Mientras del gremio de la industria señalaron que el fijar un 30% en la repartición de las utilidades podría afectar el empleo e incentivar la informalidad, desde la multisindical afirman que el problema está en que hay remuneraciones por debajo de la línea de la pobreza.
Un intenso debate está ocasionando el proyecto de ley que busca modificar el sistema de gratificaciones. La moción parlamentaria patrocinada por el presidente de la Comisión de Trabajo, Tucapel Jiménez y un grupo de diputados de todos los sectores políticos sigue su tramitación en esa instancia legislativa, lugar donde los diferentes puntos de vista se suceden sesión tras sesión.
Esta vez fue el turno de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), quienes mostraron sus distantes posturas sobre la propuesta.
La Sofofa estuvo representada por su presidente Richard von Appen, el economista Rodrigo Mujica y el consejero Óscar Hasbún. En la presentación, el foco estuvo puesto en el impacto que puede tener en el empleo el hecho de que se pase a un régimen general de reparto de utilidades del 30% para todas las empresas independiente del tamaño. “Se debe tener en cuenta la realidad que existen entre las empresas. No todas enfrentan la misma situación. Hay industrias y sectores económicos que tienen diferentes niveles de intensidad en capital humano y que pueden verse impactada de distinta manera”, sostuvo Mujica.
Asimismo, argumentó que los trabajadores prefieren tener esquemas fijos y no estar sujeto a los movimientos de la compañía, sobre todo al momento de incertidumbre económica. “Es importante que la gratificación no sea considerado como un elemento aislado, sino que como una suma del resto de los beneficios”.
Óscar Hasbún, gerente general de Vapores, enfatizó en que el proyecto tal y como está presentado aumentará la brecha salarial entre trabajadores de pymes y grandes, pero también dentro de la misma empresa. “La repartición se haría proporcional, quien gana más recibe más gratificaciones. Y eso hará que se termine pagando más a quienes tienen salarios más altos. La inequidad aumentaría dentro de la empresa. Hay un efecto dispar para empresas que son intensivas en trabajo y otras en capital”.
El consejero de la Sofofa añadió que la industria que tiene mayores utilidades en Chile son las que pagan mayores remuneraciones a nivel agregado. “Podría generar incentivo a la informalidad laboral y precariza los puestos de trabajo, porque en la práctica es un impuesto a las utilidades. La tasa de impuesto a las empresas ya es alta en comparación con países de OCDE y, por lo tanto, el efecto podría ser muy nocivo en momentos en que se necesita generar empleo”.
Fuente: La Tercera