El pasado viernes alrededor de 270 funcionarios de LATAM Chile, del Sinlatam, iniciaron un paro indefinido. Además de las reivindicaciones económicas alegan, prácticas antisindicales, deterioro de su salud y abuso laboral con mujeres embarazadas o en plena maternidad.
Las y los funcionarios que se desempeñan en las áreas de check-in, personal de atención preferente, de salón VIP, de las oficinas de ventas y de embarque. Son al rededor de 270 trabajadores agrupados en el Sindicato Interempresa Nacional de Trabajadores de Latam Airlines (Sinlatam) y que abarcan casi la mitad de quienes cubren dichas áreas.
Sus reivindicaciones son tanto en el ámbito salarial como en el de las condiciones laborales, puesto que es recurrente pernoctar en los asientos del aeropuerto al salir de un turno de noche, porque no tienen transporte en el siguiente turno de madrugada y tampoco se les proporcionan los medios para esto.
Otras condiciones indignas, en comparación a ejecutivos de la empresa, es no contar con baños para el personal y mientras los «de oficina» cubren sus necsidades en sus baños exclusivos; y las y los trabajadores, en los baños públicos.
La salud de las mujeres también se ha visto pisoteada por las gerencias y dueños de la aerolínea, puesto que a las trabajadoras con hijos se les exige hacer turnos sin distinción y durante las noches, afectando la relación de maternidad con sus menores. Además, estando embarazadas no se les respeta la ley de trabajo pesado y es frecuente que hagan esfuerzos con peso que excede lo establecido en la Ley.
En el ámbito sindical, exigen igualar salarios al de otros sindicatos más favorecidos, un bono de negociación y terminar con las prácticas antisindicales: ¡en dos oportunidades le han abierto el casillero al presidente del sindicato! Cuestiones que LATAM Chile no reconoce y que los podría llevar a tribunales.
Junto con esto, la empresa ha aceptado la mediación de la Dirección del Trabajo, pero sin intención de ceder y sólo ganó tiempo (en palabras de su dirigente para CNN), contratando al rededor de 100 funcionarios para «romper la huelga», más prácticas antisindicales.
«No mas ansiolíticos, sí mas horas de sueño»
Esta consigna refleja que el agobio y el maltrato de la salud de las trabajadoras y trabajadores de LATAM es un hecho que consume la vida de estos al no tener opción de una regularidad en sus ciclos de sueño y requieren de medidas farmacológicas para sopesar el estrés y la ansiedad que esta dinámica ha provocados en ellos.
Ante estas ofensivas del empresariado, la unidad de las luchas es de primer orden para conquistar las demandas económicas y de salud que se ponen sobre la mesa. Así como el apoyo de los correanos a las educadoras de Integra en el contexto del paro nacional o de portuarios con las mismas en Valparaíso, un frente de acción común podría amplificar y organizar para dar golpes efectivos a la derecha y el empresariado, dupla siempre cómplice.
Porque la salud debe dejar de ser un «bien negociable» – ya que hablamos de nuestra vida en última instancia- las y los trabajadores junto a los trabajadores de la salud, debemos avanzar en la tarea de conformar Comisiones de Higiene y Seguridad independientes de las mutuales, comités paritarios y alejados de aquellas dirigencias sindicales que sólo sirven de guardianes de los intereses de los dueños del capital antes que velar por la vida de los y las trabajadoras.
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