El Banco Central (BC) publicó este miércoles el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre de 2023. Este documento entrega la visión del Consejo del Instituto Emisor respecto de los principales riesgos, vulnerabilidades y mitigadores para la estabilidad financiera en Chile.
El informe indica que las condiciones financieras se han deteriorado a nivel global, respecto del informe anterior, con un grado de incertidumbre sobre su evolución futura que es superior a lo habitual. Tras un largo periodo de bajas tasas y amplia liquidez, el ajuste monetario reveló vulnerabilidades en la banca de ciertas economías.
“Si bien la reacción de las autoridades ha contenido esos problemas, aún persisten dudas en el mercado respecto de la evolución del sistema financiero en las economías desarrolladas, lo que se refleja en una elevada volatilidad, condiciones crediticias más restrictivas y precios de activos que no han revertido del todo las caídas del inicio de estos episodios”, indicaron desde el BC. Esto se da mientras la Reserva Federal y el Banco Central Europeo han seguido con sus procesos de ajuste monetario.
El documento explica que diversos indicadores de profundidad del mercado de capitales local han disminuido en los últimos dos años, tanto los que miden liquidez como tamaño de mercado.
Los efectos de los retiros de la AFP
“El endeudamiento e impago bancario de las empresas se encuentra en niveles anteriores a la pandemia. Al cierre de 2022, el descalce cambiario en las grandes empresas seguía acotado, mientras su posición financiera en general se normalizaba hacia niveles de 2019. En los últimos meses, el crédito comercial ha seguido mostrando caídas en su variación anual, mientras el impago se ha mantenido en alza. El aumento de impago sigue centrado en los sectores comercio, construcción e inmobiliario; las empresas de menor tamaño y las que optaron por la reprogramación de deudas y/o créditos Fogape. Se destaca que continúa la debilidad del sector construcción e inmobiliario, que enfrenta un mercado menos dinámico y mayores restricciones de financiamiento, tanto a proyectos inmobiliarios como a créditos hipotecarios”, argumenta el análisis del Banco Central.
Las medidas de apoyo económico implementadas durante la pandemiageneraron un aumento de la liquidez en las personas que antes no se había visto en el país. Esta situación impulsó el consumo agregado y disminuyó temporalmente la deuda y el impago de las personas. Sin embargo, los desequilibrios generados por el aumento abrupto y duradero del consumo agregado han sido significativos.
“Uno de ellos ha sido la elevada y persistente inflación. También se redujo la riqueza financiera neta de los hogares hasta 120% del PIB, al cierre del 2022, llevándola a un nivel como el de una década atrás. Los retiros previsionales –que totalizaron 18% del PIB y representaron aproximadamente dos tercios del aumento de la liquidez– no sólo tuvieron un efecto adverso en los ahorros de los hogares, sino que además elevaron el costo de financiamiento de largo plazo y redujeron la capacidad del sistema financiero para amortiguar shocks“, explicaron desde el BC.
«La situación financiera de las personas de menores ingresos se ha vuelto más estrecha, con una mayor carga financiera, producto del mayor uso de líneas y tarjetas de crédito, en un contexto de mayores tasas. Esto se ha traducido en un aumento más pronunciado de su impago en consumo, el que se ha concentrado precisamente en deudas rotativas. Por su parte, los hogares de mayores ingresos mantienen más liquidez y han aumentado su deuda hipotecaria, aumentando su impago en menor magnitud”, cerraron.
Fuente: El Dínamo