Corría agosto de 2013, pleno periodo de negociaciones entre los partidos por las elecciones parlamentarias de noviembre, y Giorgio Jackson, un por entonces conocido ex dirigente estudiantil y líder de Revolución Democrática (RD), llegaba hasta el bar The Clinic en Santiago para recibir el apoyo de tres personeros de la ex Nueva Mayoría a su candidatura de diputado por el ex distrito 22.
Marcelo Díaz, que era carta del PS para las parlamentarias de ese año, y Eugenio Ravinet, la opción de la DC, decidieron no presentarse, dándole vía libre a Jackson para su postulación. A ellos se sumó el respaldo de la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá (PPD), quien según se dijo, ofició como intermediaria para la omisión de la Nueva Mayoría en ese distrito.
Ese día fue la primera vez que RD pactó con fuerzas de la centroizquierda para llegar a un acuerdo electoral. Cinco años después de ese hecho, el mismo tema, ya establecido como el eterno debate de RD, se vuelve instalar en la elección sobre la presidencia del partido que ya tiene a dos candidatas: la ex agregada cultural en el gobierno de Michelle Bachelet, Javiera Parada, y la diputada por Antofagasta, Catalina Pérez.
En RD existen lotes con sus respectivos nombres: Parada pertenece al de los “Pantalones Largos”, del cual es parte el diputado Miguel Crispi. Ese grupo promueve la idea de que el partido no puede cerrarse a la idea de llegar a acuerdos electorales con partidos que no sean parte del Frente Amplio tomando en cuenta que será la nueva directiva quienes tendrán que definir las listas y las negociaciones de cara a las municipales de 2020.
El miércoles 19, Parada lanzó su candidatura y, según consignó El Mercurio, dijo que “creía” en el Frente Amplio pero que RD debe ser parte de una izquierda que abandone la “fragmentación”. De hecho, en una columna publicada en The Clinic, Tomás Vodanovic, candidato a secretario general en la lista de la ex agregada cultural, señaló: “La coordinación racional con la ex Nueva Mayoría admite excepciones y evaluaciones casuísticas, y no constituye un cheque en blanco ni una repartija de comunas”.
Pérez, en tanto, no pertenece a ningún lote. Sin embargo, es cercana al “Tercerismo” -que lidera hoy el partido- y también al único senador de RD, Juan Ignacio Latorre. La parlamentaria, que alguna vez fue militante de las Juventudes Comunistas, busca “descentralizar” al partido. De hecho, anunció su candidatura en El Mercurio de Valparaíso, ahí explicó sus diferencias con la lista de Parada: “Tenemos una mirada distinta de cómo lograr fortalecer el FA y cómo logramos dialogar con otras fuerzas. Nosotros no vamos a dejar de dialogar nunca, pero nuestro foco principal es el fortalecimiento del FA como alternativa de cambio”, comentó.
En definitiva, la lista de Parada estaría por abrirse a pactar en las municipales con fuerzas de la oposición más allá del Frente Amplio, mientras que Pérez está dispuesta al diálogo con otros partidos pero priorizando a los del interior del conglomerado. Esta última idea, es una postura parecida a la que ha tenido la directiva actual, liderada por Rodrigo Echecopar, que se ha reunido con la DC, el PS, el PC y el PPD pero para definir estrategias políticas como oposición al gobierno pero sin tocar temas electorales.
Elite y primer round
Pero no solo sobre pactos electorales se ha hablado en los días posteriores al lanzamiento de las candidaturas sino que también de la “elite” de RD. Ayer, en la entrevista con El Mercurio de Valparaíso, Pérez dijo que “hace mucho tiempo que RD es mucho más que esta lógica de lotes y de un puñado de liderazgos de Providencia”. Las palabras de la diputada fueron interpretadas como sendas críticas a Parada y al sector que la apoya. De hecho, algunos miembros del partido definen la elección interna como una pugna entre “príncipes” y “regionalistas”.
La primera medición de fuerzas de Parada y Pérez, antes de la elección el 26 de enero, serán las conclusiones del Consejo Estratégico del partido y que define la “hoja de ruta política” de la tienda frente a las próximas elecciones. El proceso se encuentra en la votación de qué mociones integrarán el referéndum universal, instancia final donde participarán todos los militantes. Sin embargo, hay una moción que- al momento de ser planteada- generó diversas críticas: la que pide “aspirar a la convergencia política de todos los sectores de la oposición”.
El lote de “Pantalones Largos” apoya esta moción para que pueda ser votada mientras que para algunos es denominada como “polémica” y con un “lenguaje nunca antes visto en el partido”. Esto porque se habla de una “convergencia” y eso podría abrir la puerta a formar coalición con partidos que no están en el Frente Amplio. El 4 y 5 de enero se sabrá si la moción llega a la votación final y se convertirá en el primer round de las aspirantes.
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