La reforma laboral, que lleva poco más de un mes discutiéndose a puertas cerradas entre el Ministerio del Trabajo y la CUT, tiene preocupados a los empresarios, quienes miran con cautela los nueve puntos anunciados en el programa de la Presidenta Michelle Bachelet.
Entre otros puntos, el proyecto impulsa una agilización de la negociación colectiva con titularidad sindical -es decir, que el sindicato negocia por todos los trabajadores y no hay negociaciones individuales-, la extensión de beneficios automáticos para quienes se afilien a los sindicatos, un piso que comience con lo obtenido en la última negociación y la prohibición de reemplazar a trabajadores en huelga.
Algunos empresarios vaticinan que les pegará más fuerte que la tributaria y aseguran que la «letra grande trae problemas grandes». Saben que el proceso aún está abierto, que la ley no está redactada y que también la letra chica puede cambiar y jugarles en contra.
Admiten que estos anuncios complicarán a sus sectores, pero con distintos énfasis. La principal preocupación para los agricultores está en la flexibilización del horario, mientras que a los industriales les quita el sueño los «superpoderes» de la titularidad sindical. El quebradero de cabeza para los bancarios está en cómo negociar desde un piso establecido por la última negociación colectiva y en la minería ya están tirando líneas de cómo se mantendrán operativos las 24 horas si no pueden reemplazar a los trabajadores paralizados.
Bancos: celeridad en negociación colectiva
Desde el sector bancario aseguran que seis de los nueve temas contemplados en el programa de gobierno para la reforma significarán más de un mal rato para los dueños de las instituciones financieras. Desde julio, ya han enfrentado tres huelgas.
En ese marco, la iniciativa del Gobierno respecto a «modificar el Código del Trabajo para agilizar el proceso de negociación colectiva» obligará a los banqueros a negociar con mayor celeridad con los trabajadores para evitar que paralicen sus funciones. El secretario general de la Confederación de Trabajadores Bancarios, Luis Mesina, indica que con esta reforma se le dará al trabajador más libertad para negociar y obtener mayores beneficios sin renunciar previamente a otros. Y añade que uno de los puntos de la reforma que seguramente incomodará a las empresas, será el que se negocie a partir de un piso que contemple los beneficios obtenidos en negociaciones pasadas. Mesina señala que en los últimos procesos no se han considerado beneficios anteriores, y que de aprobarse la nueva ley, los dueños de los bancos tendrán que desembolsar más recursos para los trabajadores.
Industria: «Anulan grupos negociadores»
Uno de los peores diagnósticos sobre los efectos que tendrá la reforma laboral proviene del sector industrial. Dicen que están en desacuerdo con «8 y medio» de los 9 puntos de la reforma laboral. Explican que la titularidad sindical es un punto que traerá graves problemas, ya que «entrega poderes excesivos a los sindicatos. Se descansa en el control y en coartar la libertad de gestión de las empresas».
Además, indican que con el fortalecimiento de los sindicatos se anula a los grupos negociadores y la capacidad del trabajador para negociar individualmente.
También les molesta la base para iniciar las negociaciones y que se prohíba extender los beneficios a los trabajadores que no están sindicalizados.
Minería: Sin reemplazo para un trabajo de 24 horas
Con precaución ha abordado la minería la agenda laboral. Es un tema de alta complejidad, ya que es la industria que tiene los mayores índices de sindicalización del país.
No están de acuerdo con la titularidad sindical, ya que «siempre son preferibles las libertades en todas las materias y que las personas puedan decidir con quién negociar», indica una alta fuente del sector.
Además, rechazan el fin al reemplazo en huelga, porque de aplicarse a la extracción minera -que trabaja las 24 horas por turnos especiales, en horarios diferidos-, quedaría desprotegida la actividad. En ese marco, advierten que hay que ser cautos: «Los titulares dicen una cosa, y cuando vemos la realidad, es otra… Hay experiencia en ese sentido», destacan.
Agricultores: «No toma en cuenta la realidad»
El rebrote de la violencia en el sur con nuevas ocupaciones en la zona del conflicto mapuche tiene tan preocupados a los agricultores como la reforma a las normas del trabajo.
Durante siete años, el sector agrícola se ha sentado con los sindicatos de trabajadores para conversar y acordar un proyecto en materia laboral, donde están esbozados los planteamientos básicos del sector.
Los agricultores están a favor de que existan modificaciones legales, pero no con rigidizar las normas y que no se contemplen las particularidades de cada actividad.
La gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Ema Budinich, sostiene que las normas del Código del Trabajo «están típicamente pensadas para una actividad productiva de ciudad o industrial. La agricultura no tiene nada que ver con eso», señala.
El ejemplo más claro se da con la ordeña de las vacas, explica, la cual tiene un horario laboral diferido -en la mañana y en la noche-. Por ello advierte de que no se puede aplicar a esta actividad un horario de ocho horas con límite en las horas extras.
Además, detalla que el proyecto promedia el sueldo anual o semestral de trabajadores por temporada.«Lo que no es la realidad de la actividad agrícola, que es estacional», precisa. En ese marco, considera a la reforma «nefasta para el sector».
¿La salida? La propuesta del sector consiste en establecer un sistema de acuerdos previos con los temporeros y que entre las partes se defina la extensión de la jornada, los períodos de trabajo y otras condiciones laborales, precisa Budinich.
Comerciantes: «Hay vicios de inconstitucionalidad».
Si bien en el comercio hay aún incertidumbre respecto de cómo se implementaría la reforma, hay aspectos clave que ve con preocupación.
Uno de ellos es el fin de reemplazo en la huelga, que afectaría la productividad de las empresas.
Desde el sector destacan que «toda actividad comercial responde a un encadenamiento productivo, y si se detiene en un eslabón, se afecta a toda la cadena».
La titularidad sindical es otro aspecto que les inquieta. No saben qué se entiende por titularidad sindical y advierten que en muchas empresas del sector coexisten varios sindicatos dentro de una misma empresa.
«La duda que hoy cabe es: ¿Con cuál se tendrá que negociar?, ¿cómo se definirá el nivel de representatividad de cada uno de los sindicatos?, ¿quién será el encargado de liderar la negociación?, ¿una persona no sindicalizada podrá negociar libremente las condiciones contractuales con su empleador?, ¿cómo se protegerán los derechos de los no sindicalizados?», desliza la gerente de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Bernardita Silva.
Y agrega que eso provoca «una enorme dificultad en materia de negociación colectiva y que hasta ahora no hay claridad».
Además, precisa que «el hecho de que se restrinja este ejercicio exclusivamente a los sindicatos presenta vicios de inconstitucionalidad, puesto que la negociación colectiva es un derecho de los trabajadores, no sólo de los sindicatos».
El foco de discusión para el comercio y el retail debiera estar a su juicio «en cómo somos capaces de construir relaciones laborales colaborativas y constructivas entre trabajadores y empleadores a través de acuerdos amplios y duraderos».
Asegura que en el contexto actual de desaceleración, «este no es el momento para implementar una agenda laboral centrada en los ejes planteados hoy, ya que afectarán el empleo y el crecimiento económico del país».
«Creemos que las prioridades en materia laboral debieran estar enfocadas en generar las condiciones para crear más empleo y reactivar la economía», puntualiza Silva.
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