Reducir la desigualdad y cambios a la PGU: FMI recomienda reformas estructurales a Chile

El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó la proyección de crecimiento para Chile de un 2,5 a un 2,3 por ciento para este año, mientras que estimó la inflación se mantendrá por sobre el 3 por ciento hasta el 2026.

En su «Declaración final del personal técnico sobre la misión de consulta del Artículo IV a Chile», el organismo destacó que «los desequilibrios de la economía se han resuelto en gran medida. La actividad económica está creciendo en torno a su potencial y el balance de cuenta corriente ha seguido fortaleciéndose. Sin embargo, la recuperación ha sido desigual entre las industrias, el mercado laboral está rezagado y la presión inflacionaria aún no ha disminuido por completo».

«Las necesidades de políticas actuales son principalmente de naturaleza estructural», cuya prioridad, añade, son «impulsar el crecimiento y el empleo a mediano plazo, fortalecer la posición fiscal, los colchones del sector financiero y las reservas internacionales, particularmente en un contexto global desafiante, y reducir aún más la desigualdad».

En cuanto a cifras, el FMI estimó que «para 2024 se espera que el PIB real se expanda un 2,3 por ciento, impulsado por exportaciones mineras y de servicios robustas, y entre un 2 y un 2,5 por ciento en 2025, dada la esperada recuperación de la demanda interna».

En tanto, añadió, «se espera que la inflación se mantenga por encima del objetivo del 3 por ciento hasta principios de 2026, principalmente debido al aumento acumulado del 60 por ciento en las tarifas eléctricas entre junio de 2024 y febrero de 2025″.

En cuanto a la política monetaria, destacó que la meta de inflación del 3% «está al alcance» y que «una estrategia cautelosa y dependiente de los datos es necesaria para determinar el ritmo de futuros recortes de la tasa de política monetaria».

El FMI además planteó que «la tasa de desempleo se mantiene elevada, en parte debido a la debilidad cíclica en sectores intensivos en mano de obra como la construcción. Al mismo tiempo, pueden haber influido una combinación de otros factores, como el notable aumento de los salarios mínimos reales, perspectivas empresariales inciertas y nuevas regulaciones en el mercado laboral».

Asimismo advirtrió que «el entorno externo es más inestable e incierto. La volatilidad de los precios de las materias primas vinculada a las perspectivas económicas de los principales socios comerciales de Chile y el ritmo de la transición verde global es un riesgo externo importante».

«En el frente interno, persisten las preocupaciones sobre la delincuencia, la migración y la desigualdad, mientras que la polarización política está obstaculizando el progreso de las reformas«, remarcó.

Para ello, insistió el FMI, «se necesita urgentemente un impulso al crecimiento potencial de Chile».

Reformas necesarias

En el informe, el FMI sostiene que «la reforma de las pensiones sigue siendo fundamental para garantizar pensiones adecuadas y abordar los costos fiscales del envejecimiento poblacional».

El organismo remarcó que «aumentar las tasas de contribución a las pensiones y la cantidad de períodos en que las personas contribuyen a las pensiones es fundamental para garantizar pensiones para la vejez adecuadas y cuyo financiamiento sea sostenible».

«La Pensión Garantizada Universal (PGU) ha fortalecido significativamente el pilar solidario del sistema, ha elevado las tasas de reemplazo para muchos pensionados y ha reducido la pobreza en la vejez. Sin embargo, esto ha tenido un alto costo fiscal», sostiene el informe.

A su juicio, «se debe considerar la posibilidad de hacer que la PGU esté focalizada en las personas mayores más vulnerables, y que sus aumentos estén limitados a la inflación».

«El plan de ahorro para pensiones individuales podría fortalecerse aún más alineando gradualmente la edad de jubilación de las mujeres con la de los hombres, vinculando la edad de jubilación a la esperanza de vida, adoptando el seguro de lagunas, e incentivando aún más la formalización del mercado laboral», remató.

El registro fue abordado por el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Santo Tomás (FEN UST), Enrique Paris Horvitz, quien advirtió que «las nuevas proyecciones del FMI sobre actividad económica e inflación, tienden a converger con los ajustes a las proyecciones de crecimiento tanto de 2024 como de 2025«.

«Nos alejamos de un crecimiento de un 2,5 o 2,6% para una expansión de la economía que debiera estar del orden del 2,2 o 2,3%«, adelantó el experto, profundizando que «las proyecciones para el 2025 y el 2026 se ajustaron, y estas también coinciden con las nuevas proyecciones que se están haciendo en el Banco Central y que están haciendo los distintos agentes económicos».

Asimismo, «en materia de inflación, el FMI estima que el objetivo del 3% anual se alcanzaría en los primeros meses del 2026. Sin embargo, a nivel nacional, los expertos coinciden hasta ahora en que en el último trimestre del 2025 debiéramos situarnos en el objetivo de ese 3%, para lograr una inflación mediana -es decir, de todo ese año- en torno al 3,5%».

En cuanto al empleo, «el análisis que hace el FMI es coincidente con el que se hace a nivel nacional, en el sentido de que el mercado laboral muestra debilidades, con una tasa de desempleo moderadamente elevada, y esto se explica principalmente por la debilidad de sectores intensivos en mano de obra, como la construcción», cerró el académico

Víctor Martínez, director ejecutivo del Centro de Investigación Empresa y Sociedad de la Universidad del Desarrollo, recordó que «se pensó, producto de un impulso de la minería y especialmente por las mejores condiciones del precio del cobre, que este año se podría llegar a crecer a un 3%, esto gatillado por un primer semestre que tuvo unos resultados económicos bastante buenos y que se pensaba que, junto con la recuperación natural de la economía, iban a hacer finalmente se terminara creciendo cerca de un 3 por ciento».

«Sin embargo, las condiciones de un mercado laboral estancado, una inflación persistente, mucho más de lo que se pensaba al comienzo, que han evitado que el Banco Central sea más agresivo de lo que pudiera haber sido, bajando las tasas y con eso aumentando el acceso al crédito», precisó.

El investigador resumió que «los organismos internacionales no hacen estos ajustes tan rápido, sino que con distancia de algunos meses -incluso semestrales-, y por eso es que el FMI hace un ajuste desde octubre a ahora, respondiendo básicamente a que este impulso que tuvimos en el primer trimestre no se transformó en un mayor crecimiento para el año, sino que nos quedamos más cerca de nuestra capacidad para crecer. Por eso las discusiones relevantes en torno a cómo retomamos nuestra capacidad de crecimiento, más que si efectivamente crecimos 2,5% o 2,3% este año».

Fuente: Cooperativa