Académicos y personeros del mundo político analizaron los resultados del voto “duro” en zonas como el extremo norte y comunas rurales del Biobío y La Araucanía, en todas los cuales existen varios factores en común, entre ellos, una escasa presencia del Estado.
En lo que parece ser una constante en las elecciones nacionales, el plebiscito recién pasado dejó en evidencia dos realidades electorales muy distintas: una, mayoritaria en las comunas más grandes de Chile, que se decantaron por el voto “En contra”, salvo contadas excepciones, y otra conformada por algunas comunas del sector oriente de la capital, además de varias del extremo norte y centro sur del país, que votaron mayoritariamente “A favor”.
Algunos ejemplos en la zona norte se advierten en lo ocurrido en General Lagos, en la Región de Arica y Parinacota, donde el “En contra” obtuvo un 62.7%, mientras que en la Región de Tarapacá resaltan Colchane, con un 82.6%; Camiña, con un 68.09%; y Huara, con 56.3%.
En el sur, además de una votación muy importante para el “A favor” en las regiones del Maule y Ñuble, sucedió algo semejante en las provincias de Arauco y Malleco. En Contulmo dicha opción obtuvo 63.3%; en Cañete, 57.75%; en Los Álamos, 54%; y en Tirúa, 57.29%.
Un poco más al sur, el “A favor” logró un 61.4% en Collipulli; 58.6% en Curacautín; 54.64% en Ercilla; 65.4% en Los Sauces; 65.21% en Lumaco; 61.59% en Purén; y 60.34% en Victoria, entre otras comunas de la provincia de Malleco.
Al respecto, Mario Herrera, analista político y director del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Talca, señala que los resultados obedecen a distintas situaciones. En el caso de Colchane –principal punto de inmigración ilegal del país– indica que “se puede atribuir a que el texto constituyente incluía la expulsión de los migrantes y, por otra parte, a una realidad asociada con delincuencia y problemas que ellos viven, que son características de zonas de frontera”. A ello agrega que en Colchane “les hace sentido el discurso de ultraderecha sobre violencia. Además, Kast ha visitado la zona varias veces. Eso también contribuye”.
En el caso de las comunas ubicadas entre el Maule y La Araucanía, explica que la “diferencia entre núcleos urbanos y sectores rurales en esta elección, en particular, no fue tan grande. Si en Talca y Curicó ganó el ‘En contra’, no fue con diferencia tan grande como en elecciones anteriores”.
En cuanto a La Araucanía, el caso resulta paradójico, pues pese a ser la región con mayores niveles de pobreza y mayor población de pueblos originarios, sistemáticamente gana la derecha, frente a lo cual Herrera señala que “la razón es más bien territorial, con prácticas clientelares que son muy propias del mundo rural, que están en la literatura de las ciencias políticas, prácticas clientelares del campo, donde se forman redes de intermediación entre alcaldes, diputados, senadores, partidos políticos, etc. Esas redes en algún momento se diluyeron entre la ciudadanía y los partidos a nivel nacional, pero permanecen todavía entre las regiones del Maule y La Araucanía, sobre todo en esta última. Esto explica este voto de derecha”.
El importante avance de los evangélicos en el mundo rural y semirrural del sur del país, agrega, es “un factor importante, pero no decisivo”, aunque precisa que una de las estrategias del Partido Republicano fue buscar votos por medio del Partido Social Cristiano, pero señala que “el matiz ahí es que no es el único sector que los busca. También lo hizo el PDG con Parisi. En general, los candidatos más outsiders los buscan, porque tienen alto nivel de jerarquía, alta concentración de población y estrecho vínculo entre vida personal y política”.
El clientelismo
Por su parte, Juan Fernández Labbé, doctor en Sociología y analista de la Universidad Católica Raúl Silva Henríquez, aprecia tres factores que se combinan en la votación de las comunas más pequeñas del norte y el sur.
Al respecto, indica que “se ha venido dando a nivel internacional mayor presencia de voto conservador, en el sentido político, en las zonas rurales, donde se impone el sentido práctico de valoración de las tradiciones, de reticencia a los cambios”.
Un segundo elemento, detalla, “tiene que ver con aquellas zonas rurales donde hay alta población indígena. En Colchane se combina, por un lado, una alta población aymara con una situación de zona fronteriza, afectada por los temas de migración”.
Precisa que lo mismo sucede en el sur, “donde hay violencia rural y donde aparece también esta combinación de población indígena, violencia rural, voto más conservador, ligado a la incidencia de los aspectos más de la propiedad de la tierra, de las grandes extensiones de tierra”, como tercer factor.
En dicho sentido, argumenta que “en las zonas rurales hay menor conexión formal con el Estado, con el sistema político, pero sí hay una conexión más informal en relación al clientelismo. Entonces, en las zonas rurales, el rol de las élites patronales es clave”. Agrega que en las zonas rurales más pequeñas “lo que más pesa son la radio y las campañas de despliegue territorial, donde los caudillos locales, el patrón, son importantes”.
Pese ello, puntualiza que “no está toda la explicación ahí, pero, si uno va sumando una cosa con otra, efectivamente se ha mantenido, especialmente en ciertas comunas del sur; o sea, está muy claro que en las regiones de Ñuble, Maule y algunas comunas de La Araucanía y del Biobío, precisamente las más rurales, con estructura campesina, más agrícolas, efectivamente tienen esta tendencia y ahí prima la valoración de las tradiciones, la reticencia a los cambios, una tendencia a ver cualquier cambio como amenazante”.
Coincidiendo de algún modo con lo señalado por Herrera, señala que lo anterior “no está asociado necesariamente a un partido u otro. De hecho, en algunos hay rechazo a los políticos. Más bien se relaciona con un acervo más tradicional, más conservador, es un enganche que opera en el clientelismo y en el despliegue territorial que tengan los actores con sus mensajes. Eso es lo que permea. No es que necesariamente haya una identificación con un partido”, recalca. Asimismo, comenta que las iglesias evangélicas se han expandido mucho hacia el centro sur, en especial en La Araucanía, y que “el Partido Republicano, el Social Cristiano, han hecho un trabajo ahí”.
Crimen organizado y terrorismo
Desde la vereda política, el diputado de Antofagasta Jaime Araya (IND-PPD) tiene una respuesta de otro tipo, pues atribuye ese tipo de votación a un factor común, al que caracteriza como “la ausencia del Estado, ausencia de respuesta de Estado, y eso tiene que ver directamente con la ausencia de respuesta de la política”.
Así, reflexiona que “si uno mira las trayectorias de los últimos cinco años de esas zonas, tienen un nivel de conflictividad social altísimo”. En el norte, comenta, ello ocurre “por lo que ha significado la irrupción del crimen organizado, la aparición de bandas criminales, la aparición de nuevos delitos y los fenómenos de corrupción” y ello, a su juicio, evidencia que “el Estado ha retrocedido, el Estado se debilitó”.
En el sur, añade, “si uno mira La Araucanía, es exactamente el mismo formato. Entonces, yo creo que si uno aventurase cuál es la respuesta, primero, yo creo que es un ‘no’ rotundo a la institucionalidad, y es porque la institucionalidad no ha solucionado los problemas prioritarios de la ciudadanía”.
En el mismo sentido, afirma que es “un voto de castigo” que no puede limitarse al análisis de lo ocurrido en el plebiscito sino que “es un ciclo de impugnación que se abrió en Chile y que no ha podido cerrar”. En tal sentido, agrega que en el norte y el sur ganó “la rabia” frente a un desempeño gubernamental deficiente, en materias muy sensibles. “Yo siempre lo he dicho: hasta el arribo de la ministra Tohá, el tema de migraciones no era un tema para este Gobierno” y que, hasta antes de que ella llegara –dice–, “para este Gobierno migrar era un derecho y ese era un dogma de fe”.
Pese a lo anterior, asegura que “si uno mira lo que hemos hecho durante por lo menos este año en materia de seguridad, es innegable que este Gobierno ha hecho más por la seguridad de manera institucional que todos los gobiernos anteriores. Por eso es un dato objetivo. Pero eso no se traduce en un cambio del día a día, porque las medidas legislativas apuntan a resolver problemas estructurales que son de mediano o largo plazo, pero la angustia es hoy día”.
En dicho contexto, sostiene que “cuando esto partió, en el año 2019, 2020, no hubo reacción”, recordando que durante el Gobierno de Sebastián Piñera “se hizo una modificación que eliminó el ingreso regular como delito”, junto con agregar que hoy se ha perdido la capacidad de asombro frente a “ejecuciones de parte de sicarios, ajustes de cuentas, secuestros extorsivos, muertos por secuestros extorsivos… son un montón de situaciones que no existían”, las cuales –concluye– tienen un correlato en la política, por medio del castigo en las urnas.
El presidente de Amarillos, el también diputado Andrés Jouannet, señala que en el caso de la Región de La Araucanía (es representante del distrito 23, correspondiente a la Provincia de Cautín) “se vive el terrorismo, y el terrorismo se vive en la ruralidad. Y ahí se ha visto la violencia. Y yo creo que la gente en La Araucanía lleva tantos años, tantos años bajo este yugo del terrorismo, que la verdad es que esta Constitución por primera vez, este proyecto constitucional, le ofrecía una esperanza, porque por primera vez se trataba el terrorismo de manera constitucional”.
En el mismo orden de ideas, asegura que la mayoría de los votantes rurales son gente que ya ”se ha forjado en el dolor. Y en ese mismo contexto, esta Constitución nueva le da una esperanza. Pero también ganó en Temuco el ‘A favor’, no olvidemos, y ganó en ciudades como Padre Las Casas, en fin, pero el ‘A favor’ ganó en el mundo mapuche, en las comunas mapuche”, insistiendo en que “yo encuentro que no tiene nada más que ver con que la gente vio en esta Constitución una esperanza para derrotar el terrorismo”.
Con él coincide el gobernador regional de Biobío, Rodrigo Díaz (ex-DC), quien indica que –a su juicio– el motivo por el cual el “A favor” ganó en varias comunas, especialmente en la provincia de Arauco, fue por “el clamor por seguridad y el abandono que muchos han sentido”. Al respecto, subraya que “es alarmante ver cómo la inseguridad ha obligado a algunos a tomar medidas drásticas, como el traslado forzoso interno, abandonando sus hogares por miedo”. Por esto, señala que “es hora de que el Gobierno Central nos escuche”, junto con enfatizar que “necesitamos urgentemente restablecer el Estado de Derecho en nuestra zona. Los habitantes de Arauco merecen vivir en paz y seguridad, sin tener que enfrentarse al constante peligro y la incertidumbre”.
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