Pareciera ser que tendremos Ley de Inscripción Automática y Voto Voluntario. Debería estar lista para las próximas municipales y representa un crecimiento del Padrón Electoral del orden de cuatro millones y setecientos mil nuevos potenciales votantes.
Para vencer las reticencias de su sector, en el gobierno se mostró a los parlamentarios un estudio con verdades conocidas. El nuevo paisaje de electores favorecería a la derecha y en todo caso a las posiciones más moderadas. En estudios comparados se sabe que los sectores populares son más reacios a votar cuando este es voluntario y dentro de estos grupos sociales, los jóvenes lo serían más aún. Este dato es de gran relevancia porque son precisamente los jóvenes los que no se han inscrito con las normas legales vigentes (inscripción voluntaria y voto obligatorio). Con esto, parece que la Concertación se pegó un tiro en el pié, consenso mediante con la Alianza en esta materia. Este proyecto de ley ilustra la forma en que gobernó la Concertación en sus dos décadas. En la medida de lo posible. Es decir, siempre prefirió un mal proyecto de ley pero al menos legislar para avanzar «de a poco». Esto permitió que la derecha haya pagado tan poco costo político por impedir las transformaciones deseadas y que se diga que los partidos políticos del arco iris no hicieron prácticamente nada. Pareciera que este lento reformismo de la Concertación se ve más bien como travestismo político. Esta es la imagen sobre la que se necesita un relato explicativo potente.
¿Será posible que ocurra un milagro y que los jóvenes y los pobres y en particular los jóvenes pobres y de grupos medios vayan a votar? Podría ser posible en un contexto político que tenga dos ingredientes; i. un clima de agitación que anuncie cambios importantes y posibles ii. Una poderosa y convocante alianza tras un programa de gobierno que recoja las demandas sociales. Veremos…
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