2018 y 2019

Por Directorio Confederación Coordinadora de Sindicatos del Comercio 

Termina 2018 y se abre el nuevo año y con esto continúa un ciclo económico y político que no es favorable para las clases populares. No obstante ello, en el caso de la Confederación Coordinadora de Sindicatos del Comercio el saldo es positivo; negociaron exitosamente cerca de 20.000 afiliados y crecimos hacia nuevas marcas como Ok Market, Jumbo, Tottus, Tarjetas Presto y Cencosud que se suman a nuestras Federaciones y Sindicatos originales como Walmart, Ripley, Paris, Falabella, Sodimac, Alvex y Montserrat. Continuamos instalados en el Retail con sus grandes superficies y las mayores empresas de ventas al detalle. En el próximo trimestre la Reforma de Estatutos ampliará nuestra intervención en todos los ámbitos de la Distribución y los Servicios, esto es la Banca, Salud, Previsión, Seguros y demás áreas nuevas como el trabajo vinculado a la Inteligencia Artificial y sus aplicaciones.

Durante los años 2017 y 2018 hemos usado a plenitud la Reforma Laboral, a pesar de sus límites y deficiencias y el franco aumento de la asimetría de poder a favor de los patrones. Aún con estas circunstancias, históricamente nos adaptamos a todos los escenarios y así pudimos agregar una negociación colectiva adicional en Walmart, con 2.000 socias y socios sin instrumentos vigentes. En esa Federación contamos con más de un centenar de Sindicatos que pueden alternarse cada año, en la presentación de Proyectos de Contratos Colectivos. Esperamos concretar esta operación durante 2019 en las demás marcas y así superar de manera permanente lo que es la Extensión de Beneficios. Estas estrategias y maniobras son respuestas a una mala legislación laboral, a la precariedad y alta rotación que viven las trabajadoras y trabajadores en el Comercio y a los profundos cambios que se viven en el sector.

En el país las cosas no han estado bien. Asumió el nuevo gobierno y la economía no se recuperó, con promesas electorales incumplidas. Lo cierto es que la base comparativa del crecimiento e inversiones con el gobierno previo (atacado con todos los medios desde el primer día) pudo dar esperanzas, pero estas se han truncado con rapidez. La situación internacional y la transición que vivimos con la acelerada aplicación de la Inteligencia Artificial, disminuyen estructuralmente el empleo y aumenta el trabajo precario y el subempleo, disfrazado de Trabajo por Cuenta Propia. El quiebre de empresas emblemáticas y los despidos masivos están a la orden del día. No han llegado ni vienen “tiempos mejores” y el conjunto de proyectos de ley anunciados parecen buscar optimizar las condiciones para que la riqueza siga el proceso de acumulación en marcha. No tienen otro sentido la reforma tributaria o la reforma laboral. En el terreno valórico se está coartando la libertad de las Mujeres, a pesar del año de levantamiento feminista, al dificultar la aplicación de la ley de aborto bajo tres causales.

En el parlamento vemos un equilibrio precario. Es fácil para el Ejecutivo obtener votos para los proyectos que presenta con escasas concesiones (Aula Segura, Contrato para Estudiantes Trabajadores, entre otros terminados o en proceso). Las oposiciones desunidas no han ordenado sus votos y adicionalmente las conductas permanentes de la DC y el PR más otros parlamentarios aislados, crean un cuadro en que Chile Vamos puede ordenar la agenda legislativa, incluso según sus tendencias interiores más extremas. Se habla de un cierto “acuerdo social” de fuerzas opositoras con las de gobierno que permitirían un entendimiento legislativo más durable, en que la acción de las fuerzas progresistas en el parlamento se volvería testimonial.

En este contexto las organizaciones sindicales superiores no dan la talla. Tres de ellas, la CTCH, UNT y CAT se han integrado a diálogos con empresarios y gobierno, que no tienen destino alguno por la escasa o prácticamente nula representación que poseen. En el caso de la CUT, ha mantenido su comportamiento en acuerdo con las fuerzas políticas más progresistas de la ex Nueva Mayoría, pero ahora en la oposición. Esto se traduce en un discurso más comprometido con los intereses populares pero sin autocrítica alguna por el respaldo otorgado a la pésima Reforma Laboral y otras medidas del gobierno anterior, que enfrentamos en su oportunidad. Las recientes elecciones de la ANEF pueden ser el inicio de cambios en la conducción de la CUT. Esta Central debe abrir ampliamente su próximo Congreso con el fin de preparar la reconstrucción de la Central Única de Trabajadores. Esta Confederación está disponible para ese esfuerzo imprescindible para el movimiento sindical chileno. Lo dijimos el 30 de Abril de 2017, en el gran acto que organizamos en el salón principal del Congreso en Santiago, durante nuestro corto paso por la UNT. El presidente xde esta Confederación indicó ante los presidentes de las centrales invitadas que veíamos la pertenencia a cualquiera de esas organizaciones como una etapa transitoria antes de converger en un poderoso acuerdo de unidad sindical, con base en una CUT renovada.

En 2019 mantendremos el camino de fortalecimiento de fuerzas propias en los sectores económicos definidos, nuestro compromiso en la Coordinadora de Trabajadores No+AFP por pensiones justas y continuaremos actuando antes los poderes Ejecutivo y Legislativo para contener perjuicios mayores en la futura legislación laboral. Lo último significa que no somos partidarios de conductas del “todo o nada” en las leyes. Significa que siempre estaremos disponibles para negociar mejoras en las normas legales que disminuyan o controlen los daños a los trabajadores. Nuestro comportamiento permanente está gobernado por valores y lógicas estratégicas y nunca por ideologías atemporales. Tampoco por oportunismos de corto plazo.

Invitamos fraternalmente a desarrollar amplias organizaciones sindicales sectoriales y a unir esas luchas con las demás acciones que desarrollan otros sectores populares. La coordinación y la coincidencia en el tiempo requieren acuerdos. No se trata de solidaridad ciega a cualquier conducción sino de la obligación de aplicar inteligencia estratégica. Así concentramos y hacemos más eficientes los recursos que son escasos.

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