A pocas semanas de que se reactive el debate del proyecto de reforma laboral en el Congreso y en el entendido que este será el año clave de implementación de la nueva ley, las estrategias de empresas y sindicatos para enfrentar el nuevo escenario legal ya comienzan a tomar forma.
Y si al inicio de la tramitación del articulado -hace ya más de un año- fue el mundo empresarial el que recurrió a asesorías para resguardar intereses y abrir un amplio abanico de acciones, como adelantar las negociaciones colectivas o establecer nuevos beneficios; hoy la dinámica pareciera del mismo tenor al interior de las organizaciones sindicales.
De cada lado, la búsqueda de quedar en mejor pie es evidente.
Por ejemplo, a la Confederación de Trabajadores de la Energía (Confener) -que agrupa a gran parte del holding CGE-
se le propuso cambiar la fecha de negociación colectiva contemplada para el 31 de agosto, adelantándola para marzo junto con proponer mejoras en el sistema de salud de los trabajadores, retiro voluntario para el personal que quiera jubilar y becas escolares.
Asimismo, mediante un “protocolo de acuerdo”, se ofreció una negociación no reglada -con un convenio colectivo y no un contrato-, dejando en claro que de no haber consenso se esperaría el término del contrato vigente.
“Este otro mes ya sale la reforma laboral y estamos intrigados. Nuestros asesores dicen que nos sentemos a escuchar, ya que está abierta la posibilidad de decir ‘no’, esperar la fecha que nos corresponde y escuchar la propuesta”, puntualiza el presidente de Confener, Jaime Werth.
En otras organizaciones sindicales, mientras tanto, observan que las empresas están ofreciendo a sus nuevas contrataciones un amplio abanico de servicios, que incluye incluso bonos adicionales con la única condición de no afiliarse a algún sindicato.
Frente a casos como estos, las agrupaciones de trabajadores han recurrido en los últimos meses con mayor frecuencia a asesorías legales y jornadas de capacitación para salir fortalecidos de la ofensiva empresarial puesta en marcha. Y aunque es fuerte la presión por parte de los empleadores que buscan evitarse conflictos posteriores, la recomendación de los dirigentes sindicales en gran parte va en la línea de no adelantar ningún convenio para evitar “amarrarse” a condiciones puntuales de las empresas.
Reforzando las organizaciones
También el movimiento sindical ha activado con mayor fuerza sus redes con organizaciones afines de acuerdo a sus respectivas industrias para fortalecer las actuales cúpulas. Esto, haciendo gala del reconocimiento al fortalecimiento de los sindicatos a través de la titularidad sindical en la negociación colectiva que consagraría la nueva normativa laboral.
La vocera del “Movimiento de Trabajadores por una Mejor Reforma Laboral”, Carmen Miranda, comenta que están capacitando a dirigentes para enfrentar el nuevo mapa laboral y se han reunido con otras agrupaciones para enfrentar juntos lo que se viene.
“Si bien es cierto que esta reforma afecta a los contratos que tienen negociación colectiva en la empresa privada, también afecta a los trabajadores de la empresa privada aunque no tengan negociación colectiva. La gente de la administración pública también se ha reunido con nosotros”, dice.
Sobre esto último punto, indica que han tenido conversaciones con un grupo que existe al interior de la administración pública que se “rebela” contra la actual ANEF.
Esto, teniendo en cuenta además que el resultado que emane con esta legislación será la antesala del debate que arribará en marzo a la comisión de Trabajo del Senado, con la revisión de dos mociones en materia de negociación colectiva para el sector público.
A días que se reanuden las actividades en el Congreso tras el receso legislativo, los trabajadores se mantienen atentos al nuevo mapa laboral que traerá consigo la ley. Por ejemplo, la Federación Minera de Chile (FMC) -que agrupa 19 sindicatos de la minería privada- tiene contemplado reunirse mañana para definir la estrategia y lineamientos frente al proyecto.
LOS CAMBIOS QUE PONEN LA LUZ DE ALERTA
Si bien algunos empleadores de las empresas en las que no existe actualmente un sindicato y sólo hay un grupo negociador han evaluado adelantar la negociación colectiva y suscribir un convenio colectivo por cuatro años (que es el máximo legal permitido), otras han optado por adelantar este proceso mediante una negociación colectiva no reglada que consagra el artículo 314 del Código del Trabajo, y que permite que en cualquier momento pueda iniciarse negociaciones directas para convenir condiciones comunes de trabajo y remuneraciones.
Además, asumiendo el reconocimiento a la titularidad sindical que consagraría la nueva ley, algunas empresas buscan desincentivar una mayor afiliación sindical mediante la entrega de amplios beneficios sociales. Expertos laborales advierten, además, que no todos los sindicatos existentes podrán negociar colectivamente una vez que la reforma laboral ya se encuentre vigente. Sólo podrán hacerlo los sindicatos que, al momento de presentar el proyecto de contrato colectivo, cumplan, además, con el quórum de constitución del mismo. Es decir, sindicatos nuevos que se creen con ocho personas y que sobre la marcha puedan alcanzar su respectivo quórum, tendrán impedimento de negociar si no logran dicho quórum al momento de presentar el proyecto.
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