Hace un par de días, nuevamente desde el parlamento, se le dio prioridad a la idea de aprobación del proyecto de ley que busca llevar recursos desde los jardines infantiles dependientes del Estado a lo jardines privados, precarizando aún mas la educación y cuidado a los hijos de los y las trabajadoras de todo el país.
La subvención para los niveles medios de dos a cuatro años genera una profunda indignación por parte de las trabajadoras de párvulos de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), denunciando una vez más las puertas al lucro en la educación infantil, ya que el proyecto aumenta la subvención de los jardines Junji, pero administrado por privados.
Con este proyecto de ley lo que ahora es un derecho (educación inicial) pasaría a ser un beneficio a personas que cumplan ciertos requisitos como una jornada completa de trabajo por lo que alguien que trabaje menos horas no tendría derecho a este “beneficio”. Con este proyecto además los empleadores dejan de ser responsables de pagar la sala cuna a sus trabajadoras empujando con esto a la segregación de los niños según la capacidad de pago de sus padres en sala cunas de primera y de segunda.
Buscan llevar a niños y niñas de tan solo 2 años, de edad a la escuela, cuando los mas pequeños, necesitan de un espacio de dedicación exclusivo para ellos, de cuidados y resguardos a la capacidad de sus cuerpos, procesos psicológicos y culturales.
El lema «los niños primero” ha sido uno de los tantos eslóganes que ha utilizado Piñera y los anteriores gobiernos, hacia la infancia donde deja ver su “preocupación» hacia los niños y niñas pero, ¿a cuáles se referirán? porque a los que son provenientes de los sectores mas precarizados, precisamente no lo es.
Piñera apunta a los y las niñas que dependen netamente de una educación prioritaria con derechos básicos, y justamente en esta educación en donde se hace mas necesario tener profesionales con estabilidad laboral y entrega de seguridad salarial, junto con los recursos suficientes para poder cubrir las necesidades que asisten diariamente a los jardines.
Las autoridades del poder ejecutivo buscan hacer cambios para que no cambie nada y no parecen entender -siquiera tras el estallido social-, que las demandas que se han impuesto en las masivas protestas en la calle donde lo que está en cuestión es el régimen en su conjunto y como todo se privatiza y todo se mide según el mercado.
Ahora es el turno de quienes somos trabajadoras de los jardines infantiles dependientes del Estado. Nuevamente como trabajadoras de Integra, la fundación que hoy lidera Cecilia Morel, primera dama, hemos decidido desde nuestros espacios sindicales, abrir el espacio a movilizarnos, queremos una educación gratuita, universal y de calidad para todos y todas nuestra niñas.