Preguntar por Mario Figueroa en el centro comercial de Calle Bandera con Catedral genera confusión. Algunos locatarios dicen que hace tiempo que no viene al local 62, donde “vende libros y artículos de oficina”, mientras otros señalan que hace un par de horas estuvo caminando por los pasillos circulares. El local tiene una puerta café con un candado grande. Cortinas blancas con diseño y da la impresión de que no hay movimiento. No como en “Sr. de los Milagros” y “Giros de Dinero”, los negocios que se ubican a cada lado. Algunas personas que lo conocen afirman que está pronto a poner en arriendo uno de varios locales que posee allí.
Mario Fernando Figueroa Ramos es chileno. Está casado. Tiene 69 años y una hoja de vida judicial intachable. No tiene antecedentes penales ni civiles. No cuenta con participación en sociedades, no figura como proveedor del Estado y no posee registros patrimoniales ni bienes raíces. Tampoco tiene inicio de actividades en el Servicio de Impuestos Internos (SII) y solo mantiene, según algunos registros a los que tuvo acceso El Mostrador, ingresos que alcanzan casi a los 550 mil pesos, que corresponden a trabajo dependiente de María Virginia Rojas Torres.
Pese a esta realidad tan similiar a la de miles de chilenos, la cuenta corriente del Banco Falabella comenzó a registrar, durante el último año, un sinnúmero de movimientos bancarios, todos millonarios.
Desde abril del año pasado y hasta marzo de 2017, Figueroa Ramos registra abonos a su cuenta corriente por un total de $804.951.353. De este monto, $774.946.438 son depósitos de documentos bancarios girados desde cuentas de Carabineros, sin existir antecedente alguno que acredite alguna vinculación con la institución que hoy dirige el general Bruno Villalobos.
La Fiscalía aún no formaliza a este individuo, quien aparece como seguidor del Movimiento Pinochet Siempre Eterno, pero –según fuentes que conocen la indagatoria– los persecutores ya le habrían preguntado por él a un imputado. Consultados por estos antecedentes, en el Ministerio Público no quisieron referirse a este escenario y aseguran que los detalles son parte del secreto de la investigación que lidera el fiscal Eugenio Campos.
Los cheques y depósitosTanto en el edificio de Banderas como en el sector del Persa Biobío, el nombre de Figueroa genera inquietud, tal como la expresada por María Virginia Rojas, quien aparece depositándole dineros también en su cuenta corriente y que, por teléfono, aseveró al principio a El Mostrador no conocerlo, pero al correr de los minutos admitió saber perfectamente de quién se trataba, aunque se negó a entregar antecedentes de él.
Los retiros de dinero corresponden a giros y cheques cobrados por caja, efectuados por el propio Figueroa, dificultando así conocer el destino posterior de esos millones de pesos.
El 18 de noviembre del 2016, por ejemplo, de acuerdo a documentación a la que tuvo acceso este medio, se emitió un cheque a pagar a Mario Figueroa por parte de “Carabineros de Chile Seguridad Privada”, por un total de 19 millones de pesos.
Cuatro días más tarde, con cheque en mano, Figueroa Ramos depositó ese monto en su cuenta del Banco Falabella. Pero no fue el único recibido en dicho mes por parte de la institución uniformada.
El 4 de noviembre del año pasado, recibió un cheque de Carabineros de Chile Seguridad Privada por $29.414.095, los que depositó en su cuenta el 8 de ese mes a las 13.50 horas.
Estos cheques, que suman en total $89.386.430, según fuentes informadas, solo constituyen una parte de los dineros que recibió el palo blanco de parte de la Dirección de Seguridad Privada de Carabineros, departamento encargado, entre otros aspectos, del control de armas y explosivos.
Con este procedimiento se concretan más pagos de este tipo durante 2016 y 2017. Más de 98 millones en septiembre, casi igual cifra en junio, 140 millones en julio y similares números en mayo y abril.
Si bien la instrucción de girar estos dineros a un civil con ninguna relación formal con Carabineros provenía de Intendencia, lo cierto es que aquí aparacen dos nuevos uniformados aún no formalizados, que la institución ya los había pasado a retiro. Se trata del teniente coronel Javier González Brito y del capitán Sergio Bracamonte Villalobo.
Respecto a los cheques de “Carabineros de Chile Dirección de Intendencia”, Figueroa recibió seis documentos por un total de $586.810.000. En la dirección de Intendencia de la institución ya ha habido determinaciones con algunos funcionarios. Los mayores Diego Valdés y Randy Maldonado pasaron a retiro.
Algunos que conocen la investigación califican a Mario Figueroa Ramos como un “palo blanco perfecto”. Este se halla en la mira de la Fiscalía, sobre todo por la cantidad de millones que recibió como civil en menos de 12 meses y en cuyo marco surge la inmediata duda acerca del destino final de dichos montos, lo que forma parte de la investigación del fraude en Carabineros que –según el Ministerio Público– supera los más de 16 mil millones de pesos y donde se ha formalizado a civiles y también uniformados.
Figueroa tiene otros traspasos de dinero. En 2011 realizó transferencia desde su cuenta corriente a la cuenta vista por cantidades superiores a los 10 millones de pesos. En 2013, concretó retiros desde la cuenta vista por 44 millones y, en 2014, sacó de la misma cuenta vista 288 millones. En el mismo año, toma un depósito a plazo en el Banco Falabella por 20 millones. En 2016, finalmente saca de su cuenta vista 337 millones de pesos.
Movimientos y cheques de Carabineros depositados en su cuenta personal, que mantienen alertas a los fiscales y a la Unidad de Análisis Financiero, donde hace dos semanas habrían recibido un reporte de operación sospechosa de este vendedor de insumos para oficinas.
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