El ministerio de Obras Públicas informó la semana pasada las especificaciones de la venta de las bases de licitación para los proyectos de concesión de los Hospitales Félix Bulnes y Sótero del Río, que comenzarán el 22 y 29 de noviembre respectivamente.
En las concesiones hospitalarias el Estado licita el diseño, construcción y operación de un recinto a empresas privadas, donde el Ejecutivo asegura subsidios y dividendos al «concesionario» que se adjudica la obra. Algo que hoy no es rentable, aseguraron expertos.
La empresa se hace cargo de la infraestructura, mantenimiento y de los servicios externos, y los trabajadores del Sótero del Río -que estuvieron en paro entre el 11 y 13 de noviembre- no están de acuerdo con la concesión. Según la presidenta de la Federación de Profesionales de la Salud de ese recinto, Roxana Guajardo, afecta a los usuarios.
«El ministro es el único que tiene la voluntad política para poder detener las ventas de las bases de licitación, porque nosotros no hemos tenido participación ni como funcionarios ni como ciudadanos, ni los usuarios que atiende el Sótero del Río», declaró.
Explicó que «por más que asuma otro Gobierno, esto va a quedar adjudicado a fines de febrero. ¿Qué va a pasar también con los funcionarios de las unidades que, además, se concesionan?».
Se acusa al ministro de Salud, Jaime Mañalich, de querer dejar «amarrada» la concesión de varios hospitales antes de terminar el Mandato de Sebastián Piñera.
La ex titular de Salud, María Soledad Barría, miembro de la comisión de Salud de Michelle Bachelet, dijo que en un posible Gobierno de la candidata, ya se anunció que se terminará la política de concesiones.
Acusó de irresponsabilidad a Mañalich de querer dejar amarrado estos proyectos y, por eso, hizo un llamado a las empresas que quieran comprar las bases de licitación: «Se quiere dejar amarrado todo antes que termine el Gobierno. Yo creo que esto es muy irresponsable del punto de vista de las inversiones públicas, pero que no puede realizarse que se ha demostrado que son más lentas y son más caras».
«No se van a realizar concesiones en el próximo Gobierno. Esperaría que las firmas que son responsables lo piensen mucho antes de postular de esa manera irresponsable que se ha hecho este llamado para el Sótero del Río y el Félix Bulnes».
Las críticas van a que en las concesiones el Estado gasta más, en vez de hacerlo a través de fondos públicos. Es el caso de los hospitales de Maipú y La Florida, actualmente, tras años, ninguno de ellos siquiera ha comenzado con la marcha blanca y el Gobierno cancelará un 27 por ciento más.
Con el Hospital Sótero del Río, el economista experto en salud, Matías Goyenechea, dijo que el Gobierno cancelará el doble por los subsidios que tiene que pagar a las empresas. El presupuesto contempla 394 millones de dólares, y según su visión, el ejecutivo terminará cancelando sobre los 600.
«La política de concesiones es una política que en el mundo ha fracasado. Termina gastando el Estado, en el total de las transferencias que tiene que hacer al concesionario privado, el doble de lo que costaría hacerlo por la modalidad tradicional. O sea, necesita solamente la construcción del establecimiento», explicó.
Goyenechea agregó que «mientras hay una sobre utilización de pesos, el Estado tiene que pagarles el doble o una especie de multas al concesionario. Lo mismo opera, además, en estos hospitales que como sabemos la red pública está bastante colapsadas».
La experiencia internacional indica que las concesiones hospitalarias afectan en la calidad de atención al usuario, donde el caso más significativo es en Reino Unido.
La agenda del ministerio de Salud pretende concesionar además el salvador geriátrico, y los hospitales Red Sur (Curicó, Linares, Chillán), y Red Quinta Región (Quillota-Petorca y Marga Marga).
Mañalich, que enfrenta nuevamente críticas de «amarre» tras la millonaria adjudicación a Entel por licitación directa de la red de comunicaciones del Minsal hasta el 2019, ya ha dicho que ojalá el próximo Gobierno siga con la política de concesiones.
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