Se cumplen tres semanas de huelga y resistencia en CIC-Maipú

En una nota anterior se evidenció la pelea que se está dando en lo que sería la primera negociación colectiva unificada en un sólo sindicato, revirtiendo la situación que hace 30 años tienen las partes con más de 30 convenios distintos.

Esta vez, los dueños y gerentes de la empresa están pasando el límite de respetar los acuerdos mínimos de negociaciones anteriores, por ejemplo, están ofreciendo un reajuste salarial por debajo del acuerdo anterior que era de 2000 pesos el bono por turno de noche. Hoy ofrecen reajustar por la mísera suma de al rededor de 160 pesos por noche.

Las y los casi 700 trabajadores de CIC no aceptan el reajuste efectivo de sus sueldos por la suma de 5 mil pesos como pretendía la patronal, puesto que ese es el piso mínimo de las conquistas anteriores. Así, ya cumplen 20 días de resistencia ante la intransigencia de dueños, gerentes y jefes.

Esta última semana la empresa ha comenzado a adelantar las vacaciones de los empleados que, dicho sea de paso, mantienen paralizadas as actividad no sin los intentos de la empresa de mantener servicios de logística. Sus dirigentes afirman que esto ha sembrado incertidumbre a las bases, pero que no han bajado los brazos.

Esto demuestra las inexistentes intenciones de negociar, a pesar de que la fábrica no está produciendo, está detenida. Sin embargo se ha tenido que recurrir a la fiscalización de la Inspección del Trabajo, ya que «se han echado a andar máquinas, se han cargado camiones, a pesar de que se supone que están todos los puestos de trabajo en huelga. Pero la gente está firme, no aceptarán menos de lo conseguido en negociaciones anteriores» asevera uno de sus dirigentes.

Esta muestra de resistencia y convicción de que los derechos laborales se consiguen dando la lucha contra los intereses de los patrones, es una de las que comienzan a dar a luz como el impresionante despliegue de los Portuarios de Valparaíso o los más de 150 días de los ferroviarios de FCAB (del Grupo Luksic). La unidad y coordinación de las y los trabajadores y el apoyo del movimientos estudiantil en sus luchas podrá irradiar ese potencial de la clase trabajadora que hoy en día, también, tiene a las mujeres como factor de coraje y resistencia entre sus filas.

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