La campaña, organizada por las agrupaciones Alternativa Obrera, Pan y Rosas Teresa Flores y Nuestra Clase, apunta a impulsar la sindicalización de la mujer en sus lugares de trabajo y aumentar así su nivel de participación e injerencia en los sindicatos, para luchar para mejorar sus condiciones laborales.
El Gobierno de la Nueva Mayoría ha impulsado una serie de políticas y reformas, varias de ellas dirigidas hacia la mujer como el proyecto de aborto, creación del Ministerio de la Mujer, aumento de los recursos para combatir la violencia de género o, en el caso de la reforma laboral, una cuota de obligatoriedad de participación de las mujeres en los procesos de negociación colectiva.
Esta última medida implica la participación de las mujeres dentro de la negociación colectiva, una medida progresiva que abre la posibilidad de que se visibilicen demandas de las mujeres dentro de los procesos de negociación colectiva.
El mundo de la mujer trabajadora es distinto al de los hombres, puesto que además de su jornada laboral remunerada, en la mayor parte de los casos recae sobre ellas el trabajo doméstico. Además de los bajos salarios, subcontratación, discriminación por ser madres, no respetar derechos como sala cuna y otros problemas como el acoso sexual. A esto se suma también la baja participación sindical y menos aún en cargos importantes del sindicato. Las mujeres además tienen mayores problemas como agobio laboral, licencia por estrés y otras enfermedades asociadas a patologías psiquiátricas como depresión y trastornos adaptativos mixtos.
La realidad laboral y social de las mujeres las ubica en los sectores más precarizados, lo que incide directamente en sus posibilidades de ingresar a un trabajo en los que exista un piso mínimo para sindicalizarse y luchar.
Según las cifras proporcionadas Chile presenta una de las menores tasas de participación laboral femenina (43,5%), y existe un brecha salarial del 26,3% entre hombres y mujeres que desempeñan una misma función en un mismo cargo (CASEN 2011). Frente a este escenario se hace imperativo que las mujeres trabajadoras instalen sus demandas y luchen en conjunto con los trabajadores para ser escuchadas.
Esta campaña pretende impulsar -como primer paso- la sindicalización de las trabajadoras en sus lugares de trabajo, y aumentar así su nivel de participación e injerencia, en pos de mejorar sus condiciones laborales.
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