Tras el atentado explosivo que dejó 14 heridos en las cercanías del Metro Escuela Militar -y pese a los llamados a la unidad para enfrentar este tipo de hechos , se instaló una discrepancia de fondo en torno a las nuevas atribuciones que se darán a la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI).
Una de ellas, que será incluida en el proyecto de ley que la administración de Michelle Bachelet pretender enviar de aquí a fines de octubre con las nuevas normas para el Sistema Nacional de Inteligencia, incluye que la ANI tenga agentes encubiertos, que le permiten ampliar su rango de investigación, más allá de las labores de análisis y recopilación de datos que realizan ahora. La iniciativa -anunciada el fin de semana por el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo- provocó el rechazo cerrado de la oposición, desde la UDI hasta Amplitud. Y si bien en el oficialismo la mayoría de los presidentes de partido respaldan al Ejecutivo, fueron los comunistas, más parlamentarios DC, PPD e independientes quienes expresaron su discrepancia. Esto, en línea con el fiscal nacional, Sabas Chahuán, quien señaló que los efectivos encubiertos deben pertenecer a las policías «y que trabajen bajo la dirección de la ANI en labores de inteligencia y no en investigación criminal». Así, a la postura expresada por el vicepresidente del PC, Lautaro Carmona -quien expresó su temor de que la labor de los agentes encubiertos se «escape de las manos» a la autoridad- se sumó el integrante de la comisión de Derechos Humanos, diputado Tucapel Jiménez (PPD).
«Me inclino porque más bien sean las policías las que tengan esa facultad. La ANI es una institución civil, no me convence que haya civiles que cumplan el rol de agentes encubiertos», indicó el parlamentario.
En la misma línea opinó el senador Jorge Pizarro (DC), quien indicó que «lo más razonable» es que los agentes encubiertos «dependan de las policías», pues la ANI «no es la llamada a tener un brazo policial ni mucho menos, no corresponde, sino que debe tener fuentes de información fiables y distintas».
En tanto, la diputada PPD Cristina Girardi expresó que «lo que dice el fiscal nacional es razonable, que este tema esté en los organismos que efectivamente están a cargo de la seguridad. Creo que hay que buscar el lugar mejor donde queden radicados y el gobierno debería llegar a acuerdo con el Ministerio Público en esa materia, porque lo que no cabe duda es que en este momento Chile no tiene un buen sistema de inteligencia».
Críticas de independientes
Por su parte, el diputado independiente y ex presidente de la Fech, Gabriel Boric, señaló que «el Estado cuenta con la legislación y los medios necesarios para investigar a grupos que se apartan de la ley. Aquí lo que se busca es aumentar la presión mediática para aumentar facultades represivas y las penas, debilitando el debido proceso, se trata de una intervención del poder político en el sistema judicial». Y agregó que «entiendo que puede ser necesaria alguna reforma en los aparatos de seguridad, pero estoy en contra de la utilización de agentes encubiertos para infiltrar a los movimientos sociales, eso sería un grave error».
A su turno, el diputado independiente Vlado Mirosevic señaló que «la pregunta que me hago y no tengo bien resuelta es si (los agentes encubiertos) tienen que ser de la ANI o de las policías. Esa disyuntiva se tendrá que resolver. No he escuchado a los expertos. Habrá que definir el punto».
Estas aprensiones fueron rechazadas por el timonel del PPD, Jaime Quintana, para quien «lo importante no son los agentes encubiertos. Lo que importa es que esto se haga con apego a los derechos de las personas; que los servicios de inteligencia, policías o ANI, se circunscriban a ámbitos legales y los compromisos que hemos suscrito en DD.HH. Lo que pasa es que hoy están asociados a normas donde el debido proceso no es relevante, a la antigua figura de ley antiterrorista».
En línea con Quintana y con sus pares de la DC y el PS, Ignacio Walker y Osvaldo Andrade -quienes habían respaldado antes la iniciativa del gobierno-, el timonel del MAS, Alejandro Navarro, sostuvo que «los fantasmas de derecha e izquierda obre las agencias de inteligencia hay que dejarlos atrás. Fallamos cuando discutimos la ANI porque la izquierda creía que la CNI podría volver a reeditarse y la derecha conservadora creía que se le quitarían atribuciones a la PDI y Carabineros».
Alianza en bloque
La oposición, en tanto, reaccionó en bloque. El timonel UDI, Ernesto Silva, dijo que «estamos de acuerdo en dar facultades y poderes de inteligencia para combatir el terrorismo. Pero radicadas en las policías, que son las que aportan pruebas a los fiscales. No compartimos dar al poder político, dependiente del gobierno, facultades como las que propone el Ejecutivo».
A su turno, el presidente de RN, Cristián Monckeberg, señaló que «es una buena idea, en la medida que esté circunscrito a personal de Carabineros o Investigaciones. No quiero agentes encubiertos que hagan espionaje político, y si están en la esfera de la ANI, la tentación será muy grande. Aun recuerdo cuando Belisario Velasco hablaba que tenía «unas carpetitas» de los políticos de derecha. ¿De dónde salieron? De la ANI, por supuesto».
Desde Amplitud, el diputado Pedro Browne indicó que «la acción investigativa debe estar en las policías, que las atribuciones de investigación estén en manos del gobierno puede ser poco adecuado. Puede haber un sesgo político, esperamos que eso no quede así».
Hugo Frühling, U. de Chile: «Se requieren directrices muy claras» para agentes encubiertos
El director del Centro de Estudios de Seguridad Ciudadana de la U. de Chile, Hugo Frühling, afirma que «cuando se enfrenta crimen organizado, obtener información del funcionamiento y las definiciones internas es esencial». Por ello, comparte que «es razonable que la ANI cuente con facultades operativas, que se han visto bastante constreñidas, porque las policías han indicado que se trata de acciones que les corresponden exclusivamente a ellas».
A su juicio, «hay muchas acciones de carácter operativo que buscan predecir acciones a futuro y se requiere, por decirlo así, de otra cultura organizativa, distinta a la de las policías. Y por otra parte, es lo que existe en la mayor parte de los países democráticos desarrollados», asegura.
«Lo que hay que establecer son directrices extremadamente claras respecto de quién autoriza el funcionamiento de esos agentes, cómo se controlan sus actividades, si existe un registro, por más secreto que sea, si se hacen informes y si podrían los organismos judiciales acceder a ellos».
«También, por ejemplo, si quedan eximidos de responsabilidad criminal en el caso de participar en actuaciones que podrían considerarse como delictivas».
Guillermo Holzman, consultor en seguridad: «ANI debería poder formar sus agentes»
Para el consultor en Seguridad, Guillermo Holzmann, la actual inteligencia policial -enfocada en recolectar evidencias o trabajar con otro tipo de delitos, como el narcotráfico- no basta para combatir la nueva criminalidad tras los bombazos.
«Cuando hablamos de grupos antisistémicos, que realizan atentados, se requiere que la ANI tenga ‘agentes recolectores’ de información, que pueda desplegar para anticipar y prevenir, paralelos a los informantes, que es otra figura que se usa», dice. «La inteligencia de anticipación se hace en términos de análisis y es ahí donde es importante fortalecer».
Y aclara que «considerando que estos grupos poseen entrenamiento y sus sistemas de reclutamiento no tienen las mismas características que una banda criminal, la infiltración es menos probable».
«Como en otros países, algunos que trabajan o trabajaron en las policías podrían serlo, pero la ANI también debería poder formar sus propios agentes», señala.
Y los describe: «No tienen nada que ver con sombrero y gafas o con el agente tipo CNI: estamos hablando de personas con capacidades profesionales y para recolectar información en escenarios hostiles o donde es muy difícil de obtener».
Fuente: La Segunda
Denos su opinión