Gobierno firmó proyecto de modernización laboral

La mañana de este jueves, el Gobierno firmó el proyecto de adaptabilidad laboral en el marco de la agenda de modernización del sector que partió con los cambios al Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence).

La ceremonia estuvo encabezada por el Presidente Sebastián Piñera y los ministros de Trabajo, Nicolás Monckeberg, y Hacienda, Felipe Larraín.

Durante la presentación del proyecto que busca conciliar trabajo, familia e inclusión, el Mandatario se refirió a las cifras que se han generado durante su Gobierno, asegurando que ha disminuido la brecha de género de los salarios en un 12,8 por ciento, «la cifra más baja desde que tenemos historia de este indicador», manifestó.

«Sin duda, son buenos resultados que muestran que el país está en marcha. Pero también tenemos plena conciencia de que todavía nos queda un largo camino por recorrer. Por tanto, esta cifra lejos de hacernos bajar los brazos o caer en una autocomplacencia, nos motivan y nos dan más fuerza para seguir avanzando», manifestó.

Tres ejes

El proyecto está basado en los tres ejes de adaptar mejor las jornadas laborales, crear nuevas normas para los empleos del siglo XXI y uno para la inclusión.

«Nada de lo que está contenido en este proyecto se hace para precarizar los derechos de los trabajadores, que es la reacción automática, inmediata e irreflexiva frente a cualquier intento de modernizar nuestra legislación laboral», aseguró Piñera.

En ese sentido, agregó que «todo lo contrario, lo que busca es fortalecer los derechos de los trabajadores, ampliar sus ámbitos de libertad y una mejor compatibilización de ese mundo del trabajo con otros mundos tan importantes como la familia, el tiempo libre, la recreación, la cultura, los amigos, etc».

Respecto de los ejemplos que presentó el Mandatario como una mejor forma para adaptar las jornadas laborales, manifestó la idea de establecer una jornada laboral mensual de 180 horas que pueda ser distribuida durante el mes, de forma más flexible. Además, la posibilidad de pasar de una distribución de la jornada laboral semanal de cinco a seis días (como la actual), a una que se pueda distribuir entre cuatro a seis días.

Además, sobre los empleos del Siglo XXI se propone hacerse cargo de los trabajos eventuales -como los portuarios- y regularizar los empleos de plataformas obligando a los prestadores a emitir boletas de honorarios. En materia de inclusión, se fomentará el empleo de los presos y perfecciona la Ley de Inclusión.

«Se ha farreado una oportunidad histórica»

En la oportunidad, Piñera también hizo un fuerte llamado a los parlamentarios a apoyar la tramitación la próxima semana, cuando la discusión llegue al Congreso.

Entre los asistentes había solo dos parlamentarios de la oposición: el diputado Raúl Soto y la senadora Carolina Goic, ambos DC.

Soto, quien también es presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara Baja, cuestionó duramente el proyecto y aseguró «el Gobierno aquí se ha farreado una oportunidad histórica. Era el momento de rebajar de 45 a 40 horas las jornadas semanales en nuestro país».

«Era el momento de anunciar una jornada semanal de 4×3, como lo propusimos hace algunos días atrás, pero por sobre la base de 40 horas semanales y sobre la base de un tope máximo de 10 horas diarias», agregó.

En esa línea cuestionó que al contrario de lo que hace el proyecto presentado, que según Soto, lo que hace «es solamente flexibilidad a favor de los empresarios, a costa de los trabajadores, pero sin revisar los topes máximos de 45 horas semanales y de 12 horas diarias. Yo creo que es un retroceso«.

Por su parte, el economista Joseph Ramos -quien integró la comisión técnica de adaptabilidad- defendió las propuestas y manifestó que «el trabajador que no quiera no tiene que sumarse y en ese sentido yo no veo que debilite los derechosdel trabajador, por el contrario, veo que amplía».

«A todo esto, hay un detalle. Las 180 horas, si uno hace el cálculo, son menos horas que 45 por semana. 45 por semana son como 198. O sea que si se llega a esa adaptabilidad, las 180 reducen el horario significativamente», explicó.

El economista David Bravo, quien también integró dicha comisión, destacó que «son caminos que necesitamos tomar para que la legislación pueda realmente dejar de ser un traje de tamaño único, para poder realmente empezar a adaptarse de mejor modo a las necesidades que tenemos hoy día».

El costo fiscal del proyecto será de 1.200 millones de pesos anuales por extensión del subsidio al empleo juvenil, según confirmó el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien además fue consultado sobre el impacto del proyecto en el empleo manifestó que «no hemos hecho ese cálculo».

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