Por Luz Bermúdez/ Sicóloga
La coordinadora nacional de trabajadores “No más AFP” se formó el año 2013, siendo integrada por sindicatos tanto del sector público como del sector privado. Si bien han pasado cinco años desde su fundación, no fue hasta el año 2016 cuando comenzó a ser más visible, esto como consecuencia del destape de las pensiones millonarias de gendarmería y el surgimiento de las movilizaciones de “indignados Chile”. Desde esa fecha, tanto el gobierno de Michelle Bachelet como el actual gobierno han respondido con leyes que distan mucho de solucionar el problema de las bajas pensiones y que no sólo mantienen el sistema de capitalización individual (AFP), si no que además las fortalecen entregándoles más fondos para “administrar” y por ende, se aleja mucho de la demanda de este movimiento.
Y es que la consigna es clara: “No más AFP”. Porque detrás de esa consigna bloquea las respuestas a las que los gobiernos post-dictadura nos han acostumbrado: mantener el sistema de lucro, pero compensándolo con subvención del estado, y cuando se trata de fondos del estado, caemos en las reformas “en la medida de lo posible”.
Esto resulta muy visible en el debate de educación, pues se ofreció gratuidad evadiendo la discusión de fondo, que es la comprensión de la educación como un derecho que no debe ser transable en el mercado, sino que el estado debe tener un rol preponderante y no limitarse a un rol netamente subsidiario.
El movimiento “No más AFP” ha comprendido que no es la falta de recursos lo que genera pensiones de miseria, que no se requiere del incremento del gasto fiscal, sino que los fondos que acumulamos miles de trabajadores y trabajadoras alcanzan para una pensión al menos digna, pero que no se están utilizando para eso, si no que están a disposición de los grandes empresarios para que tengan capital con qué invertir. Se debe re distribuir esos fondos entre sus verdaderos dueños, los trabajadores y así garantizarles pensiones dignas.
En estos 5 años, la coordinadora ha realizado 3 congresos con más de 500 participantes, ha llevado a cabo marchas multitudinarias en todo el país. También elaboró una propuesta al actual sistema de pensiones, con respaldo técnico y además llevó a cabo un plebiscito auto convocado con más de un millón de participantes a nivel nacional. Logró evitar ser eclipsados por un periodo de elecciones presidenciales y parlamentarias, poniendo en los debates la demanda por la seguridad social. Y en un país donde la baja participación ciudadana es preocupante y donde las leyes no favorecen la sindicalización ni la organización social, la coordinadora mantiene presencia activa en 42 comunas, mucha más que cualquier partido político.
Ha logrado hábilmente mantener diálogo con representantes de la política partidista, logrando plantearles la propuesta sin ser pasados a llevar por la costumbre de la clase política de, en una posición de “expertos” ofrecerles soluciones, pues este movimiento no sólo protesta por el problema, sino que tiene clara la solución. Este diálogo se llevado a cabo para sortear las limitaciones de nuestra democracia.
Además, en el año que recién pasó, elaboró su propia propuesta de ley, mediante la llamada “Iniciativa Popular de Ley” (IPL), para lo cual a través de cabildos realizados en todo el país, miles de personas estuvieron debatiendo acerca del sistema de pensiones que Chile necesita. Un ejercicio que a todas luces logra reivindicar la participación de la ciudadanía e invita a la reflexión de la democracia como algo que va mucho más allá de emitir un voto cada cuatro años.
Y el día de ayer, se habrá llevado a cabo una conferencia abierta organizada por la coordinadora para planificar en conjunto con la ciudadanía como seguir movilizándose este año, pues la propuesta de Sebastián Piñera no sorprendió, no sólo mantiene las AFP, sino que además las fortalece entregándoles más recursos.
Hay quienes quieren mostrar que este movimiento está dormido, y para esto cuentan con la complicidad de los medios de comunicación, pero sin duda es un movimiento que en un escenario adverso ha logrado fortalecerse y ha puesto en jaque la política post-dictadura.
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