandato de un gobierno de derecha que desde su llegada ha traído consigo múltiples ataques a la clase trabajadora, primero fueron los despidos en el rubro de la construcción y la industria con CIAL y MAERSK respectivamente, dejando sin fuente laboral a miles de trabajadores y sus familias. Luego, fue el turno de Suazo e IANSA en donde se hablaba de restructuración y de cambios, pero finalmente solo se tradujeron en más despidos. Esto último reafirma que el gobierno de Sebastián Piñera no ha hecho más que fortalecer y envalentonar a los empresarios para realizar ajustes atacando a la clase trabajadora y así no perjudicar los bolsillos de los empresarios.
Los grandes ausentes en estos hechos han sido las centrales sindicales que han dejado pasar estos ataques, manteniéndose inmóviles, mientras son testigos de la precarización laboral y despidos que sufren los trabajadores. Sin embargo, a nivel nacional se han mostrado focos de resistencia ante ataques como estos, un ejemplo de esto se ha manifestado en Antofagasta en la lucha que han llevando los trabajadores despedidos del ferrocarril quienes siguen peleando por su reincorporación ante uno de los grupos económicos más poderosos de Chile como lo es Grupo Luksic.
Frente al escenario comienza a aparecer el descontento acumulado que ha hecho que trabajadoras de la fundación INTEGRA, ferroviarios, portuarios, entre otros hayan decidido hacer frente a los nuevos ataques, saliendo a las calles a manifestar su descontento, haciendo de sus conflictos un hecho que ha estado en el ojo de todo el país.
Los portuarios lograron hace unos días hacer retroceder a von Appen, dando a la vez luces de unidad con trabajadores de distintos puntos del país, así como también han logrado el apoyo de otros sectores como la juventud.
Hoy lo que pasa en ENAP genera nuevamente expectación sobre todo al saber que dentro de la comisión que discute el reajuste se encontraban representantes de los trabajadores. De concretarse el hecho significaría un nuevo golpe a la clase trabajadora en lo que ha sido la tónica en lo que va de los “tiempos mejores” para los empresarios, además de dejar abierta la pregunta de cuál será el rol de las centrales sindicales y si estas serán capaces de desarrollar la organización de los trabajadores o serán nuevamente espectadores como el Frente Amplio que dice estar con la clase obrera pero que diluye todo en el parlamento.
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