“El Gobierno Universitario, debe dar señales. Chile ha cambiado. Nuestra Universidad debe empezar a cambiar”, así lo expresa el Sindicato Interempresa Nº1 de Trabajadores de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en una declaración pública, frente a el contexto de crisis social que enfrenta el País.
Ratificando su compromiso y participación en la demanda social nacional por mejoras sociales y transformaciones estructurales en nuestro País el sindicato declara que “Rechazamos y condenamos enérgicamente la violencia venga de donde venga, sin embargo hoy vemos con indignación como la violencia institucional del Estado Chileno ha significado muertes y daños irreparables para muchos jóvenes”.
En lo institucional, la organización valora las medidas que ha dispuesto la autoridad universitaria en relación al resguardo de la integridad y seguridad de las personas que constituyen la comunidad universitaria, sin embargo afirman que el gobierno universitario debiera abrir todos los espacios posibles a la ciudadanía con el objeto de promover lugares de encuentros y debates. “Nuestra definición de Universidad con vocación publica, nos obliga, hoy más que nunca, a una férrea vinculación con la comunidad local y nacional. Una Universidad con sentido público debe contribuir fuertemente, también en formación de ciudadanos de excelencia”.
En el texto advierten la existencia de una “desigualdad interna”, que también debiera ser parte del debate. “La inequidad en la participación política en la administración de la Universidad, las brechas salariales entre trabajadores académicos, administrativos y de servicios, la precarización laboral traducida en la sub-contratación (empresas externas), los contratos a honorarios, la promoción interna y los concursos, los trabajadores de proyectos, programas y convenios, las empresas relacionadas (multirut), la discriminación y el nepotismo, aparecen como temas de fondo en un modelo de gestión que la Comunidad Universitaria debe analizar. El Gobierno Universitario, debe dar señales. Chile ha cambiado. Nuestra Universidad debe empezar a cambiar”.
Su llamado es trabajadores, académicos, administrativos, profesionales, de servicios, estudiantes y autoridades universitarias a construir un nuevo trato social en la universidad. “Un verdadero compromiso de convivencia social y política nos permitirá, no solo enfrentar de mejor manera la crisis, sino que también fortalecer de manera decisiva el desarrollo institucional”.