Por Nicolás Mondaca / Delegado SINACAR CCH
Ya va un año del gobierno empresarial de Sebastián Piñera y los tiempos mejores se han tardado en llegar. Vimos cómo se cerró el año 2018 en medio de una crisis política tras el asesinato de Camilo Catrillanca. Con todo esto y los intentos por cerrar la crisis de parte del gobierno, la ciudadanía pone nota 4,3 al gobierno y cierra el año con un 46% de desaprobación de su gestión.
A pesar de encontrarse en desventaja y con minoría parlamentaria, el Ejecutivo ya anunció que para marzo de este año esperan aprobar la idea de legislar los tres proyectos de reformas estructurales, laboral, de pensiones y tributaria, y llaman a la unidad y la apertura de diálogos con la Oposición (principalmente el PC y el Frente Amplio), dando pie a posibles rebajas y cedidas de su propio programa para implementar su agenda de ajustes para la clase trabajadora a toda costa. Sin embargo ya vemos cómo los empresarios empiezan a hacer gimnasia con algunos puntos de la reforma, como por ejemplo poner en marcha la idea de negociar con grupos negociadores como lo quiere hacer el directorio de GAM después de que la inspección del trabajo le negara a los trabajadores sindicalizados el derecho a negociar colectivamente.
Así como también en Correos de Chile, en el área de distribución donde están implementando nuevas modalidades contractuales con la forma de “Asistentes operativos” que cumplen doble o hasta triple funciones en el proceso de distribución de correspondencia, cuya estabilidad está supeditada a las necesidades de la empresa. Esto va en la misma línea de la flexibilización de las funciones laborales de la reforma laboral de Monckeberg, además del debilitamiento de la organización sindical, al tener trabajadores que van rotando constantemente con otro tipo de contratos y otro tipo de jefaturas, profundizando la división en las mismas filas de los trabajadores postales.
La precarización laboral en Correos de Chile, el plan estratégico a la medida de los empresarios y los posibles despidos.
En Correos Chile, carteros y operadores nos vemos enfrentados a condiciones completamente agobiantes; en carteros tenemos jornadas interminables, producto de los cuarteles sobredimensionados, las bajas contrataciones y la flexibilidad que nos impone el artículo 22, que nos obliga a tener que cumplir con los tiempos de la distribución, relativizando nuestra jornada laboral.
En las plantas, las condiciones de los operadores postales tampoco es distinta, pues producto de la cantidad de PPIs que está entrando y de la falta de contrataciones, nos vemos obligados a tener que hacer dobles turnos o tomar horas extras (que muchas veces no se pagan completas) para poder cumplir con las expectativas de producción de la empresa. Todo esto con un sueldo mínimo que no sube de manera considerable hace más de diez años.
El mercado postal está cambiando y así mismo los desafíos dentro de la misma empresa. La carta va a la baja producto de la digitalización, mientras que el boom de la paquetería internacional se ha incrementado considerablemente desde el 2015.
En medio de esta transformación es que la gerencia de correos, que depende del gobierno de turno, ha implementado un plan estratégico 2016-2020, el cual contempla mayor infraestructura, nuevos dispositivos para carteros, nuevas plantas, etc. todo esto con el fin de aumentar la productividad.
Pero cabe preguntarse ¿Qué hay realmente detrás de este plan? ¿al servicio de quien está?
El pasado 27 de diciembre, gerencia citó a una reunión a puertas cerradas a todos los dirigentes sindicales, para discutir la implementación de este plan. Días después un comunicado de la empresa exponía que correos está con números rojos producto de un altísimo endeudamiento que conlleva el plan estratégico, y que para poder implementarlo será necesario despedir a un 10% de la dotación de trabajadores.
Es decir, seremos las y los trabajadores quienes, como siempre, pagaremos las consecuencias de las malas gestiones de los empresarios quedando al descubierto que el objetivo es aumentar las ganancias a bajo costo sin tocar los sueldos millonarios de los gerentes y directores (solo los 12 gerentes, reciben un sueldo bruto de $720.191.160 acumulado de enero a septiembre del 2018 según correos transparente).
Correos es una empresa de servicios perteneciente al Estado, por lo tanto es este último quien debiera hacerse cargo de los costos de la modernización, sin necesidad de que la empresa se endeude con externos para después subsanar esa deuda despidiendo trabajadores.
Hoy lo que necesitamos las y los trabajadores postales por el contrario de lo que opina gerencia son más contrataciones, lo que nos permitirá trabajar menos horas y tener más tiempo de calidad, a la vez que se generarían más puestos de trabajo que impida la sobrecarga y el agobio laboral. Pero todo esto tiene que ir acompañado de un aumento real del sueldo base, cuestión que no ocurre hace más de diez años.
Debemos organizarnos y recuperar nuestros sindicatos de las dirigencias sindicales burocráticas que taponean nuestra verdadera autoorganización y la sustituyen con mesas de diálogo a puertas cerradas con la gerencia. Estando ad portas de una nueva negociación colectiva es necesario que la FETRACORTEL llame a un estado asambleario para que no pase ningún despido y para preparar desde las bases la negociación colectiva.
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