El estudio, cuyo objetivo inicial era reconstruir el paisaje sumergido del período Pleistoceno Final, constató una «huella bien reflejada» por la presencia de metales pesados.
La conclusiones «podrían ayudar a complementar estudios de contaminación reciente, ya que entregan una perspectiva histórica/prehistórica», dijo la investigadora Valentina Flores.
Un estudio de investigadores del Núcleo Milenio Océano, Patrimonio y Cultura (OHC) evidenció el daño medioambiental provocado entre los últimos 100 ó 150 años por la acción antrópica en Quintero, Región de Valparaíso, aparte de los efectos de transformaciones naturales como el cambio climático natural y las variaciones del nivel del mar, un trabajo que -destacan sus autores- entrega una perspectiva «prehistórica» de la conocida contaminación en la zona.
El objetivo inicial de la investigación era reconstruir el paisaje temprano sumergido del período Pleistoceno Final, desde hace unos 29 mil años, en el denominado GNL Quintero 1 (GNLQ1) -el único que se conoce para Sudamérica-, caracterizado por contener depósitos de una alta diversidad de restos de animales terrestres extintos, según recoge La Tercera.
Mediante análisis estratigráficos, sedimentológicos y geoquímicos de testigos de sedimento marino, el estudio dio cuenta de grandes transformaciones del paisaje, como la transgresión marina que inundó progresivamente estos espacios debido al alzamiento general del nivel del mar.
También constató el impacto de la actividad humana. «La huella de la actividad humana en el paisaje queda bien reflejada por la presencia de metales pesados identificados (Cromo, Vanadio, Zirconio, Itrio) en la sección más reciente de la secuencia ambiental. Esto puede relacionarse con las actividades de fundición de metales y el uso de plantas alimentadas con combustible de carbón», expuso la doctora Valentina Flores, quien lideró el artículo publicado en la revista Quaternary International en 2021.
La investigación reveló asimismo la desecación reciente de dos grandes lagunas costeras que dominaban el paisaje de la bahía. «Esto ocurre fundamentalmente como consecuencia de actividades industriales, agrícolas y la expansión urbana, siendo la laguna Campiche -que llegó a tener una superficie de 4,5 km²- una de las más afectadas», sostuvo el arqueólogo Diego Carabias, también investigador del OHC.
La geóloga Flores explicó a través de los cambios observados en el testigo de sedimentos «se puede hacer una diferenciación entre los cambios ocurridos en el paisaje provocados por el cambio climático natural y las variaciones en el nivel del mar, y el efecto antrópico (del ser humano) provocado por la contaminación ambiental y el cambio en el uso del suelo».
Por ello, destacó, «sin duda estos datos podrían ayudar a complementar estudios de contaminación reciente, ya que entregan una perspectiva histórica/prehistórica de la zona«.
El matutino anticipó que las investigaciones del Núcleo Milenio OHC en la bahía Quintero comenzarán una nueva etapa a fines de este año, para obtener una visión más amplia de los paisajes sumergidos y su evolución en el tiempo, verificar nuevos sectores de potencial interés mediante la aplicación de métodos de sensoramiento remoto, muestreos del fondo marino y operaciones de buceo arqueológico.
Fuente: Cooperativa