El economista y consultor agrega que “no es mi medida preferida, pero en ausencia de políticas de apoyo a las familias de parte del gobierno, no están dejando opción”. ”El gobierno tiene que escoger: o se gasta la plata ahora cuando las tasas de interés son 0%, o se la gasta en el futuro. Es ahora cuando se necesita”.
Contrario a lo que opinan varios de sus pares, Luis Eduardo Escobar apoya el segundo retiro del 10% y cree que Chile puede endeudarse más para apoyar con más transferencias a las familias chilenas.
Asegura que el problema del país no es de demanda, y para ello el Estado debe jugar un rol más gravitante.
¿Se decepcionó con el -1,2% de Imacec de octubre?
-Efectivamente. Todos teníamos la esperanza de que la economía se empezara a recuperar, aunque fuera lentamente. Pecamos de sobreoptimismo porque la realidad resultó ser más dura.
¿Ese resultado cambia su proyección de crecimiento anual?
– Las proyecciones son bastante inciertas. El consenso se ubica entre -5 y -6, y la cifra de Imacec lo empuja más al -6% este año. Y el crecimiento del próximo año dependerá de la vacuna. Sin vacuna no hay solución.
¿Cree que el segundo retiro del 10% también reactivará el consumo?
-Sin duda. La gente tendrá plata para gastar porque la mayor parte ya se gastó el primero retiro, y eso genera toda una cadena de consumo tal como fue el impacto de la primera vez. Va a dinamizar y por eso algunos economistas hemos insistido en la importancia de que el gobierno aumente el gasto fiscal, si lo dijo hasta la economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath.
¿Puede llevar a un alza de la inflación como vimos en agosto y septiembre?
-La asociación entre ambas variables no es tan sencilla, más bien es bastante débil. Chile traía un efecto cambiario bien importante cuyo traspaso se retrasó porque no había ventas. No creo que sea un efecto permanente.
¿Está de acuerdo con este segundo retiro del 10%?
-Estaba de acuerdo con el primero y ahora con el segundo. Pero no porque sea la mejor política, no me gusta, no es mi medida preferida, pero en ausencia de políticas sistemáticas de apoyo a las familias de parte del gobierno, no están dejando opción y debemos acudir a los mecanismos disponibles para evitar que esas familias tengan cicatrices financieras por los próximos años, como dicen los organismos internacionales.
¿Es decir que si la situación empeora debería venir un tercer retiro?
-Habrá que verlo en su oportunidad. Para mí lo más importante es evitar que las familias caigan en la pobreza, y si eso significa un nuevo retiro del 10% de las AFP porque el gobierno no hace su tarea, tendrá que ser, no hay otra alternativa, ¿o pretenden que tengamos ollas comunes en la Alameda?
Su mirada es muy distinta de otros técnicos que rechazan el retiro por la mochila futura.
-Estoy de acuerdo que el retiro será más gasto fiscal en el futuro porque el Estado tendrá que subsidiar a más pensionados, y por eso el gobierno tiene que escoger: o se gasta la plata ahora cuando las tasas de interés son 0%, o se la gasta en el futuro cuando no sabemos cuánto será el interés. Es ahora cuando se necesita mayor gasto.
Los organismos internacionales han señalado que el paquete fiscal chileno frente a la pandemia ha sido uno de los más altos, ¿por qué no es suficiente?
-El gobierno llegó tarde, dio poco y focalizó demasiado; mucho está bajo la línea como las garantías o eventuales apoyos, pero no se ha gastado un peso. Lamentablemente el ministerio de Hacienda no ha sido transparente respecto de cómo y dónde se han gastado la plata, este paquete es pura espuma.
Ahora están los subsidios a la contratación, ¿está de acuerdo?
– Están equivocados porque suponen que los empleadores están renuentes a contratar, pero no es así, el problema es que no contratan porque no venden más. Lo que se necesita es apoyar la demanda y los economistas alrededor del mundo están de acuerdo, como la nueva secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen.
El ministro de Hacienda afirma que el Estado no tiene más recursos, y no puede endeudar más al país, ¿no es razonable?
-Chile tiene niveles de deuda más bajos que América Latina y del mundo, incluso si llegara a 40% estaría entre los países con menor deuda. Hoy nos podríamos endeudar a tasas relativamente bajas y que van a quedar fijas por muchos años. Perú acaba de colocar un bono a 100 años. Uno dice: “señor ministro, de acuerdo en abstracto hay que preocuparse de la deuda pública, pero ¡por favor! con los niveles que tenemos ¿vamos a dejarnos que avance la desnutrición infantil, que haya más pobreza, más campamentos?”. De eso estamos hablando, frente a una entelequia abstracta de mantener una deuda pública que no tiene ninguna justificación limitar. Si fuéramos Argentina y Ecuador lo entendería…
Pero también han alertado las clasificadoras de riesgo.
-¿Alguien en el mundo puede pensar que Chile dejará de pagar su deuda cuando la pagó en peores condiciones en la década del 80? Que las agencias nos bajen un escalón, la verdad no tiene ningún efecto práctico, porque el mercado, aquellos que invierten, que se juegan la plata están dispuestos a prestarle a Perú y a nosotros porque hay mucha liquidez, hay grandes cantidades de dinero que andan buscando inversión.
¿Cuánto cree que sería sostenible la deuda del país a largo plazo?
-60% es un nivel perfectamente bien. Pero no estoy proponiendo que nos vayamos de farra como en los ’80, sino que digo que tenemos el espacio, organicémonos bien para proteger a las familias y salir de esto de manera ordenada.